Mañana 12 de enero a las 12 h participo en el Ciclo de Debates abiertos "Diez conceptos que van a cambiar el futuro" organizado por el área de Debate y Conocimiento de la Fundación Telefónica. (Gran Vía 28, planta 2, Madrid). En esta ocasión discutiremos sobre El valor de la diversidad
El conferenciante principal será Fons Trompenaars (wikipedia), fundador de THT; y le acompañaremos Celia de Anca, directora del Centro de Diversidad del Instituto de Empresa, y yo mismo. Lo que sigue son algunas ideas alrededor de las que organizaré mi intervención inicial.
1. El valor de la diversidad empieza ya a ser un lugar común, una declaración políticamente correcta que muchas veces se defiende sin profundizar en razones y argumentos. Al tiempo nos enfrentamos constantemente con situaciones donde la diversidad es percibida como el origen de problemas o conflictos y con contextos donde se evitan las condiciones que podrían generar diversidad. Me centraré aquí en la diversidad social, aquella que existe dentro de grupos entre personas. Por supuesto, la diversidad se manifiesta a diferentes escalas y sería igualmente relevante analizar la diversidad que puede incorporar una persona (y que se relaciona directamente con las cuestiones de la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad).
En mi opinión la diversidad representa un valor esencial en nuestras sociedades contemporáneas y, en particular, cuando debemos abordar problemas complejos y/o contamos con un conocimiento fragmentario. Dado que nuestras sociedades son cada día más complejas y por tanto nuestro conocimiento, a pesar de su continuo crecimiento, solo alcanza a comprender una parte del sistema, la diversidad adquiere día a día un papel más esencial. Pero, la diversidad significa al tiempo debate y, ocasionalmente, conflicto; procesos que en muchas ocasiones resultan incómodos o que tratamos de rehuir (huyendo de este modo de las condiciones que generan diversidad).
Por otra parte, y esta es la idea en la que quiero centrar mi intervención, los valores de la diversidad son múltiples y en ocasiones contradictorios entre si. Solo si entendemos para que nos es útil la diversidad podremos utilizarla inteligentemente en cada contexto. La diversidad puede generar consenso y conflicto y ambos pueden resultar útiles o contraproducentes dependiendo de la situación y de los objetivos. Pero en muchas ocasiones se entiende únicamente el consenso como un resultado positivo mientras el conflicto se identifica con un problema o una consecuencia indeseada. Sin embargo, el conflicto puede ser la mejor ruta para hacer aflorar la diversidad de conocimientos y opiniones y de este modo alcanzar un consenso mejor fundamentado y de mayor alcance. En otras ocasiones el mismo conflicto puede ser una consecuencia útil. Trataré de argumentar estas ideas con referencias a autores que, desde ámbitos intelectuales y profesionales muy diversos, están abordando la cuestión de la diversidad.
2. Diversidad y consenso
En situaciones complejas, lograr un modelo explicativo general y verdaderamente relevante requiere de la síntesis emergente de la diversidad de modelos u opiniones que aportan los diferentes actores. Carpenter et al. (2009) han analizado estas cuestiones en el caso de los problemas ambientales que, por su naturaleza y la diversidad de actores que implican, son especialmente complejos. Sin embargo las aproximaciones habituales para la gobernanza de ecosistemas suelen tratar de reducir la diversidad limitando los procesos participativos en cuanto a la diversidad de actores o a las vías de comunicación y debate. Algo similar sucede con buena parte de las metodologías para el desarrollo de planes estratégicos que aunque se definen como participativas suelen evitar las divergencias y acabar por proponer las soluciones "de consenso", aquellas que prefiere una mayoría (predefinida normalmente por aquellos que inician el proceso; la definición de un método "adverso a la diversidad" y de un "grupo de consenso" puede determinar totalmente un proceso aparentemente abierto y participativo).
En el caso de la gestión ambiental Carpenter et al. proponen fomentar la transparencia para hacer aflorar los puntos de vista conflictivos de modo que se estimule una diversidad de modelos (de explicaciones de la realidad y del problema abordado) y de este modo permitir la emergencia de nuevas síntesis de modelos en conflicto que permita reorganizar el conocimiento fragmentario existente. Por tanto la diversidad es un elemento esencial para provocar una verdadera negociación entre actores, y puntos de vista (o modelos) en conflicto, y de este modo hacer aflorar un consenso mucho más robusto.
