Durante estos últimos meses desde Barrabés Next he tenido la oportunidad de trabajar activamente en la conceptualización, prototipado e implementación de proyectos empresariales relacionados con el diseño. Colaboramos con el Instituto Europeo de Design (IED) en Madrid, dentro de sus Masters of Design and Innovation y en especial en el Master of Strategic Design Labs, que dirije Carlos Barrabés y que gestionamos y en el que tutorizamos los proyectos de tesis desde Barrabés Next. Además, en Galicia, y en colaboración con la Asociación Galega de Diseñadores (DAG) hemos dirigido un curso de creación de empresas de diseño. En ambos casos hemos tenido la oportunidad de identificar una serie de conceptos y tendencias emergentes que afectan a los modelos de negocio y al papel social y económico del diseño. Por otra parte estos conceptos y valores refuerzan el sentido estratégico del diseño cuando se aplica su enfoque a nuevos problemas. A continuación presento estos conceptos y tendencias de modo sintético.
1. Personalización y co-diseño
Los productos no están finalizados sin la participación activa del usuario que lo personaliza. De este modo ya no se necesita segmentar al usuario (definir tipologías a las que se le ofrecen productos estandarizados pensados, por tanto, para un cliente pasivo). Para lograr la personalización el diseño debe modularizar los productos para permitir su recombinación así como simplificar las opciones para que el usuario solo tenga que abordar los elementos que representan la complejidad significativa del producto.
2. Diseño + artesanía
El diseño se ha asociado hasta ahora con procesos industriales de fabricación y comercialización. Hoy en día es posible (ver 3) acoplar el diseño con procesos artesanales de producción añadiendo una nueva capa de valor (ver figura). Muchos proyectos de diseño nacen hoy en día buscando sinergías con los artesanos y sus procesos de creación y producción y no como procesos antagónicos a los que se generan desde la artesanía.
3. Producción local y distribuida
Las herramientas y plataformas digitales generan nuevas formas de coordinación y eficiencia que permiten reducir costes de producción (ver figura) y por tanto regresar a modelos locales y/o distribuidos (producción basada en varias localidades con ensamblaje posterior). Al tiempo son viables las producciones pequeñas dado que es viable fabricar pocas unidades con un coste razonable. De este modo los procesos artesanales pueden ser actualizados conservando su esencia pero permitiendo ampliar su escala y reducir su coste.
4. Comunidades, redes y plataformas
Las organizaciones informales aumentan su relevancia al ser más frecuentes, de mayor tamaño y más eficientes (gracias a la infraestructura digital). Estas organizaciones adquieren diferentes tipologías (comunidades y redes) y sirven diferentes objetivos (desde espacios de coworking, que comparten recursos, a plataformas que permiten desarrollar proyectos colectivos). Estos modelos implican nuevas formas de relación entre las personas y de desarrollo de los proyectos además de servir de estructuras de soporte profesional y emocional a las personas.
5. Durabilidad y persistencia
La obsolescencia programada ha caracterizado la era industrial en la que los productos estaban pensados y diseñados para una duración corta y para un usuario consumista. El nuevo diseño piensa en la durabilidad y la persistencia de sus productos y en un usuario que mantiene otro tipo de relaciones con el diseño y los productos. La sostenibilidad, el reuso y el reciclaje están entre los valores centrales de los nuevos diseñadores.
6. Empresas y sostenibilidad económica
En el pasado la sostenibilidad económica, y los modelos empresariales asociados, no fueron una preocupación central de los diseñadores. En general, o se trabajaba para grandes organizaciones (marcas, editoras etc) o como freelancers que dependían de un flujo de proyectos que no generaba ni gestionaba el diseñador. Ahora estas fuentes continuas y predecibles de proyectos y financiación han desaparecido o generan un nivel de precarización extremo, por lo que se hace imprescindible que los diseñadores piensen de modo activo acerca de la sostenibilidad de us proyectos vitales y profesionales. Esto lleva a la necesidad de generar economías como actitud política y a entender la empresa como el vehículo para lograr la autonomía económica de personas y equipos. Focalizar una parte de la creatividad y esfuerzo en diseñar y poner en marcha empresas con modelos de negocio viables se convierte en una necesidad y un reto del mismo interés que el diseño de productos.
7. Valores diferenciales y marcas
Como síntesis, los usuarios buscan en los productos de diseño valores diferenciales: artesanía, personalización, producción local y a pequeña escala, sostenibilidad, durabilidad, lentitud, diálogo, implicación del usuario … Estos nuevos valores generan nuevas narrativas alrededor de las que se construyen las marcas que resaltan los intangibles asociados al diseño.
Muy buen post, ya lo he twiteado 😉
Aupa Juan. Me parece curioso que hablando de diseño y nuevos modelos de negocio, en este post no se hable de diseño libre o abierto, de liberar patrones… Esa es la base para un cambio exponencial en los modelos, relacionado con por ejemplo los puntos-tendencias 3, 4 y 6. Por lo general (aunque por suerte está cambiando, y un claro ejemplo es eso de mmodelUS que cuentas o como lo abierto -no tanto lo libre- empieza a estar presente en los debates profesionales más generales), el mundo del diseño sigue en modelos muy de marca-genio personal (o del estudio), patentes, etc. Creo que es un ámbito donde hay que hablar claramente de diseño abierto, licencias libres, modos de producción P2P. Sin eufemismos. Quizá los modelos de negocio desde la economía política del procomún no los tenemos suficientemente articulados como para mostrarlos como alternativa al modelo dominante, pero andamos en ello.
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