Investigación y Empresa: Mesa de debate en las VI Jornadas de Jóvenes Investigadores (Granada)

Esta semana se celebran en Granada las VI Jornadas de Jóvenes Investigadores, organizadas por la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI-Precarios), a través de la Asociación de Jóvenes Investigadores de Granada (ASI-Granada). El viernes 15 de Febrero participaré en la mesa de debate Investigación y empresa, junto con Ana Cortés Herreros (responsable de la OTRI de la Universidad de Valencia y coordinadora de la RedOTRI), Carlos Franco Alonso (representante del Departamento de Coordinación y Dinamización del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, CDTI) y Alberto Bago Pastor (Científico Titular del CSIC; promotor de la spin-off del CSIC Mycovitro en Granada). Estaremos moderados por Roke Oruezabal de la Universidad Autónoma de Madrid.

Los temas de debate propuestos por la organización serán: Relación de la investigación con la industria. ¿Investigación básica versus investigación aplicada? Transferencia del conocimiento científico en nuestro país. Ventajas e inconvenientes. Burocracia del registro de patentes. Beneficios económicos y curriculares de las patentes. Programas públicos y privados de financiación.

Estas son algunas ideas (presentadas de modo esquemático y un tanto desordenado) que quiero plantear en mi intervención. Las planteo a partir de mis experiencias personales como “usuario” y participante activo en el sistema de I+D, como profesor universitario y coordinador de un grupo de investigación  y como emprendedor que ha participado en el nacimiento de dos spin-offs.

Existe dos cuestiones previas sobre las que no entraré que se centran en: a) la financiación de la I+D, y b) el problema de la ausencia de capital riesgo y, especialmente capital semilla, en España (tratado aquí y aquí). En todo caso, entiendo que no son estos los principales problemas con los que se tienen que enfrentar los emprendedores que desde dentro de la universidad pretenden lanzar spin-offs o los científicos universitarios que trabajan con el mundo empresarial. Más allá de la financiación existen otros aspectos relevantes que normalmente pasan más desapercibidos en el debate (puede una de las razones sea que son más difíciles de rentabilizar políticamente).

Planteo aquí lo que entiendo como principales retos que tiene que afrontar la universidad para mejorar su integración con la sociedad y su interacción con el mundo de la empresa. Son retos que muchas universidades e instituciones ya han identificado pero que para los que solo puntualmente han propuesto e implementado estrategias. Por tanto hablaré principalmente de los problemas actuales que afectan a la universidad (no entraré en el análisis de la parte empresarial), lo que no quiere decir que no existan avances y casos de éxito.

1. Relaciones entre la universidad y el mundo empresarial

– Se necesita un interfaz operativo entre universidad y empresa, que vaya más allá de las relaciones protocolarias e institucionales y se traslade a una comunicación contínua y una cultura de colaboración. Para ello es ensecial la formación de redes centradas en las personas (no en las instituciones) con “intermediarios” que conozcan a las dos partes (sus capacidades, necesidades, su organización y la cultura de las universidad y de la empresa). Estas redes de colaboración deben ser flexibles y fluidas, huyendo en la medida de lo posible de la excesiva institucionalización y burocratización.

– La relación con los diferentes sectores socioeconómicos deben basarse en un “diálogo” a largo plazo que de paso a proyectos específicos. Pero no es posible crear el clima de colaboración y entendimiento mútuo si las únicas interacciones surgen coyunturalmente en el marco de proyectos específicos (y muchas veces se derivan solo de la necesidad de asociación para lograr financiación).

2. Gestión de la I+D dentro de la universidad

– Los grupos de investigación deben gestionarse en un entorno crecientemente competitivo y abierto, pero se encuentran ligados a instituciones, las universidades, en las que perviven modelos obsoletos de gestión administrativa y estratégica que nacieron en otro contexto y con otros objetivos. Las universidades siguen manteniendo estructuras cerradas y fuertemente burocratizadas y han desarrollado muy escasas innovaciones organizativas. Paradójicamente la ciencia siempre ha sido un proceso abierto y colaborativo. Además, los avances tecnológicos están haciendo que las organizaciones adopten modelos abiertos y en red.

– Los problemas anteriores se ven agravados por el innegable crecimiento de la inversión en I+D pública (canalizada en gran medida a través de las universidades), que no se ha visto acompañado de cambios en su gestión. De persistir esta tendencia, el crecimiento de la financiación puede incluso acabar por ser contraproducente. Los mecanismos burocráticos que funcionan dentro de las universidades y en la relación de los grupos con los agentes externos públicos son enormemente lentos e inflexibles y sus requerimientos crecen (al menos linealmente) con la financiación disponible. Pero, paradójicamente, los grupos no pueden dotarse (o lo hacen con grandes dificultades) de mecanismos y recursos (humanos y materiales) para su gestión, por lo que el crecimiento de un grupo (y de su financiación) supone una importante carga de trabajo para los propios científicos tanto en el plano puramente administrativo como de comunicación y estrategia.

