[Publicado en el blog del Simposio Educación Expandida, del Festival Zemos98]

Este post es el resultado de la necesidad que siento desde hace tiempo de compartir mi experiencia personal con el mundo del arte. Es esta la experiencia de un extraño que disfruta esporádicamente de conversaciones y debates con personas que viven de una forma u otra el mundo del arte. Es, por tanto, una experiencia muy limitada y parcial, pero se repiten tantas veces los mismos estereotipos y lugares comunes que empiezo a pensar que estos patrones son más generales de lo que hace tiempo podría pensar.

En una época de conocimiento abundante, exuberante y casi excesivo, lo realmente valioso es nuestra capacidad para conectar ideas y personas creando nuevas ideas y contextos. Esta era conceptual necesita creadores capaces de conocer críticamente nuestro mundo, tener visión global, aproximarse con empatía a otras personas y provocar nuevos puntos de vista y sentimientos en sus públicos y pares. La creación en general y el arte en particular son en este contexto agentes imprescindibles para la transformación social. Pero no es éste un papel predeterminado y al que se llega sin esfuerzo; si los artistas quieren jugar ese papel y lograr la relevancia asociada necesitan evolucionar de acuerdo con los cambios que estamos viviendo en nuestra sociedad. Y de la confrontación entre esta esperanza y cierta desilusión con la realidad surge este texto.

¿Cuáles son los problemas de (buena parte) del arte actual?

  • Una preocupación exclusivamente formal y estética (la "calidad" del objeto) que convierte la práctica artística en un puro ejercicio formal. Una forma de artesanía, en el mejor de los casos, extraordinariamente depurada.
  • La obsesión por el objeto (el producto, "la obra") olvidando la relevancia del proceso como parte esencial de lo que deberíamos entender como creación.
  • La investigación entendida, de una forma simplista, como una forma de reflexión individual e interna. En lugar de lanzarse al mundo para recabar datos, sensaciones y experiencias, el artista se encierra en si mismo y espera en su ensimismamiento que nazca una nueva gran teoría que explique el mundo y que pueda traducir, de nuevo, en un objeto. Una versión reducida de este problema afecta a los artistas que conciben la investigación como un proceso de exploración casual y superficial que sirva como excusa a la creación.
  • Suponer que juega un papel transformador y/o una conciencia crítica de la sociedad, sin sentir la necesidad de demostrar o evaluar críticamente como su práctica demuestra ese supuesto rol.
  • La incapacidad de colaborar realmente, más allá del encargo para la resolución de problemas técnicos.

Los dos primeros problemas podríamos resumirlos en la patología de la "estética del objeto" que aproxima al artista a algunos diseñadores. Los tres últimos serían las señales de la patología de la "torre de marfil" que los aproximaría a muchos intelectuales y científicos. Al fin y al cabo, un artista que supere estas patologías se convierte en un híbrido peculiar de intelectual, científico y diseñador.

Pero, a pesar de lo anterior, existe una posible (y necesaria) utilidad del arte:

  • como un proceso híbrido de investigación y creación que permite, por una parte, entender la realidad (produciendo nuevo conocimiento) mientras, al tiempo, imagina soluciones y futuros alternativos.
  • como parte esencial del proceso educativo, que solo puede suceder a partir de la experiencia y que incluye como objetivo esencial la vocación de transformar la realidad.
  • como proceso comunicativo al actuar como motor de la interacción social y provocar la participación. La comunicación es, además, una parte esencial de la investigación y educación para una era conceptual que se basa en las conexiones entre ideas y personas.

Quizás este "nuevo" artista, definido con estas características, deje de denominarse con ese nombre y se convierta en algo diferente. Diseñadores, educadores, intelectuales y científicos necesitarán también integrar la capacidad de percepción y comunicación del arte en sus prácticas. Llegados a este punto, los límites disciplinares empiezan a desdibujarse. En este punto empieza lo interesante. Lo realmente relevante son los nuevos papeles que necesita la sociedad, lo de menos son los nombres con los que identificaremos estas nuevas categorías.

6 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo,. Pero todavía hay esperanza….

  2. Creo que es la hora en que te atrevas a hacer Arte tu mismo.
    Hace tiempo que te digo que lo tuyo es la poesía profunda (no la de los versitos formalistas, sino la del mundo abierto desde nuevos vectores).
    Te doy la razón, pero debes tener en cuenta que los artistas que más cambian al mundo son los menos (los muchos menos), y los más son los que recrean fórmulas ya probadas, como en todos los campos.
    Tu extrañeza es la misma de Picasso, de Braque, de Mondrian, de Vantongerloo, de Tàpies. Tras ellos hay ejércitos de personas que se quedaron en hablar los lenguajes abiertos.
    Nada extraño. Nada nuevo en tu perspectiva.
    Yo que tu me atrevería es dar un paso más y proclamar lo que tu crees que deben hacer los artistas, y te sugiero incluirte, dejando los paradigmas, estereotipos y moldes que te aprisionan (respetuosamente lo digo, que yo también tengo los míos).
    Técnica-Ciencia-Arte-Poesía, vistas como ámbitos de fronteras tan difusas como amplia es la mirada.

