Narrativas digitales como experimento de visibilización y negociación del procomún

El proyecto Narrativas digitales para la participación comunitaria en la gestión de ecosistemas costeros (+, ++) nace de una serie de hipótesis e intuiciones respecto a las relaciones asimétricas entre comunidades de usuarios (en este caso comunidades costeras dependientes de la pesca) y las instituciones con capacidad de tomar decisiones sobre su territorio y sus actividades económicas. Las personas de estas comunidades comparten recursos, identidades y problemas. Buena parte de la gestión práctica es comunitaria y está basada en la existencia de un procomún invisible para las instituciones que por su parte condicionan y regulan el funcionamiento de esa comunidad y que monopolizan casi siempre el conocimiento «oficial» y visible sobre ese territorio.

Narrativas digitales no es más que un pequeño experimento que pretende, desde la acción, responder a algunas cuestiones:

  • ¿son estas comunidades conscientes del procomún del que dependen y que configuran?,
  • ¿permite la visibilización, mediante una narrativa, de la comunidad y su territorio abrir un diálogo crítico dentro de la comunidad?,
  • ¿es necesaria una negociación interna dentro de la comunidad para definir un horizonte compartido, estrategias de relación con el poder y modelos de co-gestión y/o auto-gestión?,
  • ¿es la visibilización un dispositivo que permite situar el discurso de la comunidad dentro de la realidad oficial y por tanto favorece la capacidad de intervención de la propia comunidad sobre su futuro (reduciendo la asimetría de partida)?

Esas son también algunas de las razones por las que ese proyecto se incorpora al Laboratorio del Procomún de Medialab-Prado como grupo de trabajo.

Alberto Corsin y Adolfo Estalella, como parte de la etnografía que están desarrollando sobre Medialab-Prado, están aportando en prototyping.es numerosas ideas para la reflexión sobre el procomún y la innovación y experimentación social. Algunas de estas notas me han ayudado a formalizar nuestras intuiciones y por tanto nos permitirán empezar a desarrollar un discurso e hipótesis más inteligibles sobre los objetivos finales de Narrativas digitales.

En Del procomún a la autogestión, caminos de ida y vuelta:

… Cuando se habla del procomún se moviliza seguidamente algún espacio u objeto (entendido en sentido amplio): recursos hídricos, espacios, cuerpos, órganos… cuando se habla de autogestión, lo que se moviliza a punto seguido es un colectivo, el orden dentro de él y la demarcación entre un dentro y un afuera. Uno piensa en un cierto objeto, el otro piensa en un cierto sujeto. Y cada uno da el otro por sentado. La cuestión que se plantea es qué tipo de preguntas surgen al pensar los colectivos y espacios desde uno y otro concepto, y qué tipo de respuestas y mecanismos se movilizan en cada caso.

Las comunidades costeras reclaman en ocasiones sus derechos sobre un procomún pero olvidan la necesidad de auto-gestión por que no se identifican como colectivo, o al menos como colectivo con capacidad de generar gobernanza. En otras ocasiones sucede a la inversa y se reclama la necesidad de auto-gestión sin haber identificado claramente los objetos y espacios que serían gobernados. Narrativas digitales trabaja tanto sobre la comunidad como sobre el territorio a partir de la hipótesis que procomún y auto-gestión (o al menos la co-gestión con las instituciones) deben ser visibilizados, reconocidos y sometidos a debate y negociación para hacer efectivo el empoderamiento de las comunidades.

Por otra parte, en Democracia y experimentación se utiliza el trabajo de Michel Callon (en concreto su artículo de 2007 en Theory, Culture & Society titulado An essay on the growing contribution of economic markets to the proliferation of the social; abstract) para reflexionar sobre la necesidad de experimentación social:

La sociedad tecno-económica, dice Callon, da lugar al nacimiento de toda índole de comunidades de afectados. Personas que se sienten expelidas de, o directamente interpeladas por el mercado. Callon dice que son ‘residualizadas’ por el mercado, o en el lenguaje económico, ‘externalizados’. Vamos, que se les echa fuera.

Tales agrupaciones, sin embargo, pueden usar su condición de foráneas para generar un efecto político. Para ello es preciso abrir un espacio que permita su re-incorporación. Ello requiere del diseño previo de instituciones de ‘democracia dialogante’. Así es como ocurre:

“The first [objective] is to establish the list of emergent concerned groups and their problems, even if they are not yet clearly visible (inventory requirement). The second objective is to allow emergent groups – which initially are simply loose clusters of isolated, lost individuals – to express their problems and concerns (expression requirement). This introduces a third objective, which is to provide concerned groups, especially when their uncertainties are strong, with the means to specify their problems, to collect data and launch investigations, and to explore problems and solutions (exploration requirement). The fourth objective is to facilitate the expression of demands, their confrontation and their composition (composition requirement) (Figure 1). Lastly, the fifth objective ought to be to organize constant interaction between the debate on demands and interests, on the one hand, and the exploration of problems and the search for solutions, on the other (iteration requirement).

These procedures, when and where they exist, are usually designed to allow for the expression, articulation, discussion and gradual transformation of hitherto unknown expectations and demands. The recognition of emergent identities and the construction of spaces of confrontation are considered as preconditions for solutions of either an economic or a political nature. These procedures favour experiments whose results do not predict the solutions opted for. What is at play is the organization of economic activities and their relations with politics. This requires the opening up of research and experimentation to groups situated outside scientific institutions as such.”

Las comunidades costeras con las que trabajamos son, aunque pueda parecer lo contrario, casos claros de la sociedad tecno-económica dado que comparten una actividad económica dependiente de su territorio, mantienen una relación conflictiva con el mercado y el conocimiento es esencial para la gestión (y la falta de acceso de los usuarios genera la asimetría en la toma de decisiones como comentaba al principio).

Se tiende a pensar que este tipo de comunidades necesitan solo un reconocimiento de su procomún y la introducción de autonomía en su gestión para poder gobernarse. En realidad estas comunidades acogen una diversidad de sensibilidades, puntos de vista y objetivos entre sus propios miembros y es necesario un proceso interno de negociación para poder dotarse de estrategias verdaderamente compartidas. Esta negociación precisa de las fases que detalla Callon. Se deben identificar sus componentes y éstos deben poder visibilizar sus puntos de vista y problemas. En paralelo se necesita información sobre la comunidad y su territorio que permita contrastar los problemas y las potenciales soluciones. Pero esta información debe codificarse y comunicarse en formatos comprensibles por los usuarios y no solo por los técnicos que trabajan habitualmente para las instituciones políticas.

Narrativas digitales pretende iniciar un proceso de visibilización de las comunidades y de sus problemas e intereses y codificar y comunicar el conocimiento local en formatos accesibles a todos los actores implicados (personas de la comunidad, científicos, gestores y políticos). No existe un modelo de participación a priori, por lo que es necesario hacer visibles los elementos del conjunto comunidad-territorio como plataforma de negociación, en primer lugar interna (dentro de la propia comunidad) y en segundo lugar externa (con los políticos y gestores que habitualmente dictan las normas que regulan los colectivos y los objetos).

En este proceso Narrativas digitales coloca el foco en algunas de las fases y pretende dos objetivos complementarios: a) generar una caja de herramientas (necesariamente compleja y fragmentaria: procesos, software, hardware, materiales …), y b) experimentar en que medida el concepto de narrativa digital puede apoyar los procesos de visibilización y negociación.

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