Pensando y haciendo Medialab-Prado

Mañana jueves 13 de mayo se inician las sesiones del grupo de trabajo Pensando y haciendo Medialab-Prado. A las 19 h (con streaming en directo) se hará la presentación pública del proyecto y una breve intervención de cada uno de los invitados. Esta es la presentación de esta iniciativa y su rzón de ser ligada al futuro traslado de sede de Medialab::

Sesiones de trabajo para analizar el estado actual del medialab y debatir sus posibles vías de continuidad. Participan colaboradores de Medialab-Prado, usuarios y analistas externos. Las reuniones están abiertas a la participación de cualquier persona interesada.

Fechas: 13 mayo, 8 julio, 14 octubre y 16 diciembre 2010

Tras casi tres años de recorrido en su sede actual de la Plaza de las Letras, Medialab-Prado se enfrenta ahora al traslado a una nueva sede, el edificio contiguo de la antigua Serrería Belga. Este cambio supone un reto importante, pues trae consigo unas condiciones diferentes a las presentes en cuanto a escala y contexto.

Parece por tanto un buen momento para abrir un espacio de reflexión y análisis sobre sus prácticas y modos de hacer, su contexto, públicos y usuarios, que nos ayude a proyectar el futuro a través de un proceso dialogado que recoja múltiples aportaciones y puntos de vista; un proceso inclusivo en el que tomen parte personas que han contribuido de manera esencial a configurar el proyecto, entre los que se encuentran colaboradores habituales y usuarios. Y que a su vez incorpore una mirada desde fuera y esté abierto a la participación de cualquier persona interesada en aportar ideas o en escuchar los debates.

La actividad de Pensando y haciendo Medialab-Prado se escructura en torno a cuatro sesiones de trabajo que tendrán lugar a lo largo de 2010, en las que participan como invitados Miguel Álvarez-Fernández, Nerea Calvillo, Jordi Claramonte, Juan Freire, Jesús González Barahona, Antonio Lafuente, Juan Martín Prada, Carolina del Olmo, José Luis de Vicente, y miembros del grupo de los Viernes OpenLab.

Además de las sesiones presenciales, se ha iniciado un proceso abierto de recogida de información mediante un breve cuestionario habituales que se ha enviado a colaboradores y usuarios. Ya se han empezado a publicar las respuestas, y reproduzco a continuación mi texto de respuesta donde hago un análisis inicial de lo que es y podría ser Medialab.

1. Descripción y valoración de tu experiencia en Medialab-Prado

2. Qué es lo que mejor valoras, y qué aspectos crees que deberían cambiar o mejorar.

Trataré conjuntamente los aspectos positivos y negativos dado que en muchas ocasiones están conectados hasta ser las dos caras de una misma moneda:

Su modelo de gestión y funcionamiento. El éxito de Medialab-Prado tiene poco que ver con lo que parece indicar su nombre (un laboratorio de medios). No es la tecnología disponible lo que atrae a los usuarios; al contrario es la propuesta de un espacio abierto y colaborativo. Lograr que Medialab-Prado funcione así, siendo al tiempo un proyecto institucional, requiere de capacidad de facilitación y de tejer continuamente las redes que soportan su actividad.

– En relación con lo anterior, la capacidad de generar una comunidad de usuarios. Dentro de esa comunidad se configura un núcleo estrechamente vinculado a Medialab-Prado que se ha convertido en un apoyo continuo para la definición y desarrollo de su programación y han repercutido intelectualmente en la definición de las líneas estratégicas.

– Como contrapunto, la lógica de desarrollo de la «comunidad Medialab» genera inevitablemente convergencia en cuanto a sus intereses (en los que prima la tecnología y la cultura y el arte), aunque este foco se abre poco a poco en los últimos tiempos. También existe una cierta restricción ideológica o política (o dicho de otro modo una convergencia hacia ese espacio de usuarios que comparten una línea de pensamiento). Esto es por una parte consecuencia lógica de su modelo de funcionamiento, pero al tiempo puede limitar el desarrollo de ciertos proyectos o debates. Se deberían explorar estrategias para generar diversidad continuamente, aunque en algunos casos pueda resultar incómoda para los usuarios más habituales.

