Entre el titanio y la transparencia: ¿qué es el “efecto Bilbao”?

El debate entre lo intangible y lo tangible como motor de la regeneración y vitalidad urbana es uno de los temas que he abordado desde muchos puntos de vista en este blog. He utilizado muchas veces el caso de Bilbao y su Guggenheim en mis intervenciones para poner sobre la mesa la discusión entre dos estrategias aparentemente contradictorias. Este caso, en un análisis que creo superficial, parecería apoyar la idea de que las grandes infraestructuras culturales – iconos arquitectónicos son los que actúan como motores urbanos, pero yo lo uso precisamente para proponer argumentos sobre la importancia de los intangibles. Nunca había escrito sobre Bilbao, pero gracias al post de Manuederra me he decidido a escribir mi punto de vista en  ADN.es | Ciudades enredadas, ¿Qué es el ‘efecto Bilbao’?. Alorza ha continuado la conversación añadiendo ideas muy interesantes, especialmente sobre el futuro de la ciudad y su territorio y del efecto de la posible ampliación del Guggenheim.

El llamado “Efecto Bilbao” ha adquirido popularidad global entre urbanistas, arquitectos  y gestores de ciudades. Se suele denominar con este término el proceso por el que una ciudad perfiérica e industrial que a finales de 1990 se encontraba con una crisis aguda social y económica se transforma en menos de una década en una ciudad global, famosa por su actividad cultural y la calidad de vida y de su entorno urbano. La mayor parte de las opiniones centran la transformación en un hecho único: la creación del Museo Guggenheim Bilbao, una “franquicia” de la Fundación Guggenheim, que utilizaría como contenedor un edificio espectacular por sus formas y su piel de titanio. Su autor, Frank Gehry, a su vez consolidó y amplió su fama mundial a raíz de este proyecto.

Basta revisar algunas referencias ya antiguas de artículos en medios diversos que demuestran el impacto e interés internacional que ha tenido el proceso de cambio urbano de la ciudad de Bilbao. Por ejemplo, Bilbao, 10 Years Later en The New York Times (acompañado de esta serie fotográfica) en Septiembre de 2007 (ya en 1997 su Magazine había publicado The Miracle in Bilbao) o ‘The Bilbao Effect’ en Forbes en 2002.

El indudable éxito bilbaíno ha sido, paradójicamente, la causa intelectual de sucesivos fracasos en otros lugares. La propia fundación intentó repetir este efecto en Las Vegas con otro museo paradigmático que no ha alcanzado, ni mucho menos, el impacto previsto. Aún así, Thomas Krens, Director de los Museos Guggenheim, sigue empeñado en extender por todo el planeta el “efecto Guggenheim” y está ahora creando una nueva franquicia “grande y faraónica” en Abu Dhabi. Pero el “efecto Bilbao”, entendido como el poder omnimodo de un edificio único para revitalizar una ciudad, se ha extendido como inspiración, justificación o excusa de todo tipo de responsables políticos.

Manuel Fernández (aka Manuederra) se preguntaba hace poco: ¿Efecto Guggenheim sólo en Bilbao? en el blog Ciudades a escala humana:

A estas alturas, mucho se ha escrito sobre el efecto Bilbao, como respuesta para entender el impacto que el Museo Guggenheim ha tenido como motor de transformación urbana y, en general, para entender el efecto que los edificios emblemáticos tienen en los procesos de renovación y reactivación urbana.

La pregunta enlazaba con otra aparecida en el blog de Sean Dodson: Has the "Bilbao effect" been largely confined to Bilbao?. Parece que existen pocas ciudades, caso de exitir alguna, en la que se haya repetido el éxito de Bilbao, donde un solo edificio habría logrado regenerar una ciudad. Si asumimos una relación causa-efecto directa y simple entre edificio (y su carga combinada de glamour, arquitectos estrella, inyección financiera y propuesta cultural) y revitalización urbana, es difícil comprender por que este éxito no se ha replicado una y cien veces. Al fin y al cabo, en la última década se han invertido cantidades similares o incluso mayores a las que necesitó el Guggenheim en muchas otras ciudades, pero en ninguna el impacto se ha aproximado a lo observado en la ciudad vasca.

