La existencia de la posmodernidad ha sido el centro de eternas, e inútiles, polémicas. Y si alguien los sigue dudando, debería leer la relación de personajes, creadores, tendencias, modas, pensadores y locuras que nos han acompañado en las últimas décadas y que Andrés Ibáñez publica en ABCD (Ser imbécil o existir):
¿Un invento? Pero si la posmodernidad no existe, entonces mi vida no existe y yo también debo de ser un invento de Jameson. Porque si la posmodernidad no existe, ¿por qué me he pasado yo tanta horas en mi infancia y adolescencia, por ejemplo, leyendo cómics? ¿Por qué me fascinó tanto la película 2001 cuando era un niño? ¿Por qué al leer a Ballard y a Aldiss siento que estoy leyendo no una sarta de estupideces, sino profundas e inquietantes reflexiones sobre el presente? ¿Por qué me parece que David Lynch es un genio? ¿Por qué me parece que Borges es un genio, y que Nabokov es un genio, y que Pynchon es un genio, y que Perec es un genio, y que Cortázar es un genio? ¿Por qué voy al teatro y me fascina ver un montaje de Bob Wilson? ¿Es que el teatro de Bob Wilson no existe? ¿Y el Mahabbarata de Peter Brook? ¿Y el Cloud Theatre de Taiwan? ¿Y el butoh? ¿Y Sankai Juku? ¿Y Kazuo Ohno? ¿Nada de esto existe? ¿Y la fusión, la música de Chick Corea y la de Keith Jarrett, y ECM, y Philip Glass, y Messiaen, y Licht de Stockhausen, y El gran macabro de Ligeti? Y la importancia de la televisión y de las imágenes en la formación de mi generación, el desarrollo de los lenguajes audiovisuales, la importancia del lenguaje de la publicidad, ¿será también algo soñado, inexistente? ¿Y Alan Watts? ¿Y Ken Wilber? ¿Y el Dalai Lama? ¿Y los Beatles? ¿Y Williamn Burroughs? ¿Y el peyote? ¿Y el LSD? ¿Y García Márquez: historia de un deicidio de Vargas Llosa, una de las biblias de la posmodernidad? ¿Tampoco existe nada de esto? ¿Y Thomas Kuhn, y el legado de Jung, las conferencias Eranos, las obras de Campbell, de Hillman, de Corbin, la hipótesis Gaya de Lovelock y Margulis, el ecologismo, nada de eso existe? ¿Es todo parte de un montaje? ¿Y los mangas? ¿Y las novelas gráficas? ¿Y internet?
La posmodernidad fue, guste o no, y su influencia sigue siendo percibible en casi cualquier rincón de nuestra (ir)realidad. Pero puede que en ciertos rincones de este mundo posmoderno esté emergiendo una cultura de redes abocada al hiper-realismo.