Las batallas ocultas del presente (2). Facebook: ¿implosión o explosión?

Existen muchas batallas ocultas del presente, que no aparecen en los medios de masas pero tampoco parecen preocupar demasiado a los que están inmersos en la cultura digital. Quizás porque los unos son parte interesada y los otros no prestan demasiada atención a lo que sucede fuera de lo que consideran su mundo. Entre estas batallas nos encontramos una que sucede «dentro» de los servicios comerciales de redes sociales y quizás el caso más claro sea el de Facebook.

Facebook, y el resto de redes sociales comerciales, son plataformas cerradas en las que las reglas de juego se definen de modo asimétrico y en las que por tanto existe un riesgo permanente de cambio unilateral de las normas y de utilización de los contenidos e información de los usuarios por los gestores, incluso en contra de los intereses de los primeros. Por su modelo cerrado y el crecimiento de su base de usuarios, Facebook va camino de convertirse en una Internet dentro de Internet. Una «nueva Internet» gobernada de forma muy diferente, centralizada y jerárquica.

Sin embargo Facebook se ha convertido en la puerta de entrada a Internet para mucha gente de todas las edades para la que lo digital es algo extraño y hasta hace poco ajeno. Personas que nunca se han planteado un uso activo de la red, que no escriben blogs ni publican vídeos en YouTube, que nunca se han planteado contribuir a un artículo de la Wikipedia, que no usan Twitter ni posiblemente conocen lo que es un rss. Personas que conciben principalmente a Facebook como un espacio personal donde relacionarse fuera de su ámbito profesional. Un lugar para la intimidad, al menos aparente, con centenares o miles de contactos.

Quizás estos usos pasan desapercibidos o son despreciados por aquellos más involucrados en la cultura digital. Al fin y al cabo, son usuarios interesados casi siempre en que su actividad pase desapercibida más allá de su red de contactos; desconocen buena parte del «mundo exterior» a la red social; parecen no preocuparse por los riesgos que las «leyes» de Facebook les imponen; y normalmente no están preocupados por las grandes transformaciones sociales que está generando la tecnología.

Si observamos su actividad podremos ver como mucha gente desarrolla dentro de Facebook muchas de las competencias tecnológicas y comunicativas propias de la cultura digital. Aprenden a editar y gestionar fotografías, establecen múltiples diálogos simultáneos, utilizan múltiples medios (texto, audio, video …) en una misma conversación, adoptan en ocasiones múltiples personalidades, simulan, juegan … Y paradójicamente lo hacen todo dentro de un mismo entorno.

Son usuarios que han pasado de consumidores pasivos de productos culturales a usuarios activos que buscan, filtran, remezclan, participan, recomiendan y discuten. Estas personas ya adultas y que han tenido una existencia completamente analógica en la mayor parte de su vida sufren en gran medida la misma transformación silenciosa que describió para los adolescentes el Digital Youth Project. Y en ambos casos, las redes sociales se convierten en espacios de aprendizaje activo y colaborativo. Un proceso no deliberado y casi inconsciente.

Desde este punto de vista, avanzamos hacia un conflicto que empieza a conformarse en la mente de muchos usuarios. Por una parte Facebook cuenta con un número creciente de usuarios más dependientes de su plataforma y por tanto disfruta de un poder mayor respecto al «resto de Internet» para imponer nuevos modelos de gobierno y códigos culturales. Pero dentro de Facebook los usuarios son cada vez más activos y por tanto adquieren mayor consciencia de las limitaciones y peligros de estos servicios comerciales. Se dibujan dos escenarios alternativos: la implosión de Internet o la explosión (en el sentido de destrucción) de las redes sociales. ¿Acabará el modelo cerrado de Facebook por absorber el resto de la red haciendo que los medios regresen al modelo de masas basado en el consumo masivo y pasivo?. O por el contrario, ¿serán las masas de usuarios conscientes y con competencias crecientes los que abandonen Facebook (o la obliguen a transformarse) y amplíen la base social de la red abierta y activa que constituye Internet tal y como lo conocemos?

15 comentarios

  1. afortunadamente han aparecido redes sociales libre como n-1 (https://n-1.cc/) una de las que está federando el proyecto Lorea (https://n-1.cc/pg/groups/7826/lorea/).
    además, hoy justo anunciaron los nominados a los premios transmediale 2011 (http://www.transmediale.de/en/awards2011) y parece que se confirma cierto apoyo o «legitimación» en esta dirección con la nominación de Seppukoo y Thimbl, este último explica muy clarito lo que sucede con este tema aquí (https://docs.google.com/present/view?id=ajgtbbdpw978_327dxhvp8d3).

