Sobre la sociedad de los intangibles: creatividad, ciudadanos y políticos

El estudio publicado por el Banco Mundial en 2006, Where is the Wealth of Nations? Measuring capital for the 21th century, demuestra que en la sociedad post-industrial del siglo XXI la riqueza no se basa ya en los recursos naturales y el capital manufacturado, la parte tangible de la economía, sino en capital intangible que abarca desde capital humano (conocimiento) a la calidad de las instituciones formales e informales (como los derechos de propiedad, los sistemas legales o aspectos como la ausencia de corrupción gubernamental). En concreto, el informe del Banco Mundial estima que mientras el capital natural representa sólo el 5% de la riqueza mundial y el capital manufacturado el 18%; el capital intangible representaría la mayor parte de la riqueza, un 77%. Además de esta evidencia, la comparación entre países ricos y pobres (las tablas recojen los datos de los 10 más ricos y más pobres) es especialmente relevante. El capital intangible determina la mayor parte de la riqueza incluso en los países pobres, entorno al 60%, contradiciendo la idea de que estos países dependen fundamentalmente de sus recursos naturales. De hecho, es paradigmático el caso de Nigeria, aquejado de graves problemas de pobreza a pesar de sus grandes recursos minerales pero que presenta valores de capital intangible negativos. Por el contrario, en los países ricos la importancia del capital intangible crece hasta valores próximos al 80% de media.

Un reciente artículo de Ronald Bailey en Reason, The Secrets of Intangible Wealth, resume las principales conclusiones del informe. Mientras que el mismo autor entrevista a Kirk Hamilton, el economista ambiental del Banco Mundial que dirigió el informe, en Our Intangibles Riches. Esta es la definición que porporciona de los tres tipos de capital que mide el estudio:

The World Bank study defines natural capital as the sum of cropland, pastureland, forested areas, protected areas, and nonrenewable resources (including oil, natural gas, coal, and minerals). Produced capital is what most of us think of when we think of capital: machinery, equipment, structures (including infrastructure), and urban land. But that still left a lot of wealth to explain. "As soon as you say the issue is the wealth of nations and how wealth is managed, then you realize that if you were only talking about a portfolio of natural assets, if you were only talking about produced capital and natural assets, you’re missing a big chunk of the story," Hamilton explains.

The rest of the story is intangible capital. That encompasses raw labor; human capital, which includes the sum of a population’s knowledge and skills; and the level of trust in a society and the quality of its formal and informal institutions. Worldwide, the study finds, "natural capital accounts for 5 percent of total wealth, produced capital for 18 percent, and intangible capital 77 percent."

Social institutions are most crucial. The World Bank has devised a rule of law index that measures the extent to which people have confidence in and abide by the rules of their society. An economy with a very efficient judicial system, clear and enforceable property rights, and an effective and uncorrupt government will produce higher total wealth...

Hamilton recalca la importancia de la educación a la hora de “construir” capital intangible y la lentitud con la que se construyen instituciones como el principal factor limitante:

Reason: What sorts of institutions help countries become rich?

Hamilton: I tend to think of them as social structures that allow societies to achieve certain outcomes. An institution could be a village-level committee that deals with how common property is used. It could be something as abstract as the legal system.

We know quite a bit about how to create human capital. It’s called education. But we’re learning more and more about the inefficiencies in the education system in many developing countries. There’s a famous study in Uganda: The government reports that it spends 2 or 3 percent of GDP on education. The study found that maybe 13 cents on the dollar made it to the schoolhouse. [In the U.S. the figure is about 60 to 65 cents.] So there’s the question of how much money are we spending on education broadly, and then there’s a question of how effective that money is: how much of it is reaching the school, whether the school has books, whether it has a qualified teacher, etc. We can see ways to increase the efficiency and improve the teacher training, be sure the books are there, etc. It’s a matter of money, effort, and reforming institutions to make these things happen.