En opinión de estos autores existen dos filtros que impiden percibir la verdadera complejidad de una situación:
– First, there is a tendency to focus on the computable, despite our awareness of other noncomputable aspects of complex problems.
– Second, there is a tendency to believe in dominant models even though they are incomplete, and this belief may be strong enough to filter out signals that are inconsistent with the dominant model.
La inclusión del conocimiento local o "amateur" puede ser esencial en estos procesos al completar y aportar nuevos puntos de vista respecto al conocimiento experto (científico, profesional, técnico) que cuenta con dos limitaciones: a) que no exista una teoría general explicativa, y b) que suele ser limitado en su capacidad para entender las especificidades del problema.
In contrast, there are examples of scientific assessments of complex environmental situations that engaged diverse viewpoints and resulted in breakthroughs. In Madagascar, information provided by illiterate village hunters and loggers proved crucial for solving the scientific puzzle of the precipitous decline of the giant jumping rat and prompted new approaches to managing the species (CBSG 2002). Similarly, the inclusion of the viewpoints and knowledge of indigenous fishermen in the assessment of the endangered bumphead parrotfish provided breakthroughs that allowed for successful management (Aswani and Hamilton 2004). Although efforts like the Millennium Ecosystem Assessment (2005) brought in diverse knowledge systems and community-based experiences of ecosystem management along with scientific assessment, such examples are still the exception to the rule.
Tal como explican Carpenter et al., Page (2007) en su libro sobre el "poder de la diversidad" explica como, de forma contraintuitiva, los problemas complejos
(problemas con muchas soluciones que son bastante diferentes en su ejecución y calificables en su calidad de respuesta) pueden ser mejor resueltos por un equipo diverso de individuos competentes que por un equipo que solo incluya los mejores individuos. Y para provocar una mayor diversidad de modelos es imprescindible ampliar la diversidad de los equipos incorporando variedad en las disciplinas, metodologías, métodos de aprendizaje, edad, sexo, bagaje cultural … Sobre esta diversidad de actores se deberían aplicar métodos que favorezcan la transparencia de puntos de vista conflictivos.
3. Diversidad y conflicto
En ocasiones la diversidad es necesaria para identificar ideas extremas y poco frecuentes pero que pueden ser especialmente innovadoras y útiles en la resolución de problemas. Los métodos que se engloban dentro del pensamiento de diseño buscan en gran medida este tipo de soluciones y se ha puesto últimamente de manifiesto su relevancia para generar innovación social. Tim Brown y Jocelyn Wyatt han revisado esta cuestión en un artículo reciente en el Stanford Social Innovation Review. Un excelente caso de estudio lo proporciona la Positive Deviance Initiative que identifica soluciones poco frecuentes pero exitosas a problemas de desarrollo a partir del análisis de la diversidad de prácticas de las comunidades locales. El estudio sobre la malnutrición en Vietnam (pdf) fue el primero que permitió evaluar la utilidad de esta metodología. Brown y Wyatt lo explican en detalle en su artículo:
Jerry Sternin, founder of the Positive Deviance Initiative and an associate professor at Tufts University until he died last year, was skilled at identifying what and critical of what he called outsider solutions to local problems. Sternin’s preferred approach to social innovation is an example of design thinking in action.1 In 1990, Sternin and his wife, Monique, were invited by the government of Vietnam to develop a model to decrease in a sustainable manner high levels of malnutrition among children in 10,000 villages. At the time, 65 percent of Vietnamese children under age 5 suffered from malnutrition, and most solutions relied on government and UN agencies donations of nutritional supplements. But the supplements—the outsider solution—never delivered the hoped-for results.2 As an alternative, the Sternins used an approach called positive deviance, which looks for existing solutions (hence sustainable) among individuals and families in the community who are already doing well.