  2. Facebook es, quizás, el más claro ejemplo de uso de internet por ‘aplicaciones’ (aunque, quizás en este caso, sea más correcto hablar de ‘metaaplicación’). Reformulando (en cierto sentido) tu pregunta cabría plantearse si vamos hacia una red de aplicaciones o si se mantendrán estructuras y comportamientos más abiertos.
    Los nuevos dispositivos tienden a favorecer la navegación por aplicaciones, por varios motivos: interfaz, conectividad, modelo de uso, etc. Teléfonos móviles, el famoso ipad (y el resto de tablets que vienen), incluso las consolas conectadas… todos ellos favorecen ese modo de uso de la red. Queda una de las batallas principales, la tele conectada. Pero los tiros van por ahí, tanto por los condicionantes técnicos, como por los posibles modelos de negocio planteados por los grandes (Apple y Google en este caso).
    Desde luego, este modelo (aplicaciones) resulta enormemente cómodo y atractivo para las empresas. Se acabó (ejem) el campo a través. Caminos y carreteras bien señalizados, con normas y sanciones, llegado el caso.
    Mmm todo esto que he escrito me suena como a cosa del pasado. Como a ‘línea de comandos’ vs ‘ventanitas’.

  3. Totalmente de acuerdo, son buenas señales. Cuando los usuarios quieran «salirse» de las redes cerradas necesitarán alternativas, y estos proyectos son las infraestructuras que lo pueden permitir.

  4. Muy interesante Juan; y en la misma onda de lo que en alguna ocasión he podido leerle a Francis Pisani al respecto. Un saludo, A.

  5. Me pasé mi juventud en un bar de mierda, todos los que íbamos lo teníamos claro, era caro y mal decorado, nos pasamos todo ese tiempo diciéndonos que deberíamos cambiar de bar, pero nunca lo hicimos. ¿Porqué? porque al fin y al cabo era a ese bar donde la gente iba. Con muchas personas comenté este problema y la mayoría parecía coincidir conmigo, pero nadie cambió. Un día, en un acto de rebeldía me metí en otro bar, más barato, mejor decorado y con un camarero la mar de atento; después de pasarme un mes tomándome las cervezas solo decidí volver al de siempre, mas caro, más feo y con un camarero que iba de sobrado… pero era ahí donde estaba todo el mundo.

  6. Excelente, Juan. Hace tiempo que vengo teniendo esta misma argumentación con algunas consultoras con las que colaboro.Quizá ingenuamente pensando que los mejores, los que tengan algo que decir, terminarán saliendo ante las restricciones ¿inacepables? del uso de Facebook y las redes comerciales. Lo interesante quizá también empiece ahora; una vez instalados en ese mundo cerrado, se empieza a necesitar a tener un mundo libre y las marcas que invierten en redes sociales con inteligencia empiezan a intuirlo. Uno de mis interlocutores me ha llegado a decir que se replantea la recomendación genérica a sus clientes: vete a Facebook, que si tu montas algo no hay nadie. La cuestión es si mucha gente crea relaciones de calidad. CUando hay mucha gente, hay demasiados intereses que abordar y nunca se puede personalizar ni tener un diálogo real.
    El caso, VIcens, es que dejar un bar por otro ya ha pasado: Myspace ya no es nada y fue la anterior gran esperanza blanca. Que no te siguieran una vez, no quiere decir que no lo hagan en la siguiente. Y la cuestión de quién es seguido y quién influye en las redes es determinantes. Alguien dirá un día que no es cool seguir en Facebook. Y la parte dinámica marchará a regenerar nuevos barrios. ¿Conseguirá Diaspora crear una tendencia entre usuarios avanzados para romper con el espacio «donde está todo el mundo»? Por que está todo el mundo yo pongo mis enlaces… pero mis conversaciones de valor siguen fuera.

  7. Gonzalo, «porque está todo el mundo yo pongo mis enlaces… pero mis conversaciones de valor siguen fuera»: lo cual viene a reivindicar la blogosfera como contenedor de contenidos de una cierta calidad (que por cierto antes no era), y facebook / twitter sus anzuelos. Interesante pirueta del destino, cuando se la dio por muerta antes de tiempo (a la blogosfera). Saludos, A.

  8. Mi padre tiene 77 años y perfil en facebook. Hijos y nietos compartimos cosas y noticias con él, y él con nosotros. Muchas veces nos sorprende agregando gente de lo más dispar por su cuenta o compartiendo noticias a las que no hubiera llegado de otra forma. A veces se agobia porque no «encuentra cosas» que nos quiere enseñar, pero también disfruta con el bullicio y la diversidad. No busca trascendencia, ni se entera de las leyes. Es una forma de relación y aprendizaje en una edad en que las opciones son menos. También usa la banca electrónica, pide cita médica por internet y se ha acostumbrado a enviar y recibir fotos y documentos por correo electrónico (hizo nuevas tarjetas para poderlo dar). Pero facebook es como bajar a pasear por la plaza mayor. Siempre tiene que haber una y siempre parece llena aunque muchos prefiramos otras rutas.
    Personalmente no soy aficionada al facebook. Prefiero conversaciones más tranquilas y localizadas. Pero probablemente para mucha gente, como mi padre, significa un gran paso.