– Convertirse en un espacio de referencia a nivel nacional e internacional, lo que repercute en su capacidad de atracción de talento en las convocatorias de proyectos.

– El modelo de actividad basado en el desarrollo de proyectos de forma que la reflexión se sitúa en paralelo o a continuación del «hacer». El modelo de taller intensivo en que se basan muchos proyectos y convocatorias tiene como contrapartida el que muchos de ellos no lleguen a convertirse en realidad o que finalicen en un estado de incubación demasiado incipiente que hace que no continúe su desarrollo. Sería interesante buscar modelos complementarios para proyectos que requieran desarrollos más prolongados, bien mediante convocatorias específicas bien mediante mecanismos que se puedan aplicar en momentos concretos cuando se detecta una situación de ese tipo.

– Existe una escasa involucración y repercusión con el entorno más local (Barrio de Las Letras) y con colectivos diferentes a los que conforman el núcleo central de usuarios (por ejemplo, científicos o empresas). En los últimos tiempos, por el contrario, Medialab-Prado parece abrirse más a esos colectivos e iniciar un proceso de acercamiento a sus vecinos.

– Parte de los proyectos desarrollados pueden pecar de una fascinación por la tecnología, al situarla como un objetivo final y no como un facilitador de un proceso de innovación artística, social o política. De nuevo, creo que progresivamente esto se ha ido corrigiendo.

– La capacidad de generar un diálogo crítico dentro de un entorno institucional (que en muchas ocasiones es el destinatario de las propias críticas). Como consecuencia, Medialab-Prado ha asumido un perfil bajo que en contrapartida provoca una escasa visibilidad más allá de su comunidad de usuarios y de una cierta «elite» tecnológica y cultural (una elite muy diferente a la habitual por otra parte).

– Aunque el modelo de gestión es el mayor responsable del éxito, al mismo tiempo intuyo que presenta ciertas debilidades por el modelo de gestión administrativa y de las relaciones laborales de sus trabajadores. En instituciones públicas en que se externaliza la gestión, existen diversos riesgos; que pueden provocar la eliminación de elementos clave (ya sean modos de trabajo o personas). La funcionarización de Medialab no sería una solución muy posiblemente, pero creo necesario encontrar modelos de gestión y administración que combinen la flexibilidad con mecanismos de sostenibilidad de los elementos clave del sistema.

– En relación con lo anterior, sería especialmente preocupante que los responsables externos (políticos y de gestión) no comprendiesen la idiosincrasia de Medialab-Prado y las razones (casi siempre ocultas) de sus éxitos. Si esto sucede, pueden tomarse decisiones que pongan en riesgo el modelo del centro. De hecho, su desplazamiento a un nuevo edificio no parece haber sido el resultado de un análisis estratégico y no se ha evaluado convenientemente hasta qué punto compromete el modelo y los recursos que se precisan para que este modelo siga siendo viable en un espacio que provocará una mayor visibilidad y nuevas demandas de nuevos públicos.

3. Cómo crees que debería evolucionar teniendo en cuenta su contexto futuro (traslado en 2011 al edificio contiguo, la antigua Serrería Belga)

El cambio de ubicación implicará necesariamente:

– la irrupción de nuevos públicos y usuarios con nuevas demandas (un cambio cualitativo y cuantitativo),

– una demanda de los responsables institucionales de una mayor visibilidad que se deberá lograr, al menos en parte, aumentando drásticamente el componente expositivo de la programación,

– una mayor dificultad, provocada por el aumento de visibilidad, para generar debate crítico y para mantener el grado de autonomía que actualmente cuentan los programas y proyectos.

El «nuevo» Medialab-Prado debería asumir esos retos y desarrollar estrategias para neutralizar esos riesgos y dotarse de la escala que el nuevo espacio demanda. Por supuesto, este cambio requerirá de un aumento de recursos disponibles y, posiblemente, del modelo de gestión administrativa. Por tanto, existe una decisión política previa que debería apoyar este cambio. Una vez cubierta esta necesidad, Medialab-Prado podría y/o debería afrontar nuevas acciones y estrategias que complementen o amplíen el modelo actual, como las que comento a continuación:

Extender su campo de actuación más allá del arte y la cultura aplicando las lógicas digitales (además de las tecnologías) a otros ámbitos, y en especial en lo relacionado con la innovación social, educativa y empresarial. La conexión del arte y la cultura con estos otros ámbitos se configura como uno de los retos de espacios de este tipo.

