Freire J (2018). Cultura digital, smart citizens y ciudad abierta. CCK Revista 2 (Enero-Marzo 2018)

Artículo publicado originalmente en 2012 en el volumen 4 de la Colección Ciudades Creativas (2012) de Fundación Kreanta (Ciudades Creativas Volumen 4. Ciudadanía, cultura digital y emprendimiento social) correspondiente a las IV Jornadas Internacionales Ciudades Creativas. Publiqué en su momento el texto del artículo aquí. El siguiente texto corresponde a la la Introducción al número 2 de CCK Revista (pdf):

El biólogo, profesor universitario y emprendedor Juan Freire, nos habla en Cultura digital, smart citizens y ciudad abierta sobre el impacto del mundo digital en las ciudades. En la misma línea que Josep Ramoneda, Freire considera que el nuevo paradigma sociotécnico, asociado a las tecnologías de la información, ha generado profundas transformaciones de los valores, los modelos organizativos y las prácticas sociales. “El resultado es un nuevo paradigma que se ha definido como cultura digital”.

Según Freire, la cultura digital condiciona la concepción misma de la ciudad, que se construye “de abajo arriba y utilizando el conocimiento y la acción ciudadana”. A partir de esta idea inicial, las reflexiones de Freire se centran en realizar un repaso histórico a las diferentes maneras de diseñar las ciudades, desde la ciudad premoderna (“ciudad bajo control”) a la de finales del siglo xx (“ciudad expandida”).

Cultura digital y ciudad expandida van de la mano, de manera que “los nuevos modelos de organización social propios de la cultura digital (caracterizados por la participación en múltiples redes, la importancia de las relaciones difusas, la trazabilidad, la asincronía …) se trasladan también al modo en que las personas usan los territorios”.

La cultura digital ha generado también el modelo urbano de las ciudades inteligentes, smart cities, que monitorizan en tiempo real la vida ciudadana, desde el clima y el tráfico a la contaminación y la movilidad de las personas. Frente a esta planificación centralizada Freire defiende “un urbanismo emergente (…), basado en procesos informales de diseño, deliberación y toma de decisiones organizados sobre plataformas tecnológicas, (…) protagonizados por ciudadanos activos y creativos organizados en múltiples redes y comunidades…”

¿Qué papel pueden jugar las instituciones en este nuevo entorno? El autor define tres ámbitos para su actuación: desarrollo de infraestructuras e info-estructuras; diseño de plataformas, físicas, digitales, participativas en la toma de decisiones; fomento de “la participación activa, la responsabilidad, lo público y el procomún”.

Finalmente, Freire nos lleva de la ciudad digital a la ciudad abierta, regeneradora del espacio público: recupera la idea de la ciudad compacta, que facilita la movilidad y el encuentro, rediseña los espacios públicos, desarrolla tecnologías sociales, despliega laboratorios ciudadanos, impulsa iniciativas de datos abiertos. Todo ello requiere de unos pensadores urbanos (arquitectos, geógrafos, etnógrafos) capaces de interactuar con los usuarios del territorio. Exige también una actuación urbana (gobernanza) que promueva procesos botton up, de negociación entre la ciudadanía y el poder político y los gestores técnicos, así como el uso de “tecnologías sociales”, que permitan “crear y gestionar recursos e infraestructuras, producir y difundir conocimiento de todo tipo, y coordinar agentes diversos para generar nuevas economías más inclusivas y sostenibles”.

Un comentario

  1. Caigo en este articulo en el 2020, apoca de pandemía donde las economías de las ciudades han quedado paralizadas. La ciudad digital es una alternativa muy probable de transformacion a escala mundial.Saludos.

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