Visiones de la universidad y del mundo profesional … preparando un año sabático

Los que vivimos, al menos en parte, en la universidad medimos los años por cursos. Normalmente, para mi, Junio y Julio son periodos de de actividad frenética para (tratar de) mantener el ritmo de los planes previstos y cumplir con los compromisos de todo tipo que en estas fechas son especialmente abundantes, organizar el trabajo de todo lo que no para en Agosto (que en la investigación ambiental es particularmente frecuente) y las actividades que se reiniciarán o lanzarán a partir de Septiembre.

Para mi este ha sido un año especialmente activo y complejo, pero apasionante por muchas de las experiencias que he tenido la oportunidad de vivir. Pero el próximo será la oportunidad de tomar cierta distancia de una de las mitades de mi realidad cotidiana y emprender algunos nuevos proyectos (posiblemente, algunos aún por descubrir) además de, sobre todo, invertir más esfuerzos en otros que ya están en marcha. La razón de este cambio es que mi universidad me ha concedido para el próximo curso académico un “año sabático”, o sea un periodo en el que no tendré obligaciones académicas. Me interesa explotar al máximo este tiempo en la exploración de algunos proyectos, de los que iré hablando aquí, pero también tomar la distancia suficiente para poder pensar sobre mi relación con la universidad, hasta el momento intensa pero difícil y desde muchos puntos de vista frustrante (al menos para mi). Tenía pendiente escribir sobre esto e iba demorando el momento, entre otras razones por que no acertaba a hilvanar muchas de las ideas que se agolpan en mi cabeza. Pero hoy he tenido la oportunidad de leer dos posts que siendo muy diferentes entre si aportan una visión del mundo muy próxima y que además me resulta cercana. Ambos textos explican, mucho mejor de lo que yo podría hacer, mi actitud ante mi vida profesional y la universidad. Por eso, me he decidido a escribir esta introducción y dejaros aquí algunas de las partes de estos posts que me han resultado especialmente lúcidos (y reconfortantes al verme reflejado en otras experiencias personales).

Hugo Pardo en digitalismo.com, hace un Balance del curso 2007/08. Una hoja de ruta y un largo post:

Quisiera hacer una reflexión sobre mi actitud presente hacia la comunidad universitaria española de la que formo parte. Casi como una obsesión, hace tiempo me impuse luchar contra la entropía académica, producto de una dinámica generada por años de docencia sin riesgos, ni grandes exigencias, ni una real competencia curricular ni salarial. Una dinámica donde la endogamia y el amiguismo son más decisivos que la meritocracia a la hora de crecer en la estructura académica.

1. La innovación como destino profesional. La apuesta por la innovación desde la investigación, pero también desde la docencia, deberían resultan imprescindibles para todos quienes trabajamos en este ecosistema. Pero esto no sucede. Y muchísimo menos en las ciencias sociales, donde la idea de “innovación” es prácticamente inxistente. Según el informe de 2007 Science, Technology and Innovation in Europe, España se sitúa a la cola de la innovación europea. Y la universidad es una de las grandes culpables. Dar soporte a la innovación es apostar por los grupos y las personas innovadoras …

2. Nada me resulta menos atractivo y aburrido que producir investigaciones o textos que luego nadie lee ni indexa. También podría referirme a los libros que nadie consulta, y mucho peor aún, nadie encuentra en las librerías. La invisibilidad es una experiencia demasiado habitual en la producción científica de nuestras ciencias sociales y la he sufrido en carne propia. Hoy, en la era de la sobreinformación, la estructura de atención es la que determina el prestigio. Un investigador reconocido es aquel que se lee, se cita, se consulta y se bajan sus pdfs de la red…

3. Los territorios mentales pueden ser mucho más productivos que los geográficos o departamentales

4. Demostrar nuestros activos en diferentes organizaciones, más allá de la institución donde nos formamos, es vital para posicionarnos en el mercado del conocimiento. Este ítem se relaciona directamente con el anterior de los territorios. Y la palabra clave es: endogamia. Una crítica demasiado común en el sistema universitario español y con consecuencias muy negativas.

5. ¿Qué se puede esperar de un profesor universitario hoy día? Menos enciclopedismo y más acción y compromiso con la formación individual. En esa línea quisiera enfatizar cinco breve nociones sobre la relación docente-alumno …

Para finalizar, quisiera realizar una última reflexión muy sincera. No me agrada hacer durante años la misma tarea ni rutina, enseñar las mismas asignaturas y los mismos contenidos, mientras escalo en la carrera académica publicando un paper al año en revistas locales, de escasa o nula indexación. Necesito diversión. Funky research, dirían Ridderstrale y Nordström.

Ya lo dije alguna vez en digitalismo. Desde que llegué a Barcelona hace más de 7 años, siento que lo más importante que me ha sucedido fue perseguir entornos significativos, escuchar y aprender; y aprendí mucho. Lo que más aprendí es que la calidad de lo que haces en este momento, te conectará irremediablemente con tu futuro. Mantenerse en foco, trabajar duro pero sólo haciendo lo que te gusta, siendo autoexigente y escapando a la mediocridad, te llevará a buen puerto, aunque puede que no inmediatamente. Todos necesitamos un entorno académico que sea honestamente crítico con nuestras limitaciones y generoso con nuestras virtudes, siempre competitivo, y que nos permita crecer profesionalmente para contribuir al conjunto de la institución.

