Las paradojas de Internet, en Babelia

Ayer el suplemento cultural de El País, Babelia, publicó su número 1001 dedicado a «El efecto Internet» donde ha aparecido mi artículo Las paradojas de Internet. Este es el texto:

Existen al menos «dos Internets». La ausencia de límites físicos y la lógica de la abundancia lo hacen posible. Tenemos más información, más de más calidad, y más de menos calidad. Como consecuencia el valor intrínseco de una unidad de información se reduce y aumenta la complejidad y diversidad de los procesos de generación, transmisión y manejo de la información y de las formas e intensidades de las relaciones humanas.

Discutir de modo genérico sobre las bondades o maldades de lo digital significa quedarse en lo superficial e irrelevante. El diablo está, más que nunca, en los detalles. La educación, un uso inteligente de la tecnología, un enfoque político incluyente o excluyente… todos estos factores determinarán las consecuencias para cada ámbito de nuestras vidas afectado por lo digital. Es una evolución en que las herramientas no determinan por sí mismas el resultado final.

Y esta es la primera paradoja de Internet: lo ha cambiado todo para que a la vez todo parezca seguir igual. Aunque esta argumentación es ya vieja y suficientemente conocida la realidad es que buena parte de los debates públicos a que asistimos olvidan esta realidad. Por tanto, Internet es en parte un medio de masas, con mecanismos próximos a los medios tradicionales. Existen blogs de masas con cientos de miles de suscriptores o celebridades que usan Twitter para permitir que sus fans sigan su rastro. Pero al mismo tiempo, Internet es una red distribuida donde conviven innumerables comunidades, el espacio donde unas pocas decenas de personas pueden compartir intereses por muy oscuros o sofisticados que sean.

Un caso especialmente interesante, por considerarse casi siempre banal, es el de Facebook y otras «redes sociales», donde nacen todos los días nuevas «estrellas» con cientos o miles de seguidores. Se ha convertido en la puerta de entrada a Internet de gente de todas las edades para la que lo digital era hasta hace poco algo extraño. Personas que no escriben blogs ni publican vídeos en YouTube y que nunca se han planteado contribuir a un artículo de la Wikipedia. Personas que conciben Facebook como un espacio personal e íntimo donde relacionarse fuera de su ámbito profesional. Son personas que sufren una transformación sutil pero profunda al pasar de consumidores pasivos de productos culturales a usuarios activos que buscan, filtran, remezclan, participan, recomiendan y discuten.

La Internet de masas es más de lo mismo; un espacio interesante para el entretenimiento y la publicidad. La verdadera transformación social es más callada. La cultura digital se asienta sobre nuevos valores o sobre la revitalización de otros como lo abierto, la producción, la copia, la remezcla, la reputación o la meritocracia. Y aquí emerge la segunda paradoja de Internet, la que deriva de las dificultades para entender este nuevo escenario con los criterios convencionales. Surgen nuevos referentes, muchas veces fuera de la academia y de los medios. Las historias y los discursos son cada vez más transmediáticos y fragmentarios, y en ellos las obras derivadas juegan papeles tan importantes como los de lo que antes denominábamos originales. Y buena parte de esta producción exuberante es efímera, destinada a una vida corta.

Convivir con estas paradojas puede provocar traumas. Así, ¿dónde quedan los grandes referentes culturales e intelectuales? Inevitablemente sufren, a veces de forma dolorosa para sus propios egos, una devaluación por la abundancia que provoca la competencia con amateurs, por su dependencia de los medios que cargan con sus propias crisis, e incluso por su falta de competencias digitales, de destrezas para moverse y comunicarse en el entorno digital.

4 comentarios

  1. Te agradezco que nos hayas puesto esta transcripcion aqui, porque estuve leyendo el articulo en el dominical y no lo pude terminar, y por lo que veo, si que era tan interesante como pintaba.

  2. Una cosa más del cambio sutil: en las corporaciones se suman y las iniciativas sueltas de grupos de empleados y unidades que hacen la guerra por su cuenta. Buscan un twitter, se montan un blog… al tiempo que aparecen los movimientos oficiales. Poco a poco descubren los twitts oficiales que tienen empleados twitter y que son una plataforma de soporte de su propia proyección. Los movimientos son torpes y repletos de miedos por carencia de «cultura 2.0», si es que eso es algo, pero nos entendemos. La previsión personal que hago es que el proceso de extensión como mancha de aceite es irreversible transformando las relaciones internas: el departamento de marca o de comunicación querrán tomar las riendas del asunto queriendo centralizarlo o «controlarlo» y… no podrán: las tensiones y la inoperatividad será demasiado grande. La gente irá a su bola y la transformación de la cooperación interna irreversible. O pasa lo de Aena o los Ministerios: capan internet pensando que se les distraen. Se irán por fuera y dedicarán su energía a lo que tu no eres. La entrada de la vida cotidiana de las personas en las «redes de masas» termina entrando en la vida de las empresas, y nada será igual. De los espacios de masas, se termina en las comunidades distribuidas: llega el dia en que dentro hace falta una herramienta para trabajar aislado del ruido… pero conectado con todos. Es decir, me encanta, comparto y es exactamente eso: el sutil movimiento en que mentes que no saben lo que hacen (remezclan, copian, dejan en abierto…) terminan mutando su mente hasta que tengan necesidad de que se haga así. Es tentador decir que es el caso de Alex de la Iglesia, pero eso es atrevido; creo que se ha quedado en la zozobra de darse cuenta de que no es como le contaban. Cada realizador nuevo, cada nuevo empleado de una productora tendrá ese sutil cambio en su mente y entenderá a su espectador. Cada empresa tendrá empleados que no entenderán hablarle a los clientes como ellos no entienden que les hablen.w

  3. Cada vez que pìenso en la cantidad de información por absorber y catalogar en internet me viene la misma idea a la cabeza: ¿A que velocidad tengo que leer?. Si en la era de la Tele una imagen valía mas que mil palabras, en la de internet una imagen vale mas que 1.000.000. y con esta premisa me convenzo cada dia mas de la gran importancia que debería tener YA la formación seria y generalizada en arte. El arte es una forma de condensar, con la idea de unidad de la obra, muchisima información con gran cantidad de matices en poco tiempo y es imperativo que cada cual sea de una vez por todas artista y crítico para llegar a ese nivel de meta-cominicación que nos exige el futuro; es algo asi como si dejaramos de lado toda la arrogancia de los idiomas como los conocemos hasta ahora y enmendaramos todo aquello por lo que catigó dios a los constructores de la Torre de Babel. Hablando de idiomas aqui he mezclado sonidos sacados de la red con el idioma tropical de la cumbia y con el poco japonés que he aprendido y simplemente he podido hacerlo gracias a Internet. Un saludo y que disfruten del video.

  4. You told right about the paradox of Internet,and also the absence of physical boundaries and the logic of wealth,is playing a big role,and the internet paradox is also about the Internet users seek attention by feigning illnesses in online venues such as chat rooms, message boards, and Internet Relay Chat,so these are the main things and points of this.

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