Arte y espacio público (Boletín Gestión Cultural)

El número 16 (Abril de 2008) del Boletín Gestión Cultural, publicado por el Portal Iberoamericano de Gestión Cultural, dedica al Arte Público su tema central. Soy el autor de uno de los artículos, en concreto el titulado Arte y espacio público, que está disponible (versión pdf) aquí (y aquí). El artículo está basado en los posts que publiqué sobre este tema en ADN.es | Ciudades enredadas: La escultura como intervención en los espacios públicos, Arte y conflicto en los espacios públicos y Favela Painting: ¿arte para el cambio social? (con un resumen de los tres primeros en este blog: Esculturas para el conflicto: arte en los espacios públicos). [La imagen procedede de un proyecto de Janet Echelman que se comenta en el artículo].

Además de lo que aparece en estos posts, el artículo se incluyen estas conclusiones:

Los casos analizados en este artículo muestran el poder del arte como agente de cambio social en los espacios públicos. Pero, su impacto tiene en la mayor parte de casos poco que ver inicialmente con su supuesto valor artístico. Por el contrario, suele generar debates intensos sobre cuestiones que el mundo del arte entendería como colaterales: coste, impacto sobre la movilidad…, y que derivan de la ausencia de un proceso participativo en la toma de decisiones.

Aún así casos como los de Tirana o de las favelas brasileñas demuestran que las intervenciones “estéticas” en los espacios públicos pueden tener un enorme impacto sobre las condiciones de vida y la identidad colectiva de los vecinos. El arte actúa como agente de cambio siempre que sus promotores toman conciencia de ese papel y se enmarque en una estrategia más global. En este sentido, las intervenciones artísticas muestran una serie de ventajas respecto a otras más convencionales, como pueden ser su bajo coste o las posibilidades que ofrece para evitar las estrictas limitaciones que establecen las normativas urbanísticas. Pero, al tiempo son medidas “blandas” que posiblemente no puedan invertir por si mismas dinámicas sociales especialmente críticas.

Pero, ¿hasta que punto este tipo de intervenciones son arte? Se sitúan en una interfase de difícil clasificación entre el arte, el paisajismo, el mobiliario urbano y las infraestructuras. Posiblemente esta pregunta no sea excesivamente relevante. Pero, en todo caso, sean o no arte, parece claro que es más exitoso diseñar estrategias que piensen en el impacto social y sobre el espacio público como objetivos prioritarios al tiempo que se establecen procesos de toma de decisiones que aseguren la aceptación, y si es posible la participación activa, de los usuarios.

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