Es sorprendente que el propio poder público (tanto estatal como en algunas autonomías) consciente de estos problemas haya ideado modelos alternativos que aplican tan solo a unas pocas excepciones (científicos, grupos o centros “de élite”), pero no se extienden al resto del tejido de I+D. Si estos modelos alternativos no introducen privilegios si no flexibilidad, es incomprensible que no se trasladen al resto del sistema de I+D español.

– El modelo de grupo en renovación constante (unos pocos científicos permanentes y un grupo amplio de personal en formación, destinado a abandonar el grupo una vez acabada su formación) es insostenible cuando se pretende alcanzar una escala que permita abordar grandes proyectos (como los que prioriza la Unión Europea) o relaciones estables con el tejido empresarial. Es necesario dotar a los grupos de la capacidad de diseñarse organizativamente con mayor flexibilidad (por ejemplo, introduciendo figuras de gestores, personal técnico, …) y con mejores perspectivas de estabilidad (siempre que el propio grupo pueda mantener el nivel de financiación). En resumen, en cierto modo se deberían concibir los grupos como pequeñas o medianas empresas en todo lo que respecta a su gestión y rendimiento de cuentas a las universidades y organismos financiadores. Las spin-offs constituyen alternativas de gestión para los grupos que por su tamaño y/o modelo de I+D encajan difícilmente dentro de la universidad convencional.

– A pesar de las críticas a internas que surgen repetidamente a la priorización que las universidades dan a las actividades investigadoras respecto a la docencia, en la práctica existe una ausencia de incentivos dentro de las universidades para fomentar las actividades en I+D. Además en ocasiones los supuestos incentivos son totalmente perversos dado que resultan ridículos en comparación al esfuerzo que requiere desarrollar un grupo realmente competitivo. A nivel personal puede resultar más atractivo limitarse a líneas de investigación puramente académicas y de pequeña escala (o incluso abandonar la investigación) a embarcarse en objetivos más ambiciosos. Este problema enlaza con la ausencia de una estrategia coherente de las propias universidades (ver más abajo).

3. Fallos estratégicos de las universidades

– Ausencia de una estrategia real y efectiva de comunicación de las universidades. Tienen enormes dificultades, o no se lo plantean como objetivo básico, comunicar a su entorno social sus capacidades y pontencial. Las universidades españolas juegan un papel muy marginal en la sociedad, a pesar de su potencial relevancia por el número de personas (estudiantes, trabajadores) a las que llega directamente o su teórico papel en una economía cada vez más basada en el conocimiento. Como ejemplo, la presencia efectiva de las universidades españolas en Internet es mínima a pesar de su importancia creciente como canal de comunicación. Parte de este problema puede ser debido a la visión de la universidad como “torre de marfil” donde se centraliza el crecimiento de alto nivel y a la confusión de la comunicación con la divulgación.

– Las universidades no cuentan en general con una estrategia institucional coherente que se traduzca en objetivos específicos. Así contamos con un gran número de instituciones genéricas (salvo algunas excepciones y los casos de universidades politécnicas) que pretenden abordar múltiples objetivos (académicos, I+D…). No es posible competir bien y en todos estos frentes. Ha llegado el momento en que cada institución debe definir sus capacidades, priorizando acciones y objetivos. Por otra parte, es insostenible que la universidad siga entendiendo a su personal científico como un todo homogéneo, de modo que no desarrolla incentivos apropiados para los diferentes perfiles. Por ejemplo diferenciando a aquellos que trabajan más en el ámbito docente respecto a los que dedican mayor esfuerzo a la investigación, pero también, dentro de estos últimos, a aquellos con interacción con el sector productivo respecto a los que trabajan en líneas con un mayor componente académico. No se trata de priorizar a unos sobre otros, pero si de aceptar la diversidad y potenciarla aplicando incentivos adecuados para cada situación. En caso contrario nos encontraremos con sistemas genéricos, prescindibles y poco competitivos.

6 comentarios

  1. Cuando escucho la parte de presupuesto público que se invierte en I+D+i siempre me surge la duda sobre cuan eficaz está resultando esa inversión. Me queda la sensación que disponemos de Centros Tecnológicos, Universidades y Empresas como entes que investigan, desarrollan e innovan aisladamente, y que no se potencian las deseadas sinergias para que esa inversión genere un desarrollo económico notorio y visible. Siempre pienso que debería haber una mayor fusión, maridaje o incluso promiscuidad entre estos entes, de modo que se contaminaran unos de otros. Que en la universidad surja el emprendizaje, que en los departamentos de I+D+i de las empresas se otorguen becas predoctorales y post doctorales, que haya más investigadores ue compaginen universidad y empresa. Y todo esto la administración lo puede potenciar mediante sus políticas fiscales y de subvenciones.

