Cultura postdigital y ciudad expandida

Este es el penúltimo post de la serie sobre Ciudad expandida. Anteriormente he publicado: Territorio = geología x infraestructuras x política; La evolución de las ciudades: arquitectura y control; y Ciudad expandida: Modelos urbanos en el paradigma de las ecologías en red]

Nuestra sociedad ha sufrido en las últimas décadas importantes transformaciones sociales, culturales y económicas como resultado de la irrupción de un nuevo paradigma sociotécnico asociado al desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones. No se trata solo ni principalmente de cambios instrumentales, sino de transformaciones más profundas en los valores, los modelos organizativos y las prácticas. El resultado es un nuevo paradigma que se ha definido como cultura digital. Sin embargo en estos momentos tanto la tecnología como las redes que se generan son ubicuas y casi invisibles (en lo físico, por su movilidad y miniaturización, y en lo conceptual, porque se han disuelto en nuestro comportamiento). Por esta razón quizás el término “cultura postdigital” sea más apropiado para identificar un escenario en que la tecnología es ya una parte esencial de nuestras vidas y en las que lo relevante son las nuevas prácticas, organizaciones y valores que surgen.

El desarrollo de la ciudad expandida y de la cultura postdigital han corrido paralelos lo cual probablemente nos está señalando una conexión profunda entre estos dos procesos. Podríamos plantear como hipótesis que existe una co-evolución entre la ciudad expandida y la cultura postdigital. Esta hipótesis podríamos fundamentarla en el hecho de que los nuevos modelos de organización social propios de la cultura postdigital (caracterizados por la participación en múltiples redes, la importancia de las relaciones difusas, la trazabilidad, la asincronía …) se trasladan también al modo en que las personas usan los territorios. En este sentido, una vida espacial y socialmente compleja requiere de tecnologías para la coordinación y/o son estas herramientas las que posibilitan nuevas prácticas. Las relaciones causa-efecto parecen discurrir en las dos direcciones dado que, aunque lo digital ha facilitado el desarrollo de un nuevo modelo territorial, las nuevas configuraciones urbanas han incentivado también la apropiación tecnológica y nuevas prácticas ciudadanas.

Si el urbanismo centralizado que utiliza la planificación como herramienta básica está en crisis, ¿como se “construyen” las nuevas ciudades y territorios? Frente a este modelo surge un urbanismo emergente [1] basado en procesos informales de diseño, deliberación y toma de decisiones organizados sobre plataformas tecnológicas. Estos procesos están protagonizados por ciudadanos activos y creativos organizados en múltiples redes y comunidades que han sido capaces de apropiarse de la tecnología para darle usos nuevos y en muchos casos sorprendentes.

Pero el urbanismo emergente no es consecuencia necesaria de una tecnología. Bien al contrario, como comentábamos anteriormente, la tecnología puede ser utilizada de forma muy eficaz para el control militar por parte del poder político. Por tanto, debemos entender que la tecnología no es determinista y permite modelos urbanos alternativos (y contrapuestos). Tal como propone Dan Hill [2], el papel que juegue la tecnología dependerá de las decisiones de los responsables del diseño de las infraestructuras y las info-estructuras, de modo que existen dos escenarios alternativos básicos: “locked down street” (un diseño para el control que recordaría a las ciudades de la película Minority Report) o la “open source street”. “La calle de código abierto” sería aquella en que la disponibilidad de infraestructuras y datos abiertos permitiría a los ciudadanos generar nuevos usos autónomos del espacio urbano.

En este escenario surge inevitablemente la pregunta sobre el papel que pueden o deben jugar las instituciones. Ya no son los responsables únicos ni principales del diseño del territorio, o alternativamente este diseño no es ya consecuencia única de un ejercicio de planificación centralizada. Como en el resto de organizaciones afectadas por la cultura postdigital, deben reconvertirse en agentes intermedios o de interfaz que pueden desarrollar tres funciones básicas para que la nuevas complejidad genere resultados positivos:

– Desarrollo de infraestructuras (incluyendo las info-estructuras). No se trata solo de asegurar su existencia sino de generar modelos de gobernanza que permitan su uso ciudadano. Por ejemplo, la neutralidad de la red emerge en estos momentos como un elemento clave para asegurar que Internet pueda continuar en el futuro siendo un espacio público para la creatividad y la innovación y no se convierta en un nuevo medio de masas y principalmente unidireccional.

– Diseño de plataformas: los procesos de innovación abierta precisan de “plataformas”, un conjunto de infraestructuras, espacios para la colaboración (físicos y digitales) y sistemas de gobernanza (mecanismos de toma de decisiones, financiación …). Las instituciones públicas pueden acelerar los procesos de innovación social si promueven el diseño de estas plataformas y aseguran que respondan a las nuevas necesidades del urbanismo emergente.

– Por último, la participación ciudadana activa, centrada más en el desarrollo de proyectos que en la discusión y deliberación, precisa de una nueva educación. Los ciudadanos necesitan por una parte desarrollar competencias digitales, una mezcla de habilidades tecnológicas, comunicativas y sociales. Y por otra se necesitan nuevos valores (o la revitalización de valores abandonados en las últimas décadas) que promuevan la acción, la participación activa, la responsabilidad, lo público y el procomún.

[1] Freire, Juan (2009). Urbanismo emergente: ciudad, tecnología e innovación social – Emerging urban planning: city, technology and social innovation. En: Paisajes Domésticos / Domestic Landascapes, Vol. 4 Redes de Borde / Edge Networks, pp. 18-27. Ed. SEPES Entidad Estatal de Suelo, España.

[2] Dan Hill (2008). “The street as a platform” (City of Sound). Publicado posteriormente en: Johnson, Steven (ed.) (2009). The Best Technology Writing 2009. Yale University Press

3 comentarios

  1. Me ha resultado muy esclarecedor este post. Gracias Juan.
    Un saludo,
    Ana

  2. Hola Juan. Si me lo permites, comento en português.
    Parabéns pelos quatro artigos sobre a cidade expandida… espero poder ler logo o final da série.
    A mim também incomoda que «urbanismo» geralmente seja sinônimo de planejamento para o controle da vida em sociedade, ou então a simples observação da emergência de padrões em grandes centros urbanos. Pelo menos aqui no Brasil, muitas pessoas se surpreendem quando eu tento conversar sobre urbanismo alternativo na cidade em que vivo. Ubatuba é uma cidade no litoral, com cerca de 100.000 habitantes, longe das áreas metropolitanas. Para essas pessoas, não existe urbanismo possível por aqui. Eu discordo.
    Achei interessante o que identificas como pós-digital, e a tentativa de entender as consequências disso nas cidades. A partir de um referencial específico (a visão de cidade como tecnologia de informação e a experiência de apropriação crítica de tecnologias da rede MetaReciclagem) eu escrevi um post sobre isso há alguns meses:
    http://ubalab.org/blog/metareciclando-cidades-digitais
    Fico aqui, aguardando teu próximo post. Abraço

  3. Solo volverte a felicitar por esta maravilla de artículos que compartes con todos nosotros.
    Nos encanta tu manera de ver (y sintetizar) las cosas. Estamos completamente de acuerdo en que el futuro del urbanismo pasa por que sea «urbanismo emergente» y que se pongan en juego todas las nuevas tecnologías para conseguirlo.
    Un saludo.
    Agnieszka y Lorenzo

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