  9. ¿qué otra cosa he dicho, Andrés?

  10. Esa misma, y me alegro de que sea lo mismo que pienso yo 😉 Un abrazo, A.

  11. Coincido con Isabel, en que Facebook es una especie de plaza, como las de los pueblos. He crecido en pueblos y siempre fue un poco aburrido eso de la plaza. Vas allí porque todos están y pareciera que no hay otro lugar igual dónde ir, pero, como dice Gonzalo «cuando hay mucha gente, hay demasiados intereses que abordar y nunca se puede personalizar ni tener un diálogo real». Eso se siente en las plazas y en ciertos bares, que tienen su razón de ser como un espacio para lo masivo e indiferenciado. Sin embargo, en Internet hay muchos otros lugares a dónde ir, en los cuales encontrar esas afinidades más específicas que son difíciles de identificar en facebook, al menos para los usuarios generalistas. Quienes ya estamos inmersos en la cultura digital nos encontramos con nuestros pares en sus blogs, en twitter, en redes y eventos. Al final… quizás más que la tecnología, quien tenga mucho que decir aquí es la sociología, la arquitectura de las redes sociales.

  12. Para expandir las presencia entre los conocidos, facebook. Para expandir las ideas al mundo, el resto de la web. Simple.
    Twitter como pivote de todo con todo.
    Twitter es la Súper Prensa, que pulsa la secuencia correcta de todo aquello público o privado que nos interesa y ante lo cual nos suscribimos.

  13. Leyendo tu artículo, Juan, me recuerda sobremanera un post de Carlos Scolari en hipermediaciones que titula Facebook Vs Google, un conflicto semiótico? Aquí el artículo: http://j.mp/a01nZw . Yo luego lo comento, con otras cosas, en esta entrada de octubre 2009 en mi blog: http://j.mp/bo8NDI . Creo que todo el problema tiene que ver con el modelo de negocio, a Facebook no le interesa que la gente busque afuera lo que ya ellos (facebook) te ofrecen adentro, afuera ellos no ganan por los clicks que tu haces en publicidad; como tu dices, quieren reinventar Internet. Según la metáfora de Scolari, Facebook es una web centrípeta, porque atrae usuarios. Google en cambio sólo es una cañon: haces la búsqueda y una vez que clickeas, te sales de Google; una web centrífuga. Tal como está ahora, Facebook forma parte de la web oculta, ¿el desenlace? Una vez que Internet te ofrezca gratis lo que ofrece Facebook «gratis» pero cerrado, para mucha gente no será atractivo hacer «vida» en Facebook.

  14. Hace aproximadamente un año que soy usuario de redes sociales, en general y de facebook en particular. No es excesivo tiempo, pero me considero un usuario bastante activo, sobre todo en facebook.
    Si bien creo que hay vida, virtual, más allá de las redes sociales, creo que éstas han supuesto una verdadera revolución en la concepción de la nueva red por parte de un gran número de usuarios. Me explico, ha posibilitado el acceso a la red de muchas personas no usuarias, ha incrementado el uso [con fines muy diferentes] de la red y ha multiplicado por mucho la posibilidad de interacción en la red. Ahora bien, las redes sociales no son lo único que hay en la red. Existen infinidad de herramientas y aplicaciones de carácter social, colaborativo, participativo además de las redes sociales. Tendremos que ir aprendiendo a utilizarlas con unos plazos diferentes a lo que ha sucedido con las redes sociales.
    Sin embargo creo que estas redes han hecho un primer trabajo muy importante en la configuración de esta red 2.0, aumentando en número la masa de usuarios, posibilitando la producción o transformación de contenidos y pasando a jugar un papel activo.
    No sé si las redes sociales, más concretamente, son más cerrados o abiertos que, por ejemplo, Google; a mí hay muchas cosas que me parecen similares, pero en fin.
    Creo que esta nueva cultura creada, también a partir del uso de redes sociales, evolucionará hacia modelos más participativos y flexibles y creo también que las redes sociales irán flexibilizando sus políticas y las capacidades o posibilidades que otorgan a sus usuarios, si no quieren perder masa de usuarios y, consecuentemente, notoriedad.
    Finalmente, quizás sea una locura decir esto, creo que se está ya hablando de la llegada de la web 3.0 y creo que aún no hemos entendidoo bien lo que de verdad supone la 2.0.

  15. Buen ejemplo que ilustra la tendencia actual: «Be there or be square»

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