La desconexión absoluta y el hackeo de identidades, en Generacion Red

Esta semana, en Generación Red, seguimos explorando “desde el otro lado” algunos de los miedos y reacciones que provoca la entrada de la cibercultura en la vida cotidiana de muchos “inmigrantes digitales”, en su mayor parte forzados a viajar en una mínima “patera” sin herramientas para la supervivencia.

En ¿Es seguro vivir sin una identidad digital? critico la estrategia suicida de desconexión total con la que muchas personas reaccionan ante el peligro de la pérdida del anonimato y la intimidad en la sociedad red. Este es mi argumento principal:

Por tanto, o somos tan irrelevantes que podemos confiar en que nadie se sienta tentado en hackear nuestra identidad virtual o, aunque sólo sea por protección, deberíamos construirnos nuestra propia identidad en la red. Seguimos pensando en la alfabetización digital en términos muy básicos, pero cada vez es más urgente empoderar a la gente con un nuevo modelo de alfabetización, aquel que nos permita controlar herramientas y canales y nos otorgue la libertad de controlar nuestra propia identidad.

Pero existen otras razones, aún más importantes aunque menos catastróficas (y por tanto, menos mediáticas) para construir nuestra identidad digital. En primer lugar, no existen identidades reales y virtuales separadas, ambas se mezclan e hibridan, de modo que si prescindimos de una de ellas nos desconectamos de la realidad, no de Internet. Por otra parte, la utopía del anonimato absoluto es muy difícil, diría que imposible, de lograr. Pero podemos sustituir esta inútil utopía con el pragmatismo del control de la información que hacemos pública, de modo que “liberemos” suficiente información y en los formatos adecuados para que sean esas fuentes las que se indexen en los buscadores, los nuevos filtros a través de los que contemplamos la realidad.

Esto es válido para las “débiles personas”, pero también para muchas supuestamente “poderosas organizaciones” que siguen ancladas en un modelo analógico (o de Internet del siglo XX) en su relación con la sociedad que hace aguas por todas partes. Entre otros ejemplos ya clásicos que cito en el artículo, estos días asistimos a uno de los (esperemos) últimos ataques de un dinosaurio conservado artificialmente, gracias al formol que le añade un medieval diezmo impuesto por sucesivos gobiernos a todos los ciudadanos (esos mismos gobiernos que dicen defender los “intereses generales”):

La triste, patética y, finalmente, inútil, alternativa la podemos contemplar estos días con el caso de la demanda de la SGAE a Julio Alonso a raíz de un post de 2004 sobre el google bombing “SGAE=ladrones”. Puede que Julio tenga que sufrir la incomodidad y preocupación que supone un ataque del gran lobby nacional, pero el demandante ha logrado ya, de forma casi inmediata, el efecto contrario al que esperaban.

Un comentario

  1. Es curioso el caso del escritor de la novela «El Viajero» (http://es.wikipedia.org/wiki/John_Twelve_Hawks) que afirma que vive «fuera de la Red». Quizás si fuera verdad no se lo anunciaría a todo el mundo o puede que lo único que pretenda sea mayor expectación y publiciad. La novela en sí forma parte de una trilogía de la cual la primera parte la recomiendo. La segunda parte ha salido recientemente en inglés.
    Intuyo que algunos de los miedos que pueda tener mucha gente se relacionan con el tráfico de datos o información personal o profesional, con fines publicitarios, mercantiles, sanitarios o de cualquier otro tipo, así como la difusión de contenido privado o no deseado de un usuario por parte de terceros (incluidos gobiernos y grandes corporaciones). Aunque si somos realistas, los mayores difusores de nuestra información privada sean nuestros propios familiares, amigos, vecinos o conocidos. Con esto quiero decir que el artículo aporta un punto de vista y una acción inteligente y razonable, a pesar de que la manipulación y difamación de esa propia información no pueda ser evitada; pero eso mismo ya pasa en la vida terrenal, como decía antes…
    Os dejo un enlace:
    http://www.lavigilanta.info/

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