La biología y la tecnología tienen mucho en común. Algunas relaciones son obvias. Otras no tanto, y por eso mucha gente me pregunta por las razones por las que me ocupo de ambas a la vez que me interesan las organizaciones y las ciudades. Para mi son cuatro procesos con dinámicas comunes. Además, para entender las cuatro se debería aplicar la visión de las ciencias
de lo articial
(¡incluso a la biología!), y para gestionarlas nos puede ser extremadamente útil el pensamiento de diseño.

Tecnología y biología (como las organizaciones y las ciudades) son sistemas complejos (o parte de sistemas complejos) y, por tanto, suelen ser mal comprendidas. En Soitu.es | Piel digital he tratado de explicar por que entiendo Internet como ‘chapuza’ evolutiva. Las razones son similares a las que hacen que la evolución sea también una chapuza de efectos maravillosos e inesperados. Solo una pequeña aclaración: por los comentarios he percibido que mucha gente entiende que cuando hablo de chapuza le doy una connotación negativa o peyorativa. Todo lo contrario, para mi la chapuza es una forma coloquial de explicar como suceden ciertos procesos y una crítica a las visiones deterministas propias de de la ingeniería social en la tecnología. Este es el texto:

La evolución biológica es uno de los procesos peor entendidos en nuestra sociedad … y no solo por los defensores del “diseño inteligente”. Buena parte de la inmensa mayoría que (al menos en Europa) no cae en los argumentos simplistas, y casi siempre interesados y falaces, de los creacionistas, acaba sin embargo
cayendo en otras simplificaciones: entienden que la selección natural “busca la perfección” y que la evolución es un proceso lineal de mejora continua. Por el contrario, la perfección no existe en biología y la adaptación es siempre provisional, dependiente de un ambiente que siempre es variable. Podríamos decir que la biología se encuentra siempre en beta permanente. Como consecuencia de todo lo anterior, los organismos más exitosos (mejor adaptados a un ambiente concreto) están siempre en el filo de la navaja, y condenados a modificarse radicalmente o extinguirse al enfrentarse a los cambios.

Pero, además, la selección no parte de cero y las soluciones evolutivas no se diseñan ex novo si no que utilizan “materiales pre-existentes”. Cuando buscamos una solución a partir de la combinación y modificación de las piezas que tenemos disponibles, los resultados difieren de los que lograríamos si partiésemos de cero, y pueden parecer “chapuceros”. Así, los peces que invadieron el medio terrestre adaptaron sus aletas hasta convertirlas en patas, mientras que los mamíferos que regresaron al mar adaptaron otras vez sus extremidades hasta que se transformaron en nuevas aletas, que conservan en su estructura, a diferencia las originales, un pasado que ya no es útil. Peces y ballenas cuentan con estructuras anatómicas muy diferentes que solucionan un mismo problema (nadar). Pero no olvidemos que las “aletas“ de las ballenas no son más que una consecuencia de su pasado; la selección solo “tenía a mano” patas y por eso son tan diferentes a las aletas de los peces.

Algo parecido a lo que sucede con nuestra percepción distorsionada de la evolución biológica y la selección natural, ocurre con nuestra visión de la evolución social y el papel de la tecnología. Es bastante habitual pensar en la combinación de tecnología y legislación como una forma de ingeniería social. Pensamos que los humanos diseñamos (creando el código, legal o tecnológico) como debe funcionar la sociedad y la economía y por tanto encontramos razonable que el sistema responda de una forma directa y predecible a nuestros diseños. Pensemos en un caso práctico. Se oyen constantemente voces que reclaman leyes y cambios tecnológicos que impidan el funcionamiento de las redes P2P (y, por supuesto, las descargas de archivos) o el anonimato en Internet. Estas voces olvidan algunos detalles importantes. ¿Es posible acabar con estas prácticas de modo rápido?, y ¿podrían lograrlo sin toda una serie de consecuencias indeseadas?

Internet y la web fueron diseñadas como una red abierta y sus detalles fueron decididos por los ingenieros que la construyeron inicialmente. Nadie, salvo posiblemente esas personas, pensó en las consecuencias de las especificaciones técnicas. Por otra parte, posiblemente nadie sería capaz de predecir en esos momentos las consecuencias que ahora estamos viviendo y que son propiedades emergentes de la propia dinámica de redes sociales y tecnologías extraordinariamente complejas.