But investing in these broader institutions is hard and slow. Just think of what it means to build a legal system. Start with a body of law, a system of courts, a legal tradition that determines the role of prosecutor versus defense. Is it a common law system or a Napoleonic system? There’s a whole large set of issues, and all of the interlocking pieces have to fit.

Los resultados de este informe no significan que recursos naturales o infraestructuras no sean importantes. Si lo son, pero sólo en función de como el capital intangible los moviliza y los transforma en riqueza para la población. En cualquier caso estos datos muestran que el desarrollo requiere generación de conocimiento y su transformación en desarrollo y riqueza, y estos proceso requieren a su vez un entorno institucional y legal adecuados. Generación y transformación de conocimiento significan en una sociedad post-industrial que la innovación se convierte en un motor económico fundamental. Pero la innovación se alimenta de la creatividad que manifiestan tanto individuos como colectivos actuando colaborativamente, bajo unas condiciones adecuadas. Creatividad e innovación son para las sociedades post-industriales tanto los motores del crecimiento económico como, en una faceta menos considerada pero igualmente relevante, del desarrollo social, dado que constituyen la base de los procesos de empoderamiento ciudadano por el que los ciudadanos pasan de ser jugar un papel de consumidor pasivo a actuar como usuarios y creadores activos. Así lo plantea Charles Landry en el primer número de la revista digital The Urban Reinventors, Creativity and the City. Thinking through the steps. ¿Cuál es el papel de la política?: apoyar el empoderamiento de los ciudadanos tanto intelectual (educación) como organizativo (condiciones legales y entorno institucional).

En este sentido, el papel de la creatividad y la innovación se han visto reforzados por la reducción de barreras de entrada que ha generado el desarrollo creciente de tecnologías ligeras, baratas y descentralizadas que permiten soluciones "de abajo a arriba“. Este modelo de acción contrasta con el paradigma propio de la era industrial en que muchos problemas habían sido abordados con un enfoque basado en el uso de grandes y costosas tecnologías e infraestructuras gestionadas con modelos organizativos fuertemente burocratizados. Esta transformación se manifiesta en diferentes vertientes:

  1. la importancia creciente de la creatividad (liberada de los costes estructurales),
  2. el paso de una economía basada en productos a otra organizada alrededor de servicios, y
  3. la aparición de soluciones “ligeras” a muchos problemas, como las telecomunicaciones (con ejemplos como la telefonía móvil, ordenadores portátiles, y todo tipo de dispositivos personales), el transporte, la generación de energía (con sistemas de producción de energías renovables de pequeña escala) o las tecnologías ambientales (como sistemas de depuración y reciclaje).

La economía del desarrollo ha documentado diversas evidencias que indican que en los países en desarrollo son aquellos proyectos basados en tecnologías ligeras y baratas ideados y gestionados por emprendedores locales los que alcanzan mayores tasas de éxito, mientras que los planes que se apoyan en una "burocracia masiva" asociada a la ayuda y planificación gubernamental suelen ser mucho menos eficaces. Ese es el argumento de buena parte del trabajo de William Easterly (comentado aquí y aquí). Son especialmente inetersantes en este sentido su artículo de 2006, Planners vs. Searchers in Foreign Aid, en Asian Development Review (pdf). y sus libros de 2001, The Elusive Quest for Growth: Economists’ Adventures and Misadventures in the Tropics, y The White Man’s Burden: Why the West’s Efforts to Aid the Rest Have Done So Much Ill and So Little Good.

2 comentarios

  1. Recuperaba esta entrada tuya – ahora que tengo tiempo de vaciar la lista de «pendientes» – y no tengo ninguna duda que te interesará esto:
    Welzel, C., Inglehart, R. & Klingemann, H. (2003). “The theory of human development: A cross-cultural analysis”. In European Journal of Political Research, 42(3), 341-379. Oxford: Blackwell.
    (accesible aquí:
    http://ictlogy.net/bibciter/reports/projects.php?idp=824)
    Buen año 🙂
    ismael
    ictlogy.net

  2. Pingback:¿Cómo competir en la sociedad de lo intangible? ¡Nuevo post en mi blog!

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