¿Límites (temporales) en la adaptación de los humanos a la tecnología?

Nuestra adaptación individual y social al entorno digital es un proceso en marcha, demasiado reciente para poder establecer ya cual será su resultado final e incluso en muchos casos para poder elaborar hipótesis más o menos robustas. Así, el concepto de nativos digitales, entendido como una distinción basada en la edad (y el acceso), no es más que un mito, dado que la realidad es mucho más compleja y las diferencias entre generaciones son mucho menos relevantes de lo esperado. En La “lenta” adaptación de los humanos a la era digital, publicado en Piel digital | Soitu.es, analizo dos problemas que, al menos temporalmente, están surgiendo en nuestra adaptación al aumento espectacular de la producción de información (nuestro comportamiento de búsqueda y análisis) y a la posibilidad (y muchas veces obligatoriedad) de realizar diversas tareas simultáneamente (nuestro comportamiento multitarea).

Un este estudio reciente desmitifica a la que también se denomina “Generación Google”, los jóvenes nacidos desde 1993 y que se han criado por completo en la era de Internet, por su supuesta alfabetización digital. El grupo de investigación CIBER de la University College London ha publicado recientemente el informe  Information Behaviour of the Researcher of the Future (pdf, nota de prensa con información complementaria) realizado por encargo de la The British Library y el Joint Information Systems Committee (JISC) (comentado en Putting people first). Aunque el objetivo principal del estudio era identificar los cambios que deben introducir las bibliotecas para proporcionar un servicio útil a sus usuarios, especialmente a los investigadores, sus resultados presentan un interés más general y han sido muy comentados en los últimos días. Así, el informe demuestra que, a pesar de su familiaridad con la informática e Internet, esta generación Google depende en gran medida de los motores de búsqueda como vía de acceso único a la información, visualizan más que leen, y no poseen las capacidades críticas y analíticas imprescindibles para poder utilizar de un modo efectivo la información que localizan en la web. Pero además, y reforzando la idea de que el concepto de nativo digital es en gran medida un mito, el informe señala que esta generación comparte con “sus mayores” estas características de su comportamiento de búsqueda y ciertos efectos secundarios, como la impaciencia en la búsqueda y navegación y la baja tolerancia ante cualquier retraso en la satisfacción de sus “necesidades digitales”

Otra consecuencia de la sobreabundancia y ubicuidad de la información digital y de la multiplicación de interfaces y dispositivos para la interacción digital es la irrupción del comportamiento multitarea. Al parecer también este cambio comportamental conlleva efectos secundarios. En el artículo publicado en en The Atlantic, The Autumn of the Multitaskers  (vía Atalaya), se realiza una crítica frontal a este comportamiento. Para ello utiliza los resultados de diferentes estudios neurológicos basados en experimentos de visualización, mediante resonancia magnética funcional, de la actividad cerebral de individuos que se enfrentan a diferentes tareas mútiples. Las evidencias apuntan a que la multitarea modifica el patrón de actividad cerebral de modo que se activan las regiones especializadas en el procesado de información visual y en la coordinación física, mientras que se deprime la actividad de ciertas áreas relacionadas con la memoria y el aprendizaje. Como resultado, las exigencias de la multitarea distraen recursos neuronales de su función primordial, lo que conllevaría una reducción de la calidad y cantidad del aprendizaje. Es conveniente tener en cuenta que estos estudios solo reflejan respuestas fisiológicas en el corto plazo, pero no muestran (al menos por el momento) evidencias de efectos en el largo plazo en el desarrollo intelectual de los individuos.

Siendo todo esto cierto, no significa necesariamente que sea así permanentemente. Bien al contrario estamos asistiendo a las fases iniciales de un proceso de co-evolución entre el hombre y la tecnología:

En todo caso, no deberían sorprendernos los cambios comportamentales o neurológicos que describen estos estudios. Nuestra maquinaria fisiológica y cognitiva, adaptada evolutivamente a cambios más graduales y lentos, debe enfrentarse ahora de forma abrupta a una evolución radical del entorno informativo. Seguimos viviendo y explotando un ecosistema, pero que ahora es en gran medida intangible. En mi opinión, lo realmente interesante será observar como adaptaremos nuestro comportamiento a este nuevo escenario. ¿Se desarrollarán mecanismos compensatorios o innovaciones comportamentales y neurológicas que nos permitan superar las limitaciones que ahora manifestamos? Estas adaptaciones se deberán a procesos de evolución cultural, pero también biológica. De hecho, un estudio reciente publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences demostraba que la evolución genética humana se ha acelerado a lo largo de la historia como consecuencia de la exposición a cambios tecnológicos cada vez más rápidos. Estos sorprendentes resultados demostraban que nuestra biología era capaz de coevolucionar con la tecnología de un modo que hasta hace poco se consideraba inviable.

7 comentarios

  1. De ahí, viene el viejo dicho:
    «La función, hace al órgano»

  2. Se puede deducir de tu post un cierto fatalismo o determinismo tecnológico. Si bien es cierto que la tecnología nos condiciona y cambia aspectos de nuestro ámbito social, no hemos de olvidar que la tecnología nace de un cerebro humano.

  3. Se puede deducir de tu post un cierto fatalismo o determinismo tecnológico. Si bien es cierto que la tecnología nos condiciona y cambia aspectos de nuestro ámbito social, no hemos de olvidar que la tecnología nace de un cerebro humano.

  4. >> realizar diversas tareas simultáneamente (nuestro comportamiento multitarea)
    Humans Can Only Think About Four Things At Once, Study
    http://www.informationweek.com/news/showArticle.jhtml?articleID=205921005

  5. Pues a mi me parece que cuatro cosas a la vez ya son bastantes (si no muchas). Hay que pensar que son cuatro a la vez, pero ¿cuanto tiempo te lleva realizar una tarea?. Cuatro simultaneamente da para hacer muchas cosas a lo largo del día. Yo incluso diría que demasiadas…

  6. Pues a mi me parece que cuatro cosas a la vez ya son bastantes (si no muchas). Hay que pensar que son cuatro a la vez, pero ¿cuanto tiempo te lleva realizar una tarea?. Cuatro simultaneamente da para hacer muchas cosas a lo largo del día. Yo incluso diría que demasiadas…

  7. Un post muy interesante y con el que estoy de acuerdo en su mayor parte. Sin embargo, no estoy tan de acuerdo en tu observación acerca de que «estamos asistiendo a las fases iniciales de un proceso de co-evolución entre el hombre y la tecnología».
    Es cierto que la investigación sugiere que una cifra de quizá hasta el 10% de los genes humanos han estado bajo fuerte presión selectiva en tiempos recientes. Pero reciente, en términos evolutivos, no quiere decir anteayer. La evolución no encuentra incentivos en ausencia de presión selectiva. Funciona cuando una variación azarosa del genoma sirve para reproducirse a una tasa mayor que los congéneres. Esas condiciones no se dan en Occidente, ya que la parte de nuestra sociedad más desfavorecida y alejada de la tecnología se reproduce a una tasa igual o mayor.
    Por otra parte, también existen pruebas, como el hecho de que los diferentes grupos étnicos sean tan parecidos psicológicamente, de que el entorno de la humanidad ha permanecido relativamente constante durante un amplio período de tiempo.
    Ver por ejemplo, este apunte de Steven Pinker.

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