Nocilla Dream: novelando la no-ficción

Fiction is dead. But don’t mourn its passing, the novel”—a word literally signifying “the new” – enjoyed a healthy run. Displacing romantic epics as the dominant genre of literature some 250 years ago, novels were a key part of the bourgeois shift toward realism, showing life matter-of-factly instead of according to an ideal vision. Abandoning the classical tradition of forming language according to poetic rules, novelists claimed to craft a transparent window onto the world. Fiction became the means by which the growing middle class learned to construct itself, creating habits and tastes appropriate to life within a bourgeois nation-state.

Today, non-fiction replaces fiction. Biographies, memoirs, histories, and self-help books increasingly dominate the bookstore. Television sitcoms and one-hour dramas give way to 24-hour news, reality television, celebrity biographies, cooking shows, history and science documentaries, as well as an endless stream of pundits. Ours is a world of harrowing real-life drama, how-to decorating shows, impossible-but-true trivia and perpetually happy news. While the novel was fiction’s most direct form, documentary film and video are the primary media forms for non-fiction narratives. Just as lyrical epics were collectively created and experienced through endless retellings, novels thrived in the detached meeting of an individual author with an individual subject through the pages of a printed book. Documentary films and videos, on the other hand, deliver an immersive experience of the real, putting the viewer, as much as possible, into the event itself. More than that, documentary films and videos promise the purported traces of the real in the form of light reproduced from film or magnetic tape that were once in turn, exposed to photons reflected by the object of the documentary.

En la página 16 (Lemmings) de Blue Monday. Stories of absurd realities and natural philosophies de Robert Sumrell y Kazys Varnelis, colectivo AUDC (editado por Actar).

Nocilla Dream (editorial Candaya) fue uno de los libros del año en 2006 (basta revisar el dossier de prensa recopilado en la página del libro). Un libro inclasificable para la crítica ortodoxa. Quizás quién más se ha aproximado ha sido J.M. Pozuelo Vivancos en un artículo en ABCD (citado aquí, el original ya no se encuentra en Internet) donde lo describe como un libro de estética blog. Posiblemente esta sea la razón del interés que ha suscitado en la blogosfera. Pero es más que estética, es una forma de enfrentarse a la realidad y de narrarla; de novelar la no-ficción. ¿No será, bien al contrario, que muchos blogs presentan una estética libro, pero de un tipo muy particular, como aquel que nos muestra Nocilla Dream?. ¿No serán algunos bloggers nuevos novelistas o ensayistas, si es que existe diferencia, aún en búsqueda de una nueva narrativa?.

Su autor, Agustín Fernández Mayo (entrevistas en Literaturas.com y El Cultural), se sitúa en las periferias geográficas (Galicia, Baleares) e intelectuales (físico nuclear). A pesar de esa posición ha logrado no pasar desapercibido entre la ortodoxia y la heterodoxia. ¿O será, por lo contrario, gracias a situarse en las periferias?.

No soy capaz de realizar una crítica del libro (además, sería innecesaria con las críticas “oficiales” y blogs que se han ocupado ya). 113 capítulos en unas 200 páginas. ¿Alteraría algo el resultado si el orden se variase aleatoriamente?. Una aventura nómada (mental o física; analógica o digital):

  • Los desiertos de Nevada y Albacete, China, Mozambique, Carson City, Las Vegas, Chicago, Salt Lake City, Madrid, micronaciones, Internet, el aeropuerto de Shangai.
  • Hoteles, burdeles.
  • Emigrantes de todo tipo, de todo origen y en todos los destinos; todos son emigrantes, todos construyen y destruyen en una orgía del do-it-yourself. Mercados.
  • Física y matemáticas, arte conceptual, literatura.
  • Jorge Luis Borges, Italo Calvino, Ernesto Che Gevara (jubilado en Las Vegas).
  • Surf, planchado extremo.

5 comentarios

  1. En Infonomia publicamos una entrevista a Agustín Fernández Mayo en el número 53 de nuestra revista «IF…».
    Saludos!.

  2. La verdad es que la novela está muy, muy bien. Yo puse unas notitas en mi blog, no sé si te acuerdas: tiene sentencias memorables. ¿Lo ponemos en facebook? Abrazos.

  3. Encontré este artículo reciente de Mallo sobre Williamsburg, NY:
    http://www.elperiodico.com/envN.asp?n=430353

  4. Nocilla Dream podría ser un síntoma de la escasez de innovación, la falta de nuevas propuestas, la ausencia de riesgo, que inunda el panorama novelístico español. No cabe duda de que la estructura y concepción de Nocilla Dream es suficiente motivo para convertir esta obra en algo reseñable y excepcional por ello. Ahora bien, ¿justifica esto por sí solo su excelencia literaria? Obviamente no. Ha de encontrarse algo más tras este entramado bien logrado. Nocilla Dream no carece de ello, pero es en eso donde se vuelve más laxa, más vulgar y corriente. De una forma extraña, es cierto, puesto que esos lugares comunes que visita no estaban escritos probablemente en una novela, pero sí circulan por foros y sobre todo blogs (tal vez por eso se le ha calificado equivocadamente de novela-blog). Por eso su lectora asombra y divierte por el formato y su libertad, por su estructura novedosa que no nueva, pero acaba por dejar un regusto a engaño, o siendo más justos, a poca cosa. Además, habría que citar obras con una estructura siquiera remotamente familiar, aunque más narrativas y poderosas, menos contemporáneas también es cierto, de autores insignes de nuestras letras y que al parecer los entendidos no tienen interés en mencionar. ¿A qué obras me refiero? Consulta mi sinopsis en: http://es.shvoong.com/books/1659093-nocilla-dream/ (y si quieres opina al respecto).
    NEREC

  5. La sequía de auténticas novedades en el panorama literario español se hace evidente en cierta ansiedad esnob por ver surgir algo supuestamente distinto, para así poder celebrarlo y aclamarlo como esas fans de los Beatles que se tiraban de los cabellos. La prueba más clara fue la bendición unánime que recibió Nocilla Dream por parte de la crítica especializada. Libro de prosa contenida (más bien desapasionada) que configura un catálogo de postales excéntricas y curiosidades varias. Según su prologuista, la novela se aventura por caminos no trillados. Como si hasta hace poco el cine no hubiera estado dando el coñazo con Babel. Qué obsesión con el efecto mariposa, con el marco global, con vincular historias que transcurren en sitios remotos, y qué fácil resulta si Internet sirve como enlace. No hay nada de novedad, más bien es todo una gran obviedad: este libro en estos tiempos, las críticas que ha tenido y reacciones como ésta insinuando que está sobrevalorado. En fin, para propuestas literarias elaboradas con conocimiento científico y artístico, cultura pop y mucha información, quisiera recomendar Las partículas elementales y La velocidad de las cosas, obras explosivas e imaginativas que además apuestan acertadamente por la más lúcida reflexión. Sin duda para apreciar un libro como Nocilla Dream hace falta un mínimo de inteligencia y conocimiento, del que probablemente carezco. Sin duda para elogiar esta novela sin el menor reparo, hace falta mucho, muchísimo esnobismo. No es un prejuicio, es un postjuicio: me he leído el libro hasta el final. Prejuicio-postjuicio, ya ves, no sólo Delleuze puede masturbarse con palabritas.

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