Kill your Power Points!!!

En Soitu.es | Piel digital, propongo algunos métodos para Sobrevivir al Power Point, o más bien para convivir con Power Point sin que nuestras audiencias se resientan demasiado:

Power Point se ha convertido en sinónimo de presentación y, casi, de conferencia. No hay evento, seminario o reunión de trabajo que se precie en la que nos ponentes no acompañen su intervención con una colección de textos e imágenes que han preparado con este programa de Microsoft. Incluso cuando alguien utiliza Keynote de Apple o Impress de OpenOffice, sus presentaciones se suelen denominar “el powerpoint” (un término digno de incorporarse al estribillo de cualquier futuro éxito en el festival de Eurovisión). Por supuesto este éxito se acompaña de fuertes críticas, tanto al sobreuso (o mal uso) de las ayudas visuales por los ponentes como, más específicamente, a las limitaciones que impone el programa Power Point cuando se prepara una presentación.

Estos son algunos recursos, que comento en el post, para tomar decisiones sobre como hacer presentaciones:

Pero, el objetivo principal del post es recoger estas recomendaciones empíricas:

… quizás la mejor recomenadación sea seguir los consejos de alguien reconocido como un excelente conferenciante y que utiliza magistralmente, en opinión de su audiencia, sus “powerpoints” (“keynotes” en este caso). Se trata del Lawrence Lessig …Como explica el propio Lessig en su blog,  A physicist on the "Lessig style", el físico nuclear Chris Tunnell, del Sudbury Neutrino Observatory, aplicó las “lecciones” de Lessig a una presentación que realizó en una conferencia científica y las recopiló en un texto (que aparece en el post)… Estas serían, en síntesis, las lecciones principales:

1. Minimalismo. Reducir drásticamente la información incluida en cada diapositiva. De este modo la audiencia no tiene que leer los textos y comprender los gráficos antes de que pueda empezar a escuchar. La audiencia presta atención al conferenciante y la ayuda visual solo enfatiza los puntos clave de la charla.

2. Texto mínimo. Tratar de utilizar el mínimo número de palabras y letras en cada dispositiva (si es posible, restringirlo a una o dos palabras). Eso es especialmente necesario si la información es de difícil comprensión. como en el caso de las ecuaciones matemáticas.

3. Usar etiquetas XML. Un estilo muy geek pero que puede ser efectivo (si tu audiencia entiende este código) para porporcionar a la charla una jerarquia y que la audiencia pueda saber en cada momento en que punto de la conferencia se encuenta. Alternativamente, para audiencias no-geek, se puede utilizar la tipografía y el color como elementos señalizadores.

4. Reutilizar imágenes y textos a lo largo de la charla de forma que se conecten las diferentes partes. De este modo, junto con la recomendación anterior, es más difícil que alguién se pierda y abandone o que, si se pierda, pueda recuperar el hilo de la intervención.

5. Conocer con anterioridad la siguiente diapositiva. Puede parecer obvio pero no lo es. Es bastante habitual que sea la diapositiva la que “avise” al conferenciante del tema que tiene que tratar en ese momento. Esta estrategia provoca en ocasiones caídas de ritmo en la charla. Además, la sincronización entre la voz y el texto puede ser útil para reforzar ideas (aunque si se repite demasiado puede acabar por ser contraproducente).

6. Diapositivas en blanco. Es una forma de introducir una pausa y un cambio de ritmo en la intervención y lograr que la audiencia espera algo especial tras esa diapositiva.

Aunque lo que supone un auténtico reto es tratar de utilizar esta otra estrategia:

… En este sentido, me ha resultado extremadamente sugerente la “presentación asbtracta” que ha publicado Chris Heathcote (un viejo conocido de Piel digital) en abstract pointillist. Esta presentación está disponible en Slideshare para su descarga y se compone de 20 diapositivas que pueden ser usadas en cualquier presentación, sea del tema que sea. Solo se necesita que cada uno corte, copie y pegue  las dispositivas como crea conveniente para crear un flujo abstracto que acompñae a las ideas sobre las que quiere hablar. Y estas serían las tres recomendaciones básicas, que en este caso si podrían ser consideradas “leyes universales”, para utilizar esta presentación abstracta:

  1. Las presentaciones tratan de ideas, no de textos
  2. Leer las diapositivas es un crimen atroz
  3. La gente no puede arreglárselas sin algún tipo de estimulación visual

4 comentarios

  1. Quizá debéramos preguntarnos antes por qué tiene tanto predicamento el concepto de «presentacion». Puede que sea porque seguimos pegados al modelo profesor-alumno, gurú-masa, conferenciante-público, consultor-cliente, pero no a otros formatos de aprendizaje conjunto más participativo.
    Por ejemplo, el último Pecha-Kucha al que asistí, precisamente con la presencia de sus inventores, era -a través de los mecanismos visuales y «minimal» que comentas- una gran exhibición de personalidades ocurrentes que generaba muy poco aprendizaje y nula participación, probablemente porque no buscaban eso.
    A lo mejor deberíamos considerar las presentaciones ¨harmful¨ y primar la conversación, el diálogo y el aprendizaje. O no utilizarlas si queremos aprender juntos.
    Eso sí, la recopilación de consejos para seguir haciendo presentaciones es práctica.

  2. Creo que al final es cuestión del estilo que uno_a le quiera dar al uso del pwt. Es curioso ver que en el uso de las presentaciones no mantenemos una identidad, de hecho, en un momento dado unos hemos utilizado las presentaciones de otros.
    El pwt de alguna forma representa nuestra zona de confort, no?.
    Un ejemplo de encuentro, congreso, espacio sin pobre point es http://www.thecoffeebreak.biz/cas_tcb08.html. Además se presenta así,
    «the coffee break: ni ponencias, ni power point! Un congreso con un formato innovador que reúne a personas innovadoras y creativas para fomentar el contacto informal, la interacción y la búsqueda de intereses comunes, con el objetivo de generar oportunidades de negocio… mientras toman un café. »

  3. Leo a Lessing (estoy suscrito a su blog, vamos) y, aunque me interesan muchas cosas de las que hace (otras no, como el proceso de decisión de si ir o no al congreso), nunca he visto hasta el final una de sus presentaciones. Me parecen redundantes. Aunque el tipo tiene mucho éxito, así que debe ser problema mio.
    Yo seguía la regla 5×5 (no más de cinco líneas con no más de cinco palabras) y ahora utilizo 3×3. Aunque en la Universidad pongo bastante rollo porque no me apetece que los alumnos se pasen la clase copiando.
    Pero en fin, a gustos…

  4. Además de no aburrir al público con presentaciones llenas de textos y explicaciones que uno espera oír de la persona que expone y no tener que leerlas, resulta una buena estrategia para las explicaciones en clase. Los alumnos, al menos en Chile, esperan que el power point del profesor les solucione la vida, porque no quieren tomar notas ni ampliar la información que se les presenta.

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