El artículo Science 2.0 de Ben Shneiderman, publicado en el último número de Science, me llevó a plantear en  Soitu.es | Piel digital si ¿Sacará la ‘Ciencia 2.0’ a la investigación de su torre de marfil? (en Wired Science han publicado un artículo sobre el mismo tema, The Internet Is Changing the Scientific Method). Al final, el artículo de Science fue una excusa para reflexionar sobre el concepto de “ciencia 2.0”. Paradójicamente, la ciencia, que explora nuevos territorios, va camino de convertirse en el último ámbito al que se incorporan los cambios de paradigma provocados por Internet y la web 2.0. Suelo publicar en este blog resúmenes e información complementaria de mis artículos aparecidos en otros sitios, pero en este caso, por el tema que trata, lo reproduzco aquí por completo.

Dentro de la ola de lo 2.0, pocos conceptos son tan ambigüos y llenos de dobles o triples interpretaciones como el de ciencia 2.0. Al fin y al cabo, ¿no ha sido la ciencia siempre 2.0? la creación de conocimiento científico se ha basado en comunidades de pares colaborando en redes abiertas y compartiendo sus resultados. Lo cierto es que esta visión aún políticamente correcta hoy en día tiene poco que ver con lo en que se ha acabado por convertir la ciencia en las últimas décadas del siglo XX. La protección de la propiedad intelectual y las patentes dominan sobre el intercambio libre de conocimiento; este se limita en buena parte limita a los resultados finales en forma de artículos, pero rara vez a los datos originales o los detalles clave de los procedimientos. Pero aún aquí, el acceso abierto a las publicaciones científicas es un fenómeno incipiente que solo en los últimos años empieza a generar apoyos de instituciones relevantes, como es el caso de PubMedCentral de los National Institutes of Health de Estados Unidos o la reciente adopción por la Universidad de Harvard de una política de acceso abierto para los artículos publicados por sus investigadores. Proyectos editoriales exitosos fundados sobre el modelo de acceso abierto, como BioMedCentral y Public Library of Science, siguen siendo minoritarios y aún no han calado en los grandes grupos de editores científicos.

Por otra parte es evidente que las tecnologías de la información tienen que afectar al modo en que se “hace ciencia”. Esta cuestión se ha abordado en su mayor parte desde la perspectiva casi exclusiva de la necesidad de grandes “ciberinfraestructuras” para desarrollar lo que ha venido en llamarse e-ciencia, ámbitos de investigación que requieren grandes recursos computacionales y que se pueden beneficiar de los avances tecnológicos y del uso de Internet como plataforma de trabajo computacional intensivo. Pero, esta, siendo necesaria, no es más que una visión reduccionista e instrumental.

¿Cómo se ve afectada “el resto de la ciencia” que no tiene esas necesidades?, ¿existen cambios culturales y organizativos mediados por la tecnología (como está sucediendo como el resto de la sociedad y la economía)?, ¿es más lenta la transición a la ciencia 2.0 por las instituciones académicas son refractarias a la innovación?, ¿crea el mundo digital nuevos ámbitos de investigación científica que necesitan de cambios metodológicos? Todas estas preguntas pueden configurar el futuro de lo que podríamos denominar “ciencia 2.0”. El artículo Science 2.0 de Ben Shneiderman, profesor de computación en la Universidad de Maryland, aparecido en el número de 7 de Marzo de la revista Science, apunta algunas respuestas a varias de estas cuestiones.

El artículo adopta una interesante doble perspectiva consistente en aprender del “mundo exterior” (desde los negocios al activismo) y, al tiempo aplicar una aproximación científica para comprender el nuevo paradigma de la colaboración en red. Para Shneiderman, eBay, Amazon, Wikipedia, Flickr, MySpace o Facebook, entre otros, son ejemplos exitosos de los que deberían aprender los científicos. Para este objetivo, la metodología debe cambiar por que estos procesos no pueden ser estudiados en condiciones controladas, “de laboratorio”, y debe hacerse observando y estudiando casos en el mundo real. La existencia de enormes bases de datos y de una ciberinfraestructura suficiente para su “minería” mediante computación intensiva son los elementos claves para el éxito de este cambio metodológico.

El artículo de Shneiderman, siendo interesante, se queda en buena medida en una colección de ideas y no acaba por elaborar un modelo coherente de lo que podría ser la ciencia 2.0. Por otra parte, mientras los científicos descubren el mundo 2.0 y se preguntan como incorporarse, el resto de la sociedad les adelanta y empieza a desarrollar acciones tradicionalmente reservadas a las instituciones científicas. Finalmente, cabría preguntarse quien va a hacer la ciencia 2.0 y no tanto como la ciencia convencional se hace 2.0. Quizás valga la pena recordad dos ejemplos que demuestran que la innovación que dará lugar a la ciencia 2.0 está ya sucediendo fuera de las “torres de marfil”.

Hal Varian ha pasado de ser uno de los economistas académicos más reputados, trabajando en la School of Information de la University of California at Berkeley, a convertirse en el Google chief economist. En el número de Febrero de Fast Company, explica como su empresa aplica métodos propios de la investigación científica a una velocidad y escala impensables hasta hace poco (e impensables en el mundo académico):

At the university, you’d work on one problem for months at a time. Here, I have a dozen problems I’m working on–auctions; forecasting; ad hoc statistical, econometric analysis such as how the mortgage crisis affects Google–and I get two weeks to work on them…

You know how genius is described as 1% inspiration and 99% perspiration? Google has a new idea: cyber sweat. We make the computers do the 99% perspiration. I thought it was extremely clever and showed a lot of foresight to build the data collection and testing system into the basic functionality of the search and ad systems. At any one time, Google is running hundreds of experiments on its products and collecting all the results. They’re carefully designed experiments.

El mundo de las editoriales científicas, que ya citaba antes, también esta sufriendo convulsiones importantes. Es paradójico que el artículo Science 2.0 aparezca Science, dependiente de la American Association for the Advancement of Science, que hasta el momento carece de ningún tipo de estrategia coherente en Internet. Por el contrario, la otra revista científica de referencia a nivel internacional, Nature, forma parte del grupo editorial Nature Publishing Group que lleva ya un tiempo desarrollando una estrategia propia enormemente innovadora, situándose por delante de sus usuarios principales, los científicos integrados en las instituciones académicas convencionales. En Estrategia web 2.0 de Nature Publishing Group resumí los principales proyectos incluidos en esta estrategia y analizaba la naturaleza del conflicto entre los innovadores “comerciales” y los conservadores usuarios académicos:

Pero al tiempo, este proyecto se ha enfrentado a diversos problemas y, posiblemente, uno de los más difíciles ha sido el provocado por la apatía de sus propios usuarios (los científicos en este caso), como ha sucedido en su experimento sobre “open peer review” (más aquí). En este caso, los científicos han mostrado un muy escaso interés en poder revisar y criticar en público y en abierto los papers de sus colegas, un proceso que constituye la base fundamental de la evaluación de la calidad científica de los trabajos. Nature es un buen ejemplo de cómo la adaptación institucional puede verse frenada por los propios usuarios. En el informe final publicado en la revista se resume esta aparante paradoja: “Despite enthusiasm for the concept, open peer review was not widely popular, either among authors or by scientists invited to comment.”.

En realidad, en mi opinión, el resultado era previsible por dos razones. Primero, las comunidades científicas son bastante tradicionales en sus comportamientos y reglas de funcionamiento por lo que son reacias a cambiarlos de modo rápido ante la propuesta experimental de una editorial (por mucho que sea una de las más importantes). Segundo, el peer review significa un trabajo adicional que, en estos momentos, ninguna institución científica incentiva. De hecho, las revistas científicas tienen cada vez mayores dificultades para encontrar revisores para los artículos que reciben, y este experimento no ha podido escaparse a esta tendencia.

9 comentarios

  1. Uno de los problemas de la ciencia es que el rendimiento científico se mide en publicaciones en revistas «de prestigio», con lo que la ciencia se ha convertido en una lucha editorial, de índices de impacto, de h-index y de número de referencias.
    Y los (pocos) sitios que yo he visto de revisión abierta, o bien te cobran por publicar (hasta 600€) o bien no «cuentan» porque no aparecen en los índices (SCI, SSCI…) Si yo tengo que elegir a dónde enviar un artículo, las opciones están claras.
    Pero creo que lo de Ciencia 2.0 va más allá que la simple revisión de artículos. Incluso puede haber Ciencia 2.0 con el sistema actual de publicación. Se trata simplemente de nuevas formas de colaboración entre científicos, de encontrar gente con tus mismos intereses en cualquier parte del mundo y poder colaborar con ellos de forma mucho más flexible que con los sistemas actuales tan encorsetados.
    Wikis, blogs, RSS, flickr, youtube, twitter… herramientas para crear comunidades sociales más allá de los límites de los centros de investigación y universidades. Libertad para intercambiar el conocimiento, incluso en forma de artículos publicados por el International Journal of XXX ¿Por qué tengo que tener problemas en encontrar un artículo publicado en el 2003? 4 años en informática es muuuuucho tiempo.
    Las editoriales quieren revisiones abiertas. Pero ninguna está dispuesta a proporcionar contenidos abiertos. El Ministerio para con fondos públicos mi trabajo que luego quedaa atrapado en el copyright de una empresa privada y que los resultados de mis investigaciones no reviertan directamente a toda la sociedad.
    Por otra parte uso de herramientas 2.0 es algo anecdótico que se basa en iniciativas personales: investigadores que creen que esta tecnología les puede ser útil y la utilizan título individual. Pero resulta muy difícil convencer ni siquiera al resto de grupo de investigación de que las usen. Por poner un ejemplo; en mi caso, tenemos varios proyectos activos y en el mejor de los casos nos hemos quedado en el 1.5 ¡¡Si hasta la página del grupo es tipo portal, con nuestro webmaster y todo!!
    Y es que en esto de la ciencia también hay muchos «dinosaurios» que se resisten al cambio. Ya se ha hecho una revolución con el correo electrónico, las páginas web y las publicaciones en PDF ¿para qué cambiar si eso ya funciona?

  2. Las comunidades blogger se constituyen como el uso potencial más efectivo ya que proporcionan al consumidor la experiencia del feedback. Igualmente, las campañas virales (Youtube) se muestran como una manera eficaz para el lanzamiento de productos.
    Resulta necesario empezar a contar con expertos en las compañías, que puedan explotar estas redes sociales. Las agencias no cuentan con la experiencia suficiente en este campo y su tendencia es aplicar las mismas estrategias que para los medios tradicionales, lo que no resulta eficaz ni eficiente para las reglas del juego de los medios sociales.

  3. si algo funciona, mejor no lo toques !

  4. Gracias Juan por este post. Hace unos meses publiqué un artículo sobre la noción de ciencia 2.0 vinculando las nuevas tecnologías al problema de la transparencia (opennes) y a la llamada crisis del peer review. Dejo el link por si alguien tiene interés.
    http://www.madrimasd.org/revista/revistaespecial1/articulos/lafuente.asp

  5. Buen artículo. Lo reproduciré para su difuión.
    Mas creo que el cambio en las ciencia y la investigación los ejemplos que se ponen de herramientas de redes sociales, creo que tiene que ver con el auge de la exploración en la investigación de fenómenos naturales de manera interdiscplinaria desde la teoríua de sistemas tiene que ver con el cambio actual.
    Hay una entrada interesante en ontoblogia con referencia a un artículo de Albert Barabási,
    titulado
    Sistemas complejos, dinámica del conocimiento y redes sociales: Una hoja de ruta para la Física
    http://www.cs.us.es/~joaquin/blog/index.php/2008/02/20/sistemas-complejos-dinamica-del-conocimiento-y-redes-sociales-una-hoja-de-ruta-para-la-fisica/

  6. Buen artículo. Lo reproduciré para su difuión.
    Mas creo que el cambio en las ciencia y la investigación los ejemplos que se ponen de herramientas de redes sociales, creo que tiene que ver con el auge de la exploración en la investigación de fenómenos naturales de manera interdiscplinaria desde la teoríua de sistemas tiene que ver con el cambio actual.
    Hay una entrada interesante en ontoblogia con referencia a un artículo de Albert Barabási,
    titulado
    Sistemas complejos, dinámica del conocimiento y redes sociales: Una hoja de ruta para la Física
    http://www.cs.us.es/~joaquin/blog/index.php/2008/02/20/sistemas-complejos-dinamica-del-conocimiento-y-redes-sociales-una-hoja-de-ruta-para-la-fisica/

  7. Bueno respecto a «la ciencia como rendimiento científico que se mide en publicaciones en revistas «de prestigio», el fenómenos ha sido tratado ya por el sociólogo y antropólogo Pierre Bourdieu
    El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad , /curso Collège de France 2001/,
    Desde el Análisis de Redes Sociales se han hecho trabajos también respecto al trabajo colaborativo entre científicos y sus reales resultados así como también trabajos a partir de las citas dentro de un paper,por ejemplo.
    saludos

  8. Cuando estudie ciencia-tecnica y sociedad el libro que me abrio los ojos, fue el del sociologo Bruno Latour. La esperanza de pandora.

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