The Sternins and colleagues from Save the Children surveyed four local Quong Xuong communities in the province of Than Hoa and asked for examples of “very, very poor” families whose children were healthy. They then observed the food preparation, cooking, and serving behaviors of these six families, called “positive deviants,” and found a few consistent yet rare behaviors. Parents of well-nourished children collected tiny shrimps, crabs, and snails from rice paddies and added them to the food, along with the greens from sweet potatoes. Although these foods were readily available, they were typically not eaten because they were considered unsafe for children. The positive deviants also fed their children multiple smaller meals, which allowed small stomachs to hold and digest more food each day.
The Sternins and the rest of their group worked with the positive deviants to offer cooking classes to the families of children suffering from malnutrition. By the end of the program’s first year, 80 percent of the 1,000 children enrolled in the program were adequately nourished. In addition, the effort had been replicated within 14 villages across Vietnam.
The Sternins’ work is a good example of how positive deviance and design thinking relies on local expertise to uncover local solutions. Design thinkers look for work-arounds and improvise solutions—like the shrimps, crabs, and snails—and they find ways to incorporate those into the offerings they create. They consider what we call the edges, the places where “extreme” people live differently, think differently, and consume differently. As Monique Sternin, now director of the Positive Deviance Initiative, explains: “Both positive deviance and design thinking are human-centered approaches. Their solutions are relevant to a unique cultural context and will not necessarily work outside that specific situation.”
En esta misma línea es especialmente interesante el trabajo del el diseñador y profesor del Politécnico de Milán Ezio Manzini, especialmente el que desarrolla dentro de las redes colaborativas de los proyectos Sustainable Everyday Project y DESIS Network (Design for Social Innovation and Sustanability). En estos casos, las ideas más innovadoras y que permiten la resolución de problemas sociales complejos surgen de la recombinación de factores que generan resultados extremos. En una entrevista en Johnny Holland Magazine (Designing for Social Innovation: An Interview with Ezio Manzini), Manzini resume su filosofía de trabajo e identifica las razones por las que la diversidad es un elemento esencial en contextos donde no se busca el consenso sino la divergencia.
Social innovation is a process of change where new ideas emerge from a variety of actors directly involved in the problem to be solved: final users, grass roots technicians and entrepreneurs, local institutions and civil society organizations. The main way in which it differs from traditional “garage” innovation is that here the “inventors” are groups of people (the “creative communities”) and the results are forms of organization (the “collaborative services”).
Como explica Manzini, la innovación social es útil cuando los problemas son complejos y cuando nuevas tecnologías abren nuevas oportunidades que en parte aún no han sido exploradas (o al menos no han sido exploradas en el contexto del problema). Este es un escenario muy habitual en la sociedad contemporánea. Una innovación social suele adquirir un formato modular que combina diferentes innovaciones parciales (tecnológicas y organizativas) que suelen representar soluciones poco frecuentes pero exitosas a parte del problema global.
… to recombine existing entities (technologies, organizations, both traditional and new existing ideas) to give them a new use and meaning (that is exactly what, in one of its best definition, creativity is). At the same time, they have shown an incredible skill and sensitivity in term of entrepreneurship, as every one of the new solutions they invented had to be imagined, realized, and managed in the real world and in economic terms.
Establece tres elementos necesarios para configurar una plataforma para la innovación social, que se basan en la interacción de personas creativas, instituciones locales proactivas y emprendedores con sensibilidad social:
- creative people who imagine (and actively participate to) new proposals;
- proactive local institutions who understand the social value of these new proposals, tolerate them even when, as it frequently happens, operate at the margins (or even beyond) some existing laws – but it has to be said that creativity, by definition, has to break something in the existing order!) and develop innovative governance tools that permit to support the new initiatives;
- sensitive entrepreneurs, who recognize in the emerging social innovations new explicit or latent demands, and therefore, new business opportunities.
Por otra parte propone una tipología de servicios digitales para la innovación social:
- Creating new producer/consumer network;
- Mapping diffused information;
- Aggregating social action;
- Creating social network for conviviality;
- Building mutual support circles;
- Exchanging competences, time and products;
- Sharing products, places and knowledge.