Existen dos explicaciones a esta aparente paradoja. Por una parte, el propio éxito de Bilbao, unido a la proliferación global de infraestructuras culturales (casi siempre de exposición y consumo y escasas veces de producción), puede haber contribuido a agotar el modelo. Bilbao ha logrado situarse en la liga de ciudades globales (Londres, New York, París, Tokyo, … quizás Madrid o Barcelona) en la que no le correspondería estar por su tamaño, pero esto debe entenderse más como la excepción que como la regla.

Pero existe una explicación complementaria soportada por toda una serie de evidencias. El Museo Guggenheim no ha sido más que la punta del iceberg de un proceso de cambio urbano mucho más profundo y radical que ha operado en la vida cultural, social, políica y económica de Bilbao. En pocos años, esta ciudad ha reinventado su trama y dinámica urbana, ha desmantelado una estructura industrial tan potente como obsoleta emergiendo nuevos sectores de actividad económica (muchos de ellos asociados con las industrias creativas), y se ha convertido en un nodo cultural de primer orden. Este cambio solo sería posible con la complicidad de numerosos actores políticos y económicos y el apoyo de buena parte de la población. Intentar reproducir el “efecto Bilbao” replicando solo su bandera será inútil si no es el resultado (y el símbolo) de otros procesos de cambio. Así lo entiende en su post Manuel Fernández:

… el Museo ha tenido menos importancia que la que se le quiere dar. Quiero decir, la infraestructura como tal es obvio que ha sido un símbolo (principalmente, en sus primeros años, para convencer a la sociedad de que el cambio urbano era posible), pero la realidad es más compleja y el cambio se ha alimentado también de las propias oportunidades de la crisis económica (con todo el esfuerzo de transformación urbanística a través de Bilbao Ria 2000), de factores sociales, la estrategia de marketing de ciudad, etc. El desarrollo y revitalización de Bilbao no es consecuencia directa de la construcción y operación del museo, sino de la confluencia de muchas actuaciones de gran calado en muy diversos ámbitos y, además, a lo largo de un extenso período de tiempo…

Y esto es precisamente lo peor del “efecto Bilbao”: proporcionar una excusa para que otros gestores lancen grandes planes de revitalización urbana basados única y exclusivamente en la construcción de una infraestructura cultural (casi siempre ausente de un proyecto más allá del arquitectónico). Según este modelo, el papel del político sería recabar fondos que garantizasen la construcción del símbolo, sin tener que preocuparse por las fortalezas y debilidades de su sociedad y de diseñar estrategias de cambio desde las personas.

A parte de las evidencias que proporciona Manuel Fernández, estos días se ha hecho pública otra especialmente reveladora. Transparencia Internacional España ha dado a conocer su informe sobre la transparencia de los ayuntamientos en España que evalúa la transparencia ante los ciudadanos de los ayuntamientos de las 100 mayores ciudades espñolas mediante el Indice de Transparencia de los Ayuntamientos. Este índice se calcula mediante una metodología basada en 80 indicadores (documentos en pdf). El informe y ránking han tendo una amplia repercusión en medios de comunicación (por ejemplo, El País o ADN.es). Carlos Guadián analiza el informe en K-Government.y critica la metodología por que se limita a evaluar la presencia de información en la web y/o en informes oficiales en papel, pero no su accesibilidad y usabilidad. A pesar de sus limitaciones, es razonable pensar que las ciudades con mejores posiciones sean realmente transparentes en su trato con los ciudadanos, y es precisamente Bilbao la que ocupa el primer lugar en el ránking.

¿Por qué es importante la transparencia? El Banco Mundial publicó en 2006 el ifnorme Where is the Wealth of Nations? Measuring capital for the 21th century, en el que analizaba cuáles eran las razones del bienestar de los diferentes países. Este informe demostraba de un modo estadístico que los recursos naturales, el capital natural, representa ya sólo el 5% de la riqueza global. Del mismo modo, el capital producido o manufacturado representa sólo un 18%. La mayor parte del bienestar humano (y esta proproción es aún mayor en los países más desarrollados) se debe al capital intangible, donde se incluyen el conocimiento, las redes sociales, el funcionamiento eficaz de leyes e instituciones, la ausencia de corrupción, … Bilbao parece que, enfrentado a su crisis post-industrial, apostó precisamente por este capital intangible al orquestar un profundo cambio social, y la transparencia de su ayuntamiento sería por una parte un requisito para fortalecer este capital intangible y, por otra parte, un excelente indicador de la realidad de la apuesta. Aún así, es algo tan tangible como un enorme museo revestido de titanio lo que se ha identificado con el cambio. Quizás sea consecuencia de nuestra incapacidad para medir la importancia de lo que no vemos o que, lo tangible si es relevante cuando busca las sinergias con el capital intangible.

