Eisenman, Calatrava y la nada

Dos anécdotas en la Cidade da Cultura me han hecho entender que finalmente Eisenman es solo una vulgar imitación de Calatrava. El respetado académico de ideología cambiante al servicio de sus obras ha acabado por lograr efectos similares a los de la denostada estrella que ha sabido poner sus obras al servicio de cualquier ideología.

Las dos historias están escritas de algún modo en esta fotografía.

Primero. Hagamos un experimento mental. Un viernes de septiembre entre las 10 y las 16 h una cámara fija fotograía cada 5 minutos el aparcamiento. A continuación superponemos todas las fotografías y sobre el escenario fijo agregamos todos los objetos que aparecen en cada foto. El resultado seria esta imagen: Nada. Un vacío semejante al que se siente por ejemplo en buena parte de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Segundo. Un autobús transporta cada hora a los pocos que lo desean desde la Cidade da Cultura hasta la ciudad de Santiago de Compostela. La parada, no señalizada, se sitúa en esa foto. Ni una marquesina, ninguna protección. Ni tan siquiera una puerta en la zona próxima del edificio donde guarecerse en los momentos, bastante frecuentes, en que llueve. Nada. La misma a la que hasta hace poco te lanzaba el aeropuerto de Bilbao cuando salías de la zona de llegadas.

Y más allá de las anécdotas, la nada es a la que nos asomamos cuando nos acercamos a esas obras inacabadas o ya deterioradas. Lo que antes representaba para muchos visión estratégica hoy se acepta casi unánimemente como un sinsentido que simboliza toda una época … de la que no queda prácticamente nada salvo tristeza y desolación.

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