Somos máquinas sensibles de prototipado

pgutenbergEntre el 11 y el 14 de Noviembre participé en
Cultura y Media 5, celebrado en Buenos Aires. Para la mesa redonda «Diseñando prototipos» del seminario ¿El paréntesis de Gutenberg? preparé el siguiente texto, aún inacabado, donde resumo las ideas que quería proponer allí.

Somos máquinas sensibles de prototipado

¿Paréntesis Gutenberg? Quizás convendría iniciar esta reflexión defendiendo a Gutenberg. Probablemente no era más, ni menos, que un innovador y emprendedor que no hizo más que diseñar un prototipo que, finalmente, acabó yéndosele de las manos.

1.
Reflexionar sobre el tema de esta mesa de debate, «Diseñando prototipos», me ha llevado irremediablemente a pensar sobre mis propias prácticas. Mi interés y vinculación con espacios como Medialab-Prado, los cambios recurrentes en mis intereses y exploraciones, como entiendo y procuro abordar el desarrollo de un proyecto … Las ideas del prototipado y del diseño se esconden detrás de muchas de esas obsesiones. Hacer para aprender, aprender como investigación, experimentar para investigar, lo efímero como esencia del experimento … Pero como no somos agentes aislados sino el resultado complejo de la interacción den nuestra individualidad, la cultura que nos ha tocado vivir y la trayectoria histórica donde nos situamos, aprovecharé este espacio para tratar de entender porque diseñar prototipos se ha convertido en mi forma, y creo que de una parte importante de la sociedad contemporánea, de tratar de entender el mundo al tiempo que intentamos, de forma mas o menos consciente, su transformación.

Siempre hemos vivido prototipando. Lo hemos llamado de muchas formas, pero nuestra evolución biológica, social y cultural está marcada por la idea de los prototipos. Sin embargo no siempre la idea de prototipar como proceso de aprendizaje y exploración ha sido bien recibida. Por eso, además del paréntesis Gutemberg, yo propondría la existencia de un “paréntesis industrial” o de un “paréntesis modernista” de los que salimos hace tiempo para redescubrir años después la utilidad del prototipado, del pensar con prototipos y de asumir que prototipamos continuamente nuestras vidas. Dicho de otra forma, redescubrir que, al fin y al cambio, somos máquinas sensibles de prototipado.

2.
La evolución es un gigantesco sistema de prototipar y, sin forzar metáforas y analogías, nos enseña como funcionan este tipo de sistemas. Pero además, la evolución ha modelado nuestra conducta y estrategias y, por tanto, no podemos sustraernos a su efecto si queremos entender nuestro comportamiento y cultura.

La evolución, movida por la selección natural, construye modelos (al fin y al cabo, prototipos que llamamos especies) que se ponen a prueba en un ambiente. Los mejor adaptados sobrevivirán y seguirán evolucionando, convirtiéndose en nuevos prototipos, de modo que el destino de cada modelo es su extinción.

Pero el ambiente se transforma continuamente. Y cada prototipo que entra en juego contribuye a ese cambio (algunos, como los arrecifes o los árboles, de un modo drástico y los llamamos «ingenieros del ecosistema»). Así la propia actividad de prototipado cambia el mundo y los propios objetivos adaptativos que se querían alcanzar con el prototipo. Nunca alcanzamos un punto final, pero es el objetivo, inútil, de alcanzarlo lo que desencadena y moviliza todo el proceso. La mayor parte de los prototipos están destinados a desaparecer sin dejar rastro, unos pocos tienen un éxito efímero y todos acaban fracasando y extinguiéndose si les damos tiempo suficiente. Pero solo la existencia de los prototipos mas humildes y anónimos posibilita que el proceso de prototipado fluya y genere resultados tan complejos, diversos y fascinantes como los que observamos en la evolución biológica.

3.
En nuestra historia reciente hemos pasado por tres fases en lo que respecta al papel jugado por las prácticas de prototipado. La modernidad, especialmente en su momento culminante dominado por la lógica industrial, oculta activamente el pototipado. En la postmodernidad no tiene demasiado sentido prototipar porque no pretendemos llegar a ningún lugar. Por último entramos ahora en una lógica de redes en que nos instalamos en una cultura de prototipado.

Hubo un tiempo en que los prototipos eran vergonzantes y la actividad de prototipado sucedía en la intimidad de talleres y escritorios, fuera de los espacios públicos. Como consecuencia la capacidad de conversación alrededor de los prototipos era escasa. Un efecto perverso y secundario fue la sacralización de la idea del autor solitario, la creatividad como acto casi religioso y la obra como producto final, terminado e inalterable.

En este mundo funcionaba un aparente consenso social, construido por las elites intelectuales, políticas y económicas, generador de objetividad. Los objetivos finales existían y lo único relevante era llegar a ellos. Los medios eran solo eso, medios al servicio de un fin. Libros, planes urbanísticos, una teoría … eran esos productos finales que nos aseguraban alcanzar los objetivos. En los momentos de éxito de los productos de masas era fácil creer en ese consenso y asumir que el fin no dependía de los medios, del método (aparentemente bien establecido y consolidado), sino de los objetivos, pocos y bien definidos desde las elites.

Pero las narrativas universales empezaron a resentirse y la objetividad de la ciencia y la tecnología dejaron de ser hechos indiscutibles. En la posmodernidad seguimos sin prestar demasiada atención al proceso, al fin y al acabo ningún objetivo era realmente el final y prevalecía sobre otros. Nos instalamos en una cultura de la critica y el narcisismo del discurso.