11 comentarios

  1. Bastante de acuerdo en la mayor parte del análisis. Por circunstancias de la vida desde su apertura he mantenido una pequeña relación con la ciudad tanto desde la crítica a la institución como con pequeñas participaciones en la cultural local, y si bien es cierto que la transformación ha sido innegable, hay mucho que ocurre a pesar del Guggenheim. Mucho que se ve obligado a reivindicarse casi constantemente para no ser engullido en el camino del bicho mediático en que se ha convertido el museo. Historia compleja como apunta la nota.
    Recomendable mantener un ojo atento a los debates locales que se suelen reproducir por http://pripublikarrak.net/blog/ o http://www.politikak.org/ donde por ejemplo narran la aparición de pintadas ‘Guggenheim ez, eskerrik asko´ (Guggenheim no, muchas gracias) frente a la idea del verano para destinar 100 millones de euros de la Diputación a la construcción de un nuevo Guggenheim en Urdaibai…
    Saludos,
    Daniel

  2. El Ghery de Los Ángeles (un centro de Disney) parece que tampoco consigue el efecto… y están peleando por devolver al downtown de LA parte del esplendor perdido… hay un Broadway art deco y derrumbado… que es extraordinario… aunque hoy parece Tijuana

  3. Ya quisiera el downtown de L.A. y ese Broadway Art Deco parecerse a la vitalidad y dinamismo que luce Tijuana. Cierto que ese Disney Concert Hall al igual que la horrible Catedral diseñada por Moneo no han hecho nada por el centro urbano de la ciudad, de hecho han reforzado la idea de no hacer entorno público y mirarse al ombligo que es identidad y estereotipo de Los Angeles.
    Saludos,
    Daniel

  4. Yo creo que el Guggenheim contribuyó a abrir la villa (que no ciudad, jajaja) de Bilbao. Era algo que le faltaba. Mucha ría, mucho barco, pero una sociedad demasiado cerrada.
    Seguro que hay varios factores para explicar qué ha pasado por aquí en Bilbao. Quizá un factor sencillo sea el del trabajo. La emigración de los 50-60 llegó para trabajar y aportó mucho a lo que ya sucedía: que aquí había cultura de trabajo y también de emprender. A quienes hemos visto una ría de Bilbao que se ha ido muriendo para resucitar en una entidad diferente, no nos deja de asustar dónde quedó todo aquello. Sin más, es arqueología industrial, condenada a ser consumida por la ciudadanía del futuro, las hordas de turistas que buscan pasar el tiempo de ocio.
    No sé, supongo que es diferente contarlo desde fuera.

  5. Tengo cierto conocimiento de la ciudad, no enbalde he estudiado en ella y la he recorrido a pie y en trolebús, con mi abuelo. Hace 50 años paseaba por Bilbao con mi abuelo trajeado y encorbatado. Fue siempre una ciudad muy burguesa pero muy culta. Desde su instituto su gran escuela de maestría industrial y sus colegiops tanto de monjas como de frailes, enormes y distinguidos con sus dos universidades, de élite, la ciudad estaba preparada de sobra para el cambio. En cuanto ha tenido autonomía y ha usado de su concierto económico.
    Su fama de ciudad sucia lo perdió cuando se fueron cerrando sus fábricas-humaredas. Ciudad bien comunicada y cercana a la frontera, abierta al mundo, además de sus ensanches construídos en la época del desarrollismo industrial.
    Un detalle que para mí siempre lo dijo todo: Había que ir bien calzado y con calcetines, de punta en blanco, así recordaré siempre la gran vía, el arenal y el campo volantín.