Pero además Internet nació en unas condiciones determinadas (como red académica y bajo un contrato con DARPA con objetivos militares) y poco a poco ha ido añadiendo otros muchos usos (hasta hacer olvidar los originales). En este sentido, Internet, como toda tecnología, es una “chapuza”: unas herramientas diseñadas para unos usos que se reutilizan para otros diferentes (o para los originales pero a una escala mucho mayor). Por supuesto, sobre las tecnologías originales se han añadido otras, se han colocado parches, se han ajustado piezas … y (sorprendentemente para los que entienden el mundo bajo esquemas de ingeniería social) el resultado final funciona … pero no es perfecto. Del mismo modo, las especies que vemos ahora en un ecosistema son una solución a problemas actuales con materiales del pasado y algunas son ya fósiles vivientes condenadas a la extinción por que su diseño obedece a condiciones ambientales ya desaparecidas.

Pero igual que deberían pasar muchas generaciones para que una ballena retorne a tierra, las leyes no pueden convertir, de un día para otro, una red abierta y, en gran medida, distribuida en otra controlable y, por tanto, cerrada. En todo caso, si hipotéticamente un sistema legal o tecnológico acabase por lograr este objetivo, Internet como fenómeno social, cultural y económico cambiará radicalmente. Internet sin anonimato o sin P2P sería algo diferente y eso tendría consecuencias impredecibles, incluso para aquellos que reclaman ahora su eliminación.

Por tanto, tenemos una tecnología heredera de la que se diseñó hace ya algunas décadas, del mismo modo que la selección natural “trabaja” sobre unos organismos pre-existentes. Pero sobre esas “piezas”, ocurre un proceso evolutivo forzado por la selección natural, del mismo modo que la apropiación social de la tecnología (en algunos casos transformada en reglas y leyes) es la que configura la sociedad, la cultura o la economía. El resultado final no es un producto perfecto, es una adaptación un tanto chapucera a unas condiciones específicas … que cumple algunas funciones.

3 comentarios

  1. Excelente artículo, felicidades Juan D@rwin.

  2. Interesante, pero no me alarma pensar en una legislación que cierre Internet, no lo veo viable, en la Universidad una de las pocas cosas que aprendí en la asignatura de derecho civil fue que: las costumbres se hacen leyes.
    Con Internet nos hemos acostumbrado a esa economía del regalo de la que tanto hablas, yo no me quiero desacostumbrar a no tener información.
    Lo que tenemos que hacer es adaptarnos a esta nueva realidad.
    Un saludo,
    Diana.

  3. Hola Juan,
    Respecto a esto:
    «Internet nació en unas condiciones determinadas (como red académica y bajo un contrato con DARPA con objetivos militares)» en el propio enlace de Wikipedia que citas se dice lo contrario:
    «The notion that the Internet was developed to survive a nuclear attack has its roots in the early theories developed by RAND, but is an urban legend»
    Sí es cierto que ARPANET (primera red de conmutación de paquetes, es decir, una especie de antecesor de Internet, con las mismas bases), fue creada en ARPA (dependiente del DoD, es decir Defensa) y luego llamado DARPA. Pero una cosa es que se cree algo financiado por Defensa y otra que se haya creado principalmente con fines militares o, como dice la leyenda, «para sobrevivir a un posible ataque nuclear en aquella época de la guerra fría». Creo que todos están de acuerdo en que Internet fue creada para ahorrar costes: tanto de dinero (reutilizando caras máquinas, monstruosamente grandes), como de tiempo, así como costes psicológicos (usar máquinas conectadas por Internet era más cómodo y sencillo de aprender, ya que resolvía la interconexión a máquinas hererogéneas).
    Por otra parte, me ha parecido muy interesante el enfoque. Tanto que escribí un post haciendo alusión a este 😉
    Evolución de la Web y el Cerebro
    http://islamanzana.es/ciencia/evolucion-de-la-web-y-cerebro/

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