4.
La cultura de redes que irrumpe en las ultimas décadas del siglo 20, y que aun se sigue confundiendo por algunos con la postmodernidad, recupera la cultura de prototipado como estrategia y práctica cotidiana. La aceptación del cambio continuo y de la complejidad del mundo en que vivimos nos fuerza a reconocer nuestra capacidad de adaptación y experimentación como únicas posibilidades de supervivencia. Y a comprender que la supervivencia siempre es temporal, casi efímera.

Pero además entre la planificación y el control, por una parte, y la auto-organización y emergencia, por otra, empezamos a identificar procesos mas complejos que explican mejor el mundo. En este sentido puede ser especialmente útil el concepto de ecologías en red, propuesto por Kazys Varnelis para definir la compleja interacción entre múltiples factores que gobierna la evolución de un territorio y el papel de las infraestructuras en la dinámica de los espacios urbanos: “sistemas hipercomplejos producidos por la tecnología, las leyes, las presiones políticas, los deseos disciplinares, las restricciones ambientales y una miríada de otras presiones, agregadas y con mecanismos de retroalimentación”.

Nuestra capacidad de planificación es muy limitada pero nuestras acciones si afectan a los sistemas sobre los que actuamos generando interacciones con otros muchos elementos. La gobernanza en estos sistemas solo puede ser efectiva si se entiende como un sistema experimental y adaptativo en el que aprendemos constantemente de nuestras acciones, que pasan a ser prototipos, para diseñar nuevas acciones.

En esta fase el proceso de prototipado se abre, se enriquece y se convierte en lo más interesante de nuestra cultura. Al igual que en el caso de la evolución, el prototipo nace con unos objetivos pero su propia creación y experimentación modifica la realidad y por tanto sus objetivos y de este modo entramos en un bucle continuo de prototipado. Las consecuencias se suceden en cascada: desde el papel del espectador / usuario, a la propia estética o a las formas en que aprendemos, innovamos y creamos.

Por supuesto esta transformación de nuestras actitudes y estrategias se apoya en numerosas oportunidades instrumentales. La irrupción de la tecnología digital, y especialmente la apropiación por parte de una base social creciente, es uno de los factores mas determinantes. La abundancia de conocimiento e información, el abaratamiento de la innovación y la experimentación, el diseño abierto y generativo de internet, la flexibilización de la propiedad intelectual … son factores relevantes para entender el resurgimiento del prototipado.

5.
Algunas referencias:

Freire, Juan (2006). La era industrial fue una anomalía.

Freire, Juan (2010). Pensar con prototipos. recuperar el bazar.

Freire, Juan (2010). Territorio = geología x infraestructuras x política

Lafuente, Antonio (2010). Taller de prototipado

Prototyping. Blog de Alberto Corsin y Adolfo Estalella sobre la etnografía de Medialab Prado. 

Varnelis, Kazys (ed.) (2009). The Infrastructural City: Networked Ecologies in Los Angeles. Actar

8 comentarios

  1. El tema es apasionante, me atrae mucho. Con Ramon Sanguesa hemos tenido algun dialogo de esto. Lo sigo de cerca. un abrazo 🙂

  2. Somos nosotros un prototipo?? Y todo es un prototipo. Por lo menos me deja eso.

  3. La mejor herramienta de prototipado la tenemos ‘dentro’, nuestra imaginación… y la utilizamos/ejercitamos poco 🙂

  4. Yo creo que hay otro elemento que introducir: la recursividad. No sé muy bien cómo incorporarla, pero todo el tiempo sobrevuela la escena, ¿no?

  5. Chris Kelty habla de públicos recursivos en su libro Two Bits, the Cultural Signifincance of Free Software: http://twobits.net/discuss/introduction/14
    «A recursive public is a public that is vitally concerned with the material and practical maintenance and modification of the technical, legal, practical, and conceptual means of its own existence as a public; it is a collective independent of other forms of constituted power and is capable of speaking to existing forms of power through the production of actually existing alternatives.»
    Públicos, en definitiva, capaces de prototipar las condiciones que posibiliten el desarrollo de prototipos. Prototipos que generen nuevos prototipos en una suerte de recursividad generativa que se expande en muchas direcciones.

  6. Julen, Marcos, totalmente de acuerdo. Y gracias por la idea y la referencia

  7. Me gusta esa ampliación que haces del paréntesis de Gutemberg, tan caro a Piscitelli, y pasa a englobar las tecnologías de difusión (incluidos los medios de comunicación) en un nuevo y gran paréntesis moderno. Yo no soy capaz de separar como tú la cultura postmoderna (que se puede rastrear desde las primeras vanguardias hasta las crisis de los ’60 y todas las artes postmodernas: arquitectura, música, etc). Veo muchas relaciones con la cultura de redes que sitúas en la transición al siglo XXI. Gracias por este post de alcance. Un saludo

  8. Primero deseamos felicitar a los hacedores de este magnífico Blog.
    Es ideal como referencia.
    Un estudiante de la complejidad me lo recomendó.
    Y seguramente más de cien doctorantes en más de 25 países estarán igual de interesados en este Blog.
    Me refiero a los doctorantes de Pensamiento Complejo de la universidad a distancia denominada Multiversidad Mundo Real Edgar Morin .
    A propósito, mi nombre es Rubén Reynaga, Director Fundador de esta casa internacional de estudios a distancia, acompañado de grandes personajes – incluyendo a Edgar Morin en persona.
    Agradecemos a los administradores del Blog por su gentileza, y la enorme calidad que se proyecta en sus artículos.

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