Septiembre de 2009. Se anuncian los iPod gratuitos …

En Soitu.es | Piel digital construimos una “noticia” que debería aparecer dentro de unos 12 meses: 2009: Apple anuncia los iPod gratis. Una excusa para especular sobre la economía de la gratuidad y por las razones por las que Apple no seguirá el modelo de negocio al que parecería conducirle la propia dinámica de un mercado que ha contribuido a crear.

San Francisco (EEUU). Septiembre de 2009. Steve Jobs tuvo otra aparición estelar ante los medios y ante el público global que seguía expectante su presentación de los nuevos productos de Apple a través de los blogs que narraban su intervención en tiempo real. Pero, este año, no defraudó. No se trataba de otro pequeño avance en el diseño de los iPod, como cuando en 2008 los hicieron más delgados y ofrecieron más colores. Jobs seguía con su delgadez extrema y su estilo y carisma inconfundibles, pero en esta ocasión lo que más adelgazó fue el precio de estos gadgets. Y tanto que, algunos modelos se ofrecerán gratuitamente a partir de las próximas Navidades.

Apple solo impone una condición: que los “compradores” de un iPod se suscriban durante 18 meses al servicio de compra de canciones de la tienda de iTunes con un gasto mínimo mensual de 20 $. Fue sorprendente el revuelo que causó esta noticia. Al fin y al cabo Apple no hacía más que copiar el ya viejo modelo de negocio de la telefonía móvil en que el coste del producto es subsidiado por un servicio.

Hasta aquí una noticia que podría hipotéticamente leerse en Soitu dentro de un año. Pero existen versiones alternativas. Por ejemplo, y sin ánimo de agotar opciones, el segundo párrafo podría explicar esto:

Pero no eran todos los modelos de iPod los que se ofrecían gratuitamente. Solo los más bajos de la gama, con memorias más pequeñas, a los que se les habían desactivado ciertas funciones y los que en su diseño exterior incluían ciertos detalles que podríamos calificar como publicidad (colores vistosos acompañados de un logo anormalmente grande). El resto seguían teniendo un precio, cierto que más bajo que en años anteriores. El iPod era ya un icono de la cultura pop, pero sus ventas nunca habían sido tan elevadas como cabría esperar por su fama. Jobs pretendía con esta maniobra aumentar la base de usuarios para que actuasen como canal de atracción de nuevos compradores y seguir aumentando las ventas de contenidos en la tienda de iTunes.

Estas historias no son más que posibles escenarios donde se desarrollan modelos de negocio basados en la economía del regalo, la freeconomics de Chris Anderson. Este modelo de negocio, gratis pero no libre, no es nuevo ni demasiado original (la primera alternativa, basada en el modelo de subsidios cruzados, se originó hace ya más de un siglo) pero si ha visto su florecimiento con la reducción de costes de producción y distribución en la era digital. De hecho, el segundo modelo que planteamos para el iPod, que Anderson denomina freemium y en el que unos pocos usuarios pagan por un producto mientras la mayoría lo obtiene gratuitamente, es mucho más reciente y ha nacido asociado a los mercados digitales. Pero, el iPod es un producto físico y como tal tiene unos costes de producción y distribución que nunca serán nulos. ¿Es esa la única razón por la que Apple no se ha decido a regalar sus gadgets? De hecho, las anteriores historias no son más que pura ficción con pocas posibilidades de convertirse en realidad. Al fin y al cabo parte del éxito de Apple está en sus paradojas y en incumplir muchos de los aparentemente consolidados principios de la economía de la tecnología digital. Pero, el anuncio que hemos vivido estos días, en septiembre de 2008, de las “novedades” Apple para las próximas Navidades ha dejado fríos a la mayoría y ha provocado ciertas reflexiones sobre cual será la próxima innovación que merezca realmente ese nombre. En mi opinión esa innovación podría ser más sutil y centrarse en el modelo de negocio. Así lo piensa Joel West en su análisis Where’s my free iPod?.

West compara diferentes modelos de iPod, en particular el nuevo (4ª generación)  iPod nano y el iPod original que salió a la venta en 2001: han aumentado la capacidad de almacenamiento y el tamaño de la pantalla (que por supuesto ahora es en color y de mucha mayor resolución), mientras que se han reducido el tamaño y el peso. Además ahora se pueden consumir otros tipos de consumidos diferentes a la música, como los videos. Pero este incremento de calidad y utilidades se ha visto acompañado de una reducción en el precio, que ha pasado de 399 $ a 149 $ (si tuviésemos en cuenta la tasa de inflacción la diferencia sería aún mucho mayor).

Un artículo en Forbes, citado por Joel West, explica “porqué Apple no necesita el iPod” y parece proponer el modelo de negocio basado en los subsidios cruzados. Mientras las ventas de iPods aumentaron solo un 7% el último año, el negocio derivado de los contenidos en iTunes creció más de un 34%. Siguiendo este razonamiento, Apple debería tender a reducir el precio de los iPod hasta acabar regalándolos. Pero West es escéptico con respecto a la posibilidad de que llegue ese momento por varias causas. Una de ellas es que el sistema de subsidios es imperfecto si el reproductor permite utilizar contenidos que no proceden solo de iTunes, y esta limitación parece difícil de aceptar por los usuarios o, incluso, de implementar tecnológicamente. Pero además, como decíamos antes, Apple basa en buena medida su imagen de marca en la exclusividad, y esta la proporciona en parte un precio elevado. De hecho, los iPods siguen siendo los gadgets más caros para un nivel de prestaciones determinado. Aún así, la reducción de precios en los últimos 7 años ha sido espectacular. Puede que Jobs no llegue a regalar los iPods … a no ser que otros competidores lo hagan antes y revolucionen el mercado. Pero, existen pocos competidores que aúnen producto y servicio, hardware y contenidos, y sin esta combinación el modelo de subsidio parece inviable. Así, Apple puede seguir siendo una anomalía en la economía digital.

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