Las experiencias y casos de estudio de procesos de innovación social documentan por una parte la importancia de la diversidad y por otra los métodos y estrategias para crear las condiciones precisas para que se genere diversidad, se identifiquen las ideas "conflictivas" y se recombinen y seleccionen aquellas más adecuadas para generar una nueva solución completa a un problema complejo. El conflicto puede ser valioso también con otros objetivos, por ejemplo como método de aprendizaje al obligar a los participantes a entender y discutir enfoques diferentes y opuestos a los suyos.
Algunas referencias de interés:
Brown, T. & J. Wyatt (2010). Design Thinking for Social Innovation. Stanford Social Innovation Review. Winter 2010:31-35.
Carpenter, S. R., C. Folke, M. Scheffer, and F. R. Westley. 2009. Resilience: accounting for the noncomputable. Ecology and Society 14(1): 13. [online]
Oppenheimer, M., B. C. O’Neill, M. Webster, and S. Agrawala. 2007. The limits of consensus. Science 317:1505-1506.
Page, S. E. 2007. The difference: how the power of diversity creates better groups, firms, schools, and societies. Princeton University Press, Princeton, New Jersey, USA. [Google Books]
Por comentar…
Hay que animarse a configurar equipos realmente diversos, en cuanto a procedencias, saberes, ideología, etc.
Sobre todo debemos romper la barrera entre quienes se supone que saben y quienes no. En muchos aspectos vivimos sometidos a un clasismo intelectual y técnico casi tan perverso o más (sobre todo teniendo en cuenta la supuesta y creciente puesta en valor -económico- del conocimiento y el trabajo cognitivo).
Siendo demagogo, diría que no hay nada más peligroso que «los listos», sobre todo si se constituyen como clase social.
Tanta gente que supuestamente «no sabe» o no tiene un «conocimiento experto» me ha enseñado tantas cosas…
Por poner un ejemplo que cuando me sucedió me hizo entender por que las políticas de I+D+i son en general una gran basura. Nos presentamos a un programa de subvenciones para proyectos de I+D+i en NTICs y a la hora de presentar el equipo que va a trabajar en el proyecto, resulta que sólo se contempla a la gente con formación superior… ¿Qué pasa con el resto, no pueden innovar? ¿Acaso ir a la universidad significa hoy algo, además de sobre todo mimetismo? Resulta que la persona que había ideado el proyecto y aportado los aspectos más significativos y diferenciales no tenía estudios… Vaya «problema», no?…Bueno, no se mi me estoy yendo por las ramas. Creo que no. Era sólo un ejemplo.
Por empezar por algún lado, deberiamos estar más dispuest*s a escuchar fuera de los círculos habituales, abrir las puertas, dedicar tiempo a empoderar y desempoderarnos.
Ricardo, no te vas por las ramas. Más bien todo lo contrario. Esa es precisamente una de las ideas del libro de Page.
Juan:
Este post me encanta. Los enlaces tambien. Me he revisado las fuentes que citas, y la verdad, tanto el articulo de «Design Thinking and Social Innovation» como el de Carpenter et al sobre cómo gestionar la diversidad me han parecido muy útiles.
Estoy ahora trabajando en un proyecto de hibridación, y tus apuntes me estan ayudando a introducir hondura en el tema y darle mas empaque.
Es increible, todas las piezas encajan a la perfección asi que eso tiene que significar algo: Integrative thinking, Human-centered approach, gestión de la diversidad, bottom-up innovation, the rise of amateur, etc, etc.
Me pido ya el libro de Page…
Juan, felicidades, as usual.
Ya era hora que alguien hablase de la verdadera «esencia» de la mal-utilizada «innovación».
Si es así, lo siento yo me bajo.
Reivindico y pediría a todo aquel que suscriba dicha palabra, lo haga haciendo de él un ejercicio de coherencia personal/profesional.
Que me parece que es lo único, que hará de esto «algo» y no un simple discurso vacío, del cual también lo comento. Ya me he aburrido.
Espero que la realidad llegue aquí.
¿Diversidad? ¿si? ¿Seguro?
Benga Juan dale, yo te sigo.
Un abrazo,
I.