– Medialab-Prado podría convertirse en un referente en innovación organizativa y en procesos de producción conformando una plataforma de interconexión entre personas (profesionales y ciudadanos), redes, colectivos e instituciones. La cultura digital y las transformaciones tecnológicas de los últimos años ha provocado la necesidad de desarrollar una cultura de innovación abierta que es extraña a buena parte de las instituciones (por ejemplo culturales y educativas) y empresas en España. Por otra parte, en los últimos años se han creado numerosas estructuras de interfaz o transferencia entre el I+D+I y la sociedad (en especial las empresas) que no han logrado introducir nuevas lógicas y se han limitado a aportar recursos materiales y financieros. Se necesitan nuevas infraestructuras de la innovación, que amplían el concepto convencional de infraestructuras duras para incorporar la idea de plataforma abierta, los modelos organizativos y las prácticas de trabajo y desarrollo de proyectos. Medialab-Prado representa un ejemplo claro que podría interesar a numerosos actores que pueden captarse mediante una cierta pedagogía activa y ampliando la programación para captar a estos nuevos públicos y usuarios (que de hecho se han empezado a acercar ya a Medialab en los últimos tiempos).

– Existe una mayor necesidad de lo expositivo para dar sentido al nuevo espacio. Creo que en lugar de tratar de evitar este factor, debería asumirse como una oportunidad para conectar con nuevos públicos y usuarios. Para no pervertir la propia filosofía de Medialab-Prado la exposición debe seguir estrechamente conectada con el desarrollo de los proyectos. Pero, para poder atraer y atender a nuevos y mayores públicos, será necesario reforzar el equipo de dinamizadores que faciliten la comprensión de los resultados expuestos (casi siempre de difícil acceso para aquellos «no iniciados») y alcanzar mayores niveles de desarrollo de los prototipos y productos finales de los proyectos. Además, debería afrontarse, como proyecto de investigación y acción propio del Medialab, el problema de la visibilización de los procesos de trabajo, y no restringir los dispositivos expositivos a los productos finales.

– En los últimos años existe una proliferación de espacios que comparten en mayor o menor medida el modelo de Medialab-Prado (medialabs, citilabs, living labs, mediatecas, centros de producción …) y muchos centros de arte y cultura crean departamentos que pretenden operar mediante el desarrollo de proyectos y de la reflexión a partir de la acción. Esta expansión y diversificación ha sido indudablemente positiva, pero puede que sea ya el momento de pasar a la cooperación institucional que al tiempo facilite la colaboración con colectivos y plataformas. Medialab-Prado puede generar iniciativas en este sentido (continuando con acciones de colaboración ya iniciadas) consolidando una red de espacios y proyectos que permitan optimizar recursos, aunar capacidades y esfuerzos y generar un mayor impacto. Dentro de este campo de acción, un caso singular es el de las mediatecas que prácticamente todos estos centros crean. Es necesario trabajar en la integración de recursos en red.

Estas no son más que algunas posibles líneas de acción que se mueven por el momento más en lo conceptual que en lo concreto. Los debates de este grupo de trabajo pueden ser la vía para transformar estas ideas en proyectos y acciones específicos.

Un comentario

  1. Ricardo_AMASTE

    Interesante.
    El medialab siempre ha sido uno de mis lugares favoritos.
    El estar «desconectado» de sus prácticas siempre me ha permitido visitarlo tranquilo y sorprenderme, de la mano de sus fanatástic*s mediador*s. Mi apatía como espectador casi siempre se ha visto interpelada… Y esa dimensión práctica en directo… Siempre recuerdo, hace bien poco, a alguien que estaba allí, haciendo un ordenador con frutas, a base de ph unos y ceros.
    Me encanta que ahora se repiensen haciendo y de un modo abierto, como siempre. Me gusta porque me ayuda a repensarme a mi mismo, a repensar lo que somos, a contribuir a repensar Medialab, a aplicar sus preguntas sobre otros proyectos en los que estamos implicados, sumar otras preguntas.

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