  2. Aunque critiquemos a los americanos, en muchos aspectos nos llevan una delantera quasi sideral. Nos fijamos mucho en los avatares de la guerra, pero la industria armamentística es la que les llevo a liderar el paradigma actual de la ciencia. Ya no la Big Sciencie sino el último paradigma la «Tecnociencia». No es un invento mío , estoy siguiendo conocimientos de Javier Echeverría un navarro profesor de Filosofia. En uno de sus últimos libros publicados aparece el esquema de como funciona en Estados unidos las diferentes oficinas de investigación , qu´e epartamentos los regulan y dirigen y como están todos integrados. No se trata de hacer ciencia en el laboratorio. Eso es uno de los pasos, hay que contar con antropólogos, biólogos, juristas, sociólogos, economistas etc. No puede ser que unos cátedros que accedieron a dedo, probablemente sin merecerlo, por que eran «peloteguis» manejen el tesoro público y sus programas no conduzcan a nada, nada más que fustración, etc. Un saludo

  3. En los EEUU,en el decurso de los años noventa del siglo XX,se introdujo en la política y en las universidades el discurso de la excelencia y la calidad,tomado a su vez del mundo empresarial.Ahora bien,ese discurso traía consigo una consecuencia:lo que se llamó en EEUU el adelgazamiento de la universidad,o sea,dicho en términos más familiares,la reconversión de las universidades(…)se clausuraron numerosas facultades y se procedió a despedir,en algunos casos masivamente,a profesores y administrativos,al tiempo que se reducían titulaciones y se limitaba el acceso de los alumnos a los estudios superiores.
    ..hay algunos hechos que llaman la atención,desde un punto de vista empresarial.En primer lugar el lema del»adelgazamiento de la universidad» no fué asumido por nadie.Da la impresión que en la universidad todos los profesores son absolutamente imprescindibles,empresarialmente hablando,lo que no parece creíble(aunque sí defendible desde puntos de vista políticos y sindicales)

    Cuando no se dice lo que se piensa,y se habla contradiciendo lo que uno hace,es que no se quiere decir lo que uno quiere.Y cuando uno no quiere decir lo que quiere,es que quiere esconder algo¿Acaso hay algo que ocultar?
    ¿De veras queremos que la Universidad sea una empresa?
    Las palabras y los hechos
    http://firgoa.usc.es/drupal/node/29545

  4. Estoy totalmente de acuerdo en que no vale hacer una política de centros investigación/tecnológicos y universidades de «todo vale» y de cualquier proyecto es aceptable siempre que haya financiación. Esto ha sido el modo de proceder frente a una AA.PP. poco preparada para liderar procesos (q por otra parte no hay más que discurso estos días) de retención y atracción de talento investigador. A mi lo que me empieza a preocupar más es el slogan que la clase política de cualquier lugar y color utiliza, argumentando la atracción de talento (ya que por otra parte es más vendible y da mejor imagen, además de evitar erigirse en una situación incomoda como arbitro en lo local)…como algo positivo para la comunidad local.
    Vale.
    Y la ¿retencio´n de talento?
    ¿Dónde están los programas para formar investigadores locales?
    Y no…únicamente los recien titulados. Que por otra parte, disponen de muchas posibilidades, muchas más que las que había hace 10 años.
    NO se trata de ser un «mileurista» victima…ni un catedrático «apolotronado»…
    Creo, que ni unos ni otros mueven el sistema.
    ¿Y la enorme masa crítica que diariamente se pega con la realidad y con la necesidad/requerimiento casi autoimpuesto de la excelencia?
    Bueno. Provoco, para que alguién me saque de mi línea argumental «negativa». Pero, no me sirven los discursos cuando no se adaptan con la realidad.
    Saludos a todos.
    😉

  5. Estoy totalmente de acuerdo en que no vale hacer una política de centros investigación/tecnológicos y universidades de «todo vale» y de cualquier proyecto es aceptable siempre que haya financiación. Esto ha sido el modo de proceder frente a una AA.PP. poco preparada para liderar procesos (q por otra parte no hay más que discurso estos días) de retención y atracción de talento investigador. A mi lo que me empieza a preocupar más es el slogan que la clase política de cualquier lugar y color utiliza, argumentando la atracción de talento (ya que por otra parte es más vendible y da mejor imagen, además de evitar erigirse en una situación incomoda como arbitro en lo local)…como algo positivo para la comunidad local.
    Vale.
    Y la ¿retencio´n de talento?
    ¿Dónde están los programas para formar investigadores locales?
    Y no…únicamente los recien titulados. Que por otra parte, disponen de muchas posibilidades, muchas más que las que había hace 10 años.
    NO se trata de ser un «mileurista» victima…ni un catedrático «apolotronado»…
    Creo, que ni unos ni otros mueven el sistema.
    ¿Y la enorme masa crítica que diariamente se pega con la realidad y con la necesidad/requerimiento casi autoimpuesto de la excelencia?
    Bueno. Provoco, para que alguién me saque de mi línea argumental «negativa». Pero, no me sirven los discursos cuando no se adaptan con la realidad.
    Saludos a todos.
    😉

  6. Quizás como dice ekonomus el secreto está en la promiscuidad, dos personas que no se comunican no terminan en la cama (en la mayoría de los casos), y es que la universidad y el sector privado por ahora sólo murmuran. No parece cuestión de que uno domine al otro ni de que uno sea especialmente dependiente del otro, pero sí de que lleven una relación fluida sobre el mueble que prefieran, quizás múltiples mesas de debate.
    Gracias por la brillante charla J.F., las reacciones fueron positivísimas.
    El moderador, Roke.

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