En un artículo de Javier Mozas en El País, La
ínsipida y dorada densidad, escrito con motivo de las pasadas
elecciones municipales, se cita a Ole
Bouman, director del Netherlands Architecture Institute en Rotterdam y editor de Volume (se puede leer
una excelente
entrevista con Bouman en BLDGBLOG):
La verdad necesita densidad, concurrencia de extraños y concurso de
ideas. Allí donde la densidad no existe, los mitos y las mentiras
proliferarán… Dios creó el campo y el hombre la ciudad, pero ahora también
sabemos que el Diablo creó las urbanizaciones
Amén. [Gracias Pablo por la cita.]
Me quedo con las siguientes ideas:
– «Bouman predica que se dignifique la periferia con tótems, edificios híbridos, grandes infraestructuras y una nueva agricultura. La ciudad diseminada endeuda a la gente, la engaña con el sueño americano y la conduce por un vía crucis de atascos, accidentes y tiempos perdidos».
– «Sin imaginación, sin innovación y sin la evolución necesaria de los tipos y modelos de vivienda que alimentan la historia de la arquitectura, vamos a habitar edificios sin alma, sin la energía espiritual que sirve de combustible a la vida en comunidad».
– «La organización política contemporánea tiene que apostar decididamente por suprimir las limitaciones municipales y establecer pactos de coperación que superen el ámbito ciudad».