Spam urbano: los espacios públicos como interfaces digitales

La mezcla de información y publicidad es omnipresente en los espacios públicos urbanos. Las fachadas y el mobliario urbano se están convirtiendo en las nuevas pantallas. La irrupción del spam urbano puede ser una consecuencia, entre otras muchas, de la transformación de los espacios públicos en interfaces digitales. Así lo planteo en ADN.es | Ciudades enredadas.

El spam es uno de los principales problemas que plantea la propia naturaleza abierta de Internet. Las ventajas de las bajas barreras de entrada y el rápido y fácil acceso a los usuarios hace que el correo electrónico y la propia web en todas sus formas (blogs, foros, …) se conviertan en campo de operaciones del spam digital.

En paralelo, la arquitectura, o al menos alguna de sus especializaciones, lleva camino de convertise en una forma de diseño de interfaces. Las fachadas se convierten en pantallas en las que fluye de modo continuo información a la que pueden acceder los usuarios de la ciudad. Pero al igual que la ubicuidad de Internet hace extremadamente sencillo que el spam llegue a los usuarios (otra cuestión es que sea efectivo), la ubicuidad de las pantallas digitales en edificios y espacios públicos las convierte en una oportunidad para el desarrollo de una nueva forma de basura: el spam urbano.

El concepto se acuñó hace ahora ya unos años perola inminencia de esta nueva “revolución arquitectónica” lo convierte ahora en un peligro inminente. Peter Hall ha analizado esta evolución de la arquitectura en un ensayo publicado en Think Tank de Adobe y titulado Living skins: Architecture as interface. El uso de los edificios como pantallas ha sido abordado hasta el momento por arquitectos y diseñadores con ánimo experimental y por artistas que utilizan la piel urbana como otro “new media”.

La imagen muestra un ejemplo pionero de “piel viva”: el proyecto Blinkenlights en que el grupo de hackers Chaos Computer Club (CCC) convirtió en 2001 un edicio de Berlín en una instalación electrónica nocturna que simulaba una pantalla de un viejo videojuego. Eran solo 144 bombillas de 150 wattios pero el efecto era extremadamente sugerente e intrusivo. Por supuesto, esta pantalla era solo un juego de niños antes las posibilidades que nos ofrece la tecnología pocos años después.

La evolución tecnológica ha llevado a que los usos experimentales y artísticos den paso a otros usos en que las fachadas y otras pantallas urbanas funcionan como interfaz rutinario para la visualización de información destinada a usuarios convencionales y, por tanto, potencialmente como medio para la publicidad o para ofrecer información intrusiva y no deseada. En resumen una nueva formna de spam que no deja de ser digital aunque abandone las pantallas de nuestros ordenadores.

Ya en 2006 este video de la agencia de publicidad PSFK alertaba de los peligros del spam urbano (acompañado de esta reflexión en su blog).

En esa misma época, el especialista en márketing Russell Davies empezaba a comentar casos de spam urbano en su blog. Hace pocos días ha retomado estas ideas para publicar una reflexión crítica, motivada por su preocupación por la tendencia a que las las ciudades acaben por convertirse en pastiches llenos de los equivalentes a los banners en flash o los pop-ups. Si estos son ya suficientemente incómodos en las pantallas de nuestros dispositivos personales, su extensión a los espcios públicos podría ser terrible. En este sentido, para Davies existen dos factores especialmente preocupantes. Por una parte, el desarrollo de interfaces arquitectónicas ha preocupado hasta el momento solo a los tecnólogos, pero parece existir muchos menos trabajo y reflexión sobre su efecto sobre el mundo de la publicacidad y el márketing. Por otra parte, hasta el momento las experiencias de publicidad urbana que han aparecido en los sistemas de transporte públicos (como las pantallas en metros o autobuses) no parece haberse adaptado a la nueva naturaleza del soporte y no hace más que replicar los modelos ya conocidos en los medios de comunicación de masas.

Sobre spam urbano (quizás con otra denominación) oiremos hablar, y mucho, en el futuro inmediato, y los especialistas en computación ubícua y locative media empiezan a mostrar sus ideas y preocupaciones. Así, Adam Greenfield ha realizado dos buenas reflexiones sobre la misma cuestión. En Data-driven, realtime advertising: The aura of approach, explica como algunos medios empiezan a explotar ciertas posibilidades de la información digital en tiempo real pero no siguen usando canales convencionales. Su comentario analiza el caso de un anuncio en prensa en que, en respuesta al caos que ha supuesto la puesta en marcha de la nueva terminal 5 de Heathrow, British Arways proporciona información casi en tiempo real sobre la eficacia del sistema. Greenfield entiende que el futuro de la publicidad pasa por aquí, pero que BA ha equivocado el canal. Si este mismo anuncio utilizase canales online, como la telefonía móvil o pantallas situadas en espacios públicos, podría porporcionar información constantemente actualizada. En cierto modo dejaría de ser publicidad para convertirse en información. Este ejemplo puede considerarse la cara amable de la publicidad digital urbana.

Pero en More on interactive advertising: Better be careful what you wish for nos muestra la otra cara, la publicidad intrusiva y el spam. Así, algunos proyectos arquitectónicos experimentales proponen usos perversos de las pantallas en arquitectura, regulando por ejemplo el grado de transparencia de las ventanas-pantallas en función del nivel de consumo de los habitantes de los apartamentos. Un sistema informático que utilice etiquetas RFID en productos de consumo podría liberar a los usuarios de molestos anuncios en sus ventanas solo si su nivel de compra es considerado aceptable. Por el momento es pura especulación, pero de hecho la tecnología ya lo permite. Quizás el caso de Sao Paulo, donde el ayuntamiento ha prohibido la publicidad en espacios públicos, se considere en el futuro como el primer filtro antispam urbano que se ha puesto en práctica dado que por la vía de la regulación han intentado (y por el momento logrado) acabar con el spam urbano.

6 comentarios

  1. Sr. Freire, hablar de «revolución arquitectónica» y de que el uso de la piel como interfaz ha sido abordado con carácter experimental es una pequeña exageración. Times Sq. …¿qué edad tiene? El edificio de «Lehmann Brothers» en Manhattan (tremendamente al hilo de su quiebra en las noticas esta misma mañana…) con sus fachadas vivas tiene también unos años (al menos 6 desde la primera vez que lo vi).
    Tus entradas sobre fenómenos urbanos y sobre Red son fantásticas (el artículo en el que he mencionado ya se publicó, en cuanto tenga el PDF te lo envío) pero cuando hablas de arquitectura (el artículo sobre arquitectura open source es otro ejemplo) creo que caes en cierto sensacionalismo y falta de juicio crítico.
    A la arquitectura y a los arquitectos sobre todo hay que cogernos con pinzas…

  2. Que curioso,como interesado también en la interactividad en fachadas y en todos estos posibles «interfaces», el otro día se me paso por la cabeza algo así…Incluso la posibilidad de crear un movimiento que se llamaría «respeto visual» o algo así…
    Sobre todo lo que me parece, de una manera un poco vaga, sin tener una certeza sobre ello, es que toda esa escuela que el mundo de la publicidad a generado entorno a disfrazar de arte campañas publicitarias enteras, a hecho que muchos artistas, publicistas, creativos, ect, acaben apostando por generar mas publicidad que concepto artístico…
    Eso le ha llevado al mercado unos cuantos años, pero ahora que tiene bien posicionadas y arrimadas al hombro, un montón de escuelas de producto, arte y diseño de todo el mundo,el spam en los espacios públicos, esta asegurado.
    Un saludo! fantástico blog…

  3. Una cosa e intereacción y otra invasión, menos mal que existen iniciativas como Pixelator, que nos desintoxican de contaminación visual.
    Un saludo
    Video: http://es.youtube.com/watch?v=lBWFaU893kM&feature=PlayList&p=B411B792C40628AF&index=8

  4. Juan, muy interesantes estas reflexiones. Lo que me preocupa es que finalmente tengamos que recurrir a mecanismos regulatorios para frenar el spam urbano. ¿Podríamos actuar los ciudadanos imitando lo que bastantes consumidores opuestos al DRM han hecho en las recomendaciones de Amazon con el nuevo Spore de EA?

  5. A parte de lo interesantísimo del artículo de J. Freire, son los comentarios por ejemplo del Sr Villegas, arquitecto al parecer. .Como siempre:»Es que tenemos que comer y hacemos lo que el cliente nos pide». Ante eso nada que discutir.
    Sobre lo de mecanismos » regulatorios», es como todo o se ponen límites al bosque o deja de existir. La audacia y avidez humana no tiene límites Los que están en el negocio hacen lo que sea. Me imagino La Coruña, la ciudad de cristal, convertida en una pared de anuncios digitales o de neón. Esa es la preocupación de Freire o si en la muralla de Lugo nos colocan lo mismo para autofinanciarse. En la muralla no pero en el resto de la ciudad sí. Saludos, como siempre

  6. Gracias por todos los comentarios. Es evidente que es un tema amplio y que admite múltiples puntos de vista. No pretendía en mi post identificar a las pantallas en espacios públicos como una innovación, es obvio que ya llevan mucho tiempo entre nosotros. Para mi lo nuevo es su ubicuidad. Cada vez son más frecuentes y es previsible que lo sean aún más en un futuro próximo; al menos en España, y fuera de Madrid o Barcelona, no son por ahora un elemento habitual en los espacios públicos. La otra novedad es su capacidad para «comunicar» información dependiente del contexto en tiempo real, algo que hasta ahora se había hecho solo de modo experimental y en unos pocos lugares (por ejemplo, los edificios que se comenta de Nueva York). No se si esto es sensacionalismo, pero en mi opinión son procesos que afectarán mucho a la vida cotidiana en los espacios públicos de nuestras ciudades.
    Por lo demás, desde mi punto de vista mi post no trata de arquitectura (o al menos, no es el tema principal, aunque sean arquitectos algunos de los que diseñan estos interfaces). Tiene también mucho que ver con el diseño de interfaces, el márketing … Creo que parte del problema en estos debates se debe a que cada especialista lo aborda desde su disciplina y punto de vista y se pierde el impacto real para las presonas independientemente de lo innovador o vanguardista que sea en su disciplina.

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