  3. Siento decirte que estoy contigo de acuerdo a medias, si bien hay artistas que se esconden detrás de la «posmodernidad» o lo actual para crear obras vacias, hay muchos que cada vez que abordan un «proyecto artístico», se documentan, investigan y crean alrededor de esto el discurso de su obra (claro pero esta investigación tiene que pasar por el prisma del artista, sino sería una publicación científica), además todo esto por supuesto no está reñido en absoluto con que cuiden el aspecto estético de la misma.
    Sinceramente no veo claro en tu mensaje según tu cual sería no solo la función del artista sino la del arte….
    Muchas gracias por tu reflexión
    Saludos

  4. Como «Afectado» en cierta medida y estando de acuerdo en lo que dices, hay como siempre otras variables que afectan al entorno creativo que hace que uno se acabe comportando así en ciertos momentos…
    De manera personal te diré que el «arte» en si mismo siempre me ha importado un carajo, hace tiempo ya que he llegado a la conclusión de que estoy en esto porque me permite ir aprendiendo e ir reforzando mis habilidades de manera autodidacta y no me cabe ninguna duda de que el proceso de crear algo con cualquier excusa acaba siendo para mi «mi universidad»…Por lo tanto valoro mas la idea de llegar a presentar o terminar algo, no tanto por la idea de de generar «una obra de arte» si no por todo el proceso que conlleva terminarla o presentarla, solo eso, que ya es mucho.
    Desgraciadamente el precio que hay que pagar por esto para poder recibir una beca, un dinero o convencer a un patrocinador es la necesidad de justificar la propia obra final y no todo el proceso de crearla que a la institución o galería generalmente le importa una mierda, con perdón…
    Con esto parece que como artista o algo así y productivamente hablando solo hay dos vías, la de presentar tu propia idea «revolucionaria», rellena de conceptos vacuos y otros filigranas literarios con la suerte de convencer a tal o cual literario (la mas común) o la de presentar tu producto sin mas como mero ejercicio de creación y sinceridad, con la posibilidad de que te reclamen un por que o una explicación como justificación y aproximación a la obra (para que vamos a interesarnos en aproximarnos a ella si podemos exigir que nos la expliquen)…
    Lógicamente, esto ultimo parte de la experiencia individual como creador , porque lo que es crear colectivamente, compartir conocimientos, aprender, educar y educarse, etc no es algo muy extendido en este mundillo actualmente…y no solo porque algun@s no estén interesad@s, si no porque hay que luchar contra egos artísticos, propuestas cerradas de encargo y otra serie de variables que hacen que ese «híbrido» ser que propones y que me parece tan estupendo, no se de a menos que tenga detrás una serie de apoyos económicos (universidad, familia, ect)…
    De todas maneras, hay esta Santi Cirugeda como máximo representante no??…jejej
    Un saludo y perdón por el rollazo!!!!

  5. Rogelio Carballo

    Me tiro a la piscina, preparado para apañar de todas partes….
    ¿Dónde queda la belleza en todo este discurso? ¿En el cuarto de limpieza? ¿Es la belleza lo que distingue la creación artística del resto de actividades humanas? Ya escucho los gritos encolerizados que me recuerdan que lo bello dejó de ser objeto del arte en el XIX, y que además es un concepto mutable. Las orondas mujerazas de Rubens no son hoy un canon estético precisamente… Ciertos teóricos han redefinido el concepto diciendo que el arte es la búsqueda de lo sublime. Sin embargo, ese concepto aquí, ni se le menciona, ni se le espera.
    Creo que hoy en día, sólo existen dos verdaderas expresiones artísticas: la arquitectura y la fotografía. Cumplen con todos los postulados que se han definido aquí, dentro de esa investigación de la realidad e intencionalidad de transformación social. Y además, infatigablemente batallan en la búsqueda de la sublimidad.

  6. creo que tras el discurso de algunos artistas, atrapados en su apellido o su cuna, revolotea una concepción romántica del arte (cuando no del sujeto, de la verdad, del conocimiento) reaccionaria y «demasiado» moderna. Ésta se opone a una acción concebida en el marco estratégico de la vida como liberación, o en cualquier caso sujección a uno mismo.
    sin embargo el arte, como mecanismo para desvelar conexiones no-vistas, sigue siendo más recomendable que otros discursos «modernos», como el de los distintos saberes que tejen nuestros yos angustiados y reprimidos…
    mmm… sevilla te está sentando bien compañeiro, a ver di coincidimos en la FdS!

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