  6. Tengo cierto conocimiento de la ciudad, no enbalde he estudiado en ella y la he recorrido a pie y en trolebús, con mi abuelo. Hace 50 años paseaba por Bilbao con mi abuelo trajeado y encorbatado. Fue siempre una ciudad muy burguesa pero muy culta. Desde su instituto su gran escuela de maestría industrial y sus colegiops tanto de monjas como de frailes, enormes y distinguidos con sus dos universidades, de élite, la ciudad estaba preparada de sobra para el cambio. En cuanto ha tenido autonomía y ha usado de su concierto económico.
    Su fama de ciudad sucia lo perdió cuando se fueron cerrando sus fábricas-humaredas. Ciudad bien comunicada y cercana a la frontera, abierta al mundo, además de sus ensanches construídos en la época del desarrollismo industrial.
    Un detalle que para mí siempre lo dijo todo: Había que ir bien calzado y con calcetines, de punta en blanco, así recordaré siempre la gran vía, el arenal y el campo volantín.

  7. Estimado Juan:
    Yo creo que el edificio de Bilbao aludido ES un espectáculo en sí, con todo lo bueno y la malo que se le pueda encontrar a esto.
    Yo encuentro a esta Obra «poderosa», potente y mansa, sobre sus brillos pertinaces, sobre esa ría resucitada en su podredumbre (no supe otro modo de decirlo).
    Que un edificio sea capaz de reciclar de tal modo un lugar amerita alhagos, por sobre sus defectos, que son originados desde miradas que se detonan desde la misma potencia aludida.
    El edificio de este arquitecto es magnífico, ¿Escultórico?, pues quizás, ¿Grandilocuente?, a lo mejor, pero con todo ello, creo que las intensiones del autor fueron de conquista, de logro, de ascenso hacia la dignidadde un punto que irradia su poder y esplendor hacia muchos kilómetros a la redonda.
    Acaso no por tener más atributos que los acostumbrados, un edificio deja de ser aqruitectónico, como leonardo no dejó de ser Pintor, por entregarse por momentos a la Anatomía.
    Podría seguir…

  8. Ricardo_AMASTE

    No voy a entrar ahora a cuestionar o debatir sobre el «efecto Guggenheim», sería demasiado largo y para mi como agente activo en la ciudad, ya cansino. Pero si quiero apuntar dos cuestiones en torno al museo como paradigma del cambio:
    1. Si estamos hablando de la transparencia como valor, estaría bien recordar que el museo nunca lo ha sido gracias al permiso de las instituciones que ahora no saben como quitarse la patata caliente. Desde los procesos de contratación de personal, al desfalco del director Financiero, pasando por la negación a ser auditados, las perdidas por los «imprudentes» cambios de divisas, la poca claridad sobre las comprras de obras para la colección…
    2. Este verano la Diputación de Bizkaia se destapa con el proyecto de un nuevo Museo Guggenheim para la zona de Urbaibai (reserba de la biosfera). Una propuesta sin plan, que no va más allá de REPETIR LA FORMULA (se llenan la boca con la innovación y luego resulta que no llegan a más que repetir un gesto). Un nuevo proyecto, que si se llega a realizar, probablemente solo sirva para demostrar que el «efecto Guggenheim» con sus cosas buenas y sus cosas malas, fue más causa y de una serie de circunstancias coyunturales que de una estrategia meditada.

  9. Si hacen en Urdaibai que es la ría de mundaca, con su centro neurálgico Guernica un museo de esas características , es que han perdido el norte. En esa población se debió exponer para siempre el Guernica de Picasso pero nada más y su alojamiento en la vecindad de la casa de juntas. Tal vez en los antiguos Talleres de Guernica en lugar de ser un centro de okupas Opiniones para todos los gustos

  10. Juan,
    Gracias por el link al informe de transparencia de los 100 ayuntamientos españoles con más población.
    Después de consultarlo, creo que es muy interesante, (aunque la metodología utilizada para su creación dista mucho de ser la ideal).
    También lo he publicado en mi blog.
    Un saludo.

  11. Saludos! vivo aqui en bilbao y me ha llamado la atencion el articulo.
    En mi opinion lo atrayente del museo no es el contenido de este, sino la belleza arquitectonica que posee. Al menos es lo que veo ya que hay mas turistas que solo pasan por alli a sacar fotografias del edificio que a entrar a disfrutar de las muestras del interior.
    Soy estudiante de arquitectura y esto por una parte me parece normal, pero por otra tampoco veo logico que solo se le valore de manera arquitectonica. No se, es mi opinion.
    Si os parece, y dentro del tema de la arquitectura, os dejo una web que encontre buscando algo por aqui cerca de donde yo vivo, es una web con un buen catalogo de libros de arquitectura y que estoy seguro que os puede ser de interes.
    Un saludo y hasta pronto!

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