Grant McCracken, en This blog sits at the, ha publicado How to be a self-funding anthropologist. Este texto largo e imprescindible tiene el formato de una carta de ayuda a una persona interesada en formarse en antropología “comercial”, aplicada a la cultura comtemporánea y al mundo de los negocios y especialmente al márketing. Pero en el fondo es una reflexión sobre la naturaleza del trabajo y de la actitud vital del propio McCracken. Así, tras aconsejarle a la futura antropóloga que no retorne la universidad e  inicie su formación desde su trabajo y de forma autónoma, da una espléndida descripción de que significa hoy trabajar en el “mundo real”, no en el universitario, tratando de comprender la sociedad red y dotarla de sentido para otros.

Running two careers will wear you out.  And sometimes it will f*** you up.  Living out a suitcase will mean that you are estranged from friends and family. Neighbors will great you in the street with surprise and say, "Grant, what are you doing here!?!"   The world of consulting is punishing, and we have not thought hard enough about how to protect ourselves from its perils.  I believe that the untold story of Geoffrey Frost and his wife is something from which we can learn.  But God knows the world of marketing is littered with stories of excess, error and personal misadventure.  It isn’t anything like that silly show on American TV called Mad Men, but the sense of a certain reckless disregard for one’s personal safety is not entirely different.  Here too social networking can help.  Facebook updates keep me and my neighbors in touch. Now when they see me in the street, they say things like, "Oh, hey, how was China?  Loved that picture of the guys in the rain."  (as above)

Lots of unexpected, unbidden opportunities will come "over the transom."  You must say "yes" when you want to say "no," and "no" when you want to say "yes." 

When Oprah calls, you have to go.  When the Harvard Business School asks you to come teach,  you must say yes.  These are opportunities to see our culture from a point of view you cannot find any other way.   Forget your precious standards, your ornate scruples.  Your job is to collect the data.  Your job is to discover a culture.   

And when you find yourself running an Institute of Contemporary Culture, as I did, and it ceases to be an institute of contemporary culture in any way that interests you, you have to leave.  Even when your boss says, "you’ve got a good thing going here.  Don’t screw it up."  For his generation, there was so much commotion and peril that it made sense to cling feverishly to good fortune.  But your generation is I think a little like my (boomer) generation, so persuaded of its specialness that it cannot bear the idea of compromise.  I look back on the several times I said "no" to advantage and shake my head.  Thank god I was protected by my naivete.  Thank God I was so badly spoiled and self important

The downside of your career will be that you always suffer a time shortage, that you are always in a state of relative sleep and tranquility deprivation, you will also be stealing from Peter to pay Paul.  But, hey, this is everyone’s condition these days …

The upside of all of this is that you will get pretty good at pattern recognition and speedy reporting.  Treating a different project every 3 weeks will make you better at seeing the forest and describing it succinctly.  And this will make you better at your Gladwellian mission.  You will be a better anthropologist for your commercial work, and you will outproduce many of the colleagues who insist in remaining house bound.  This says the conventional wisdom is wrong.  Commercial work does not corrupt your academic skills, it improves them. 

Downside again.  No academic anthropologist will thank you for making them look bad.  By mid career you will be producing more academic work in your spare time than they can produce from the sumptuous, well funded circumstances of a tenured post.  They will already resend you for having broking the embargo against taking contemporary culture seriously, so now they’re really mad.  Expect people to say nasty things on those few occasions you attend sherry hour.  Expect people to break off conversation and walk away from you, when they learn you once taught at the Harvard Business School.  You will find your own way to respond to this.  I use the motto of the order of the garter (to which I secretly appointed myself many years ago): honi soit qui mal y pense.  Roughly: dishonor to those who impute dishonor. 

Upside again.  You will spend so much time turning observations into ideas and ideas into words and words into recommendations, that it won’t be long before you feel like one of those teletype machines that chatter away in old movies … 

We are also assuming that you will treating your life and your career as an experiment and that you will report back on the blog you try to write everyday …

Y una recomendación final. John Maeda dejó el MIT hace pocas semanas para presidir la Rhode Island School of Design (RISD). Pero desde Enero de 2008, cuando se anunció su nueva posición, Maeda ha ido preparando su nuevo trabajo y contando su experiencia en el blog Our (and Your) risd. Por supuesto, el blog está lleno de comentarios locales, de aparente escaso interés para el lector que no tenga relación directa con esta universidad, pero su lectura cotidiana puede convertirse, se haga desde donde se haga, en una experiencia del máximo interés. El día a día de Maeda y sus reflexiones permiten comprender la complejidad de la gestión de una organización universitaria y como este diseñador, investigador y profesor reconvertido a gestor y líder entiende su función y su relación con su entorno.

2 comentarios

  1. Hola Juan, no sabes cómo me entristece leer que te tomarás un año sabático dado que leyendo entre líneas, se podría interpretar tu descontento y frustración con la Universidad.
    Aún espero algún día conocer a un colega que me diga que su Universidad es un remanso de paz en el que no hay guerras de poder y te dejan trabajar en paz (con los límites lógicos)
    Sólo espero que este año te sirva para aclararte y que la Universidad no sea tan idiota de perder a alguien como tú.

  2. Pues a aprovechar el sabatico, ya que te lo dan.
    La universidad española es tan burocrática y cuadrada que no admite colores distintos que puedan alterar un cauto gris, sobre todo según el tono de gris que entienda y considere como único y fundamental la tribu local del «área de conocimiento» donde uno se metiera en su día (es un decir lo de conocimiento). Si aún te conceden el sabático para explorar… dáte con un canto en los dientes.
    Suerte y que refuerces el camino que llevas gracias al